lunes, 8 de abril de 2013

Llegó la primavera

Las naciónes estaban cansadas de tantas guerras
y yacían tranquilas en lechos matrimoniales,
extensos como la cuenca del Danubio.
Empezaba la primavera, los primeros éxtasis.
En las ramas de los árboles
arrullaban unas tórtolas turcas.
Nadie sabia que hacer, qué pensar.
Éramos huérfanos porque el invierno
no nos dejó testamento;
una mariposa joven aprendía a volar
de manera caótica, desde el principio.
Las mariposas no tienen tradición.
Y nosotros tenemos que morir.
"Esta es una manera poco elegante
de terminar el poema
-protesta R:,y añade-:
el poema debería terminar
mejor que la vida.Para eso es"


Adam Zagajewki(Lvov, hoxe Ucrania- 1945, do livro "Mano invisible", actualmente é profesor en Chicago)

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