sábado, 20 de junio de 2020

Nuestro Maconodo, sábado 20 de junio de 2020

Muy buenos días mis queridos Diversos. Otro sábado más sin encuentro en en Macondo pero con poesía compartida en nuestra diversidad. Hoy viene de la voz de Carlos Lesta nuestro diverso gallego con acento del Río de la Plata, Y viene cargado de versos y sensaciones. 
Seguimos compartiendo versos y besos aunque sea en la distancia.
Ángeles 



Será quizás, uno de los ultimos sábados de privarse de la compañía de este grupo de amantes de la poesía. Pronto volverá la mística de estar bajo la mirada de Gabo, de saberse en un espacio atento al mundo y abierto a lo más sensible. Y de poder gozar de las lecturas y audiciones de poemas frescos, de los que el tiempo ha macerado y dado sustancia, de los que nacen para que la crítica adormecida se despierte y vea lo que no se muestra. Y para que aquello que nos mueve, nos inclina, nos eleva, nos sumerje, nos “insomnia” se manifieste fuerte y claro. Un grupo en el que la suma supera y nadie resta. En estos tiempos, tuve la oportunidad de volver y de iniciar lecturas que estaban esperando su hora. 

De “Antoloxía de Referencia” un poema de Xesús Manuel Valcárcel 

O SER QUE PERMANECE
 “e o ser que actúa 
son o mesmo ser” 

O ser que permanece 
non se afirma. 

O ser que non se afirma 
comprende.
 
O ser que comprende 
ama. 

O ser que ama 
non se afirma. 

O ser que non se afirma 
permanece. 

De … as neuronoas irmás… de Estivaliz Espinosa

Krakóv 
Auschwitz 

A acústica, probablemente dos mellores tesouros de 
calquera Igrexa,
 reverbera alí un pouco máis. 
Ninguén entende ben o idioma en que cantamos. Que 
é polaco. 
Polaco con seseo e con gheada, seguro. É noiteboa. 
Aplauden a esgalla. 
Wawel, o dragón, exhala un par de nubes de Magalhaes 
polo nariz. 
É escéptico, hospitalario. Na cidade resoan pasos dos 
que deron pasos alí hai oitenta, 
 mil, tres mil anos. 
Porque hoxe visitamos os campos. 
Cauterizar esa memoria? Demasiado arduo. 
Até para un dragón.

Para finalizar en castellano. Un poema de Roberto Juarroz, de su “Poesía vertical 
“Sexta poesía vertical” 

30

 El árbol es una lección de presencia, 
una lección sin precedentes, 
donde se reúnen como en una dimensión 
o tiempo o ejemplo distinto 
las preguntas del recuerdo 
y las preguntas del olvido. 

La canción en cambio es siempre 
una forma de la ausencia, 
un eco del polvo que se levanta 
en lugar de la palabra que no existe. 

Pero no sólo es una magia la presencia: 
tembién es una magia la ausencia. 
Por eso el árbol y la canción estarán siempre juntos, 
aunque el invierno abata las palabras y las hojas. 


Toca seguir cuidándose, porque relajar ahora nuestro celo podría sernos dañino. Cuidarse no sólo es quererse, es querer a los otros. 
Carloslesta en A coruña, 2020


lunes, 15 de junio de 2020

Nuestro Macondo, sábado 13 de junio de 2020


 Buenas tardes mis queridos Diversos. Nuestra crónica hoy viene de la pluma de nuestra dominadora de libretas. La titula crónica negra pero esta llena de grandes matices. 

A seguir viviendo con besos y versos.

Ángeles


CRONICA DE 13 DE JUNIO DE 2020



Quizás no tenga el día,  ni siquiera me alcance la ironía, para escribir una crónica jocosa, tal vez,   como el día frío y gris, solo  rezumen estas letras tristeza, con el aroma amargo y el color en  blanco y negro que deja la estela de una esquela,  el duelo, por todos los que no volverán al Macondo con su cuerpo,  o por los que volveremos con el alma más quebrada, por las amistades perdidas, y  abiertas en nuestras almas las  mismas viejas  heridas,  las que  nunca han sido ni curadas ni  cosidas.


Con el lenguaje militar con él que  nos han hecho vivir esta pandemia,  ante el atronador ruido de una guerra soterrada, de los virus y venenos que  abonan el terreno de este planeta al que con acierto se llamó tierra, nunca cielo, la poesía ha sido  mi refugio ante un  bombardeo incesante en redes y  medios;   ya en desescalada, ante las puertas de una nueva anormalidad,  huyendo del atronador ruido,  hambrienta de serenidad y de calma, con una necesidad voraz de la sinrazón del poeta, para recobrar la fortaleza,  fui pidiendo un sinfín de “citas” a los que antaño cayeron, a los curanderos del alma, hastiada de  matasanos vivos de cuerpo y mente,  de los que ya versaba Quevedo; militares, jueces y médicos, a los que se han ido sumando durante los siglos batallones de políticos y periodistas, con la única finalidad de doblegarnos  el  alma.



Y así con ese lenguaje terrible se fueron sucediendo mis “citas” para combatir al  veneno y esquivar sin salir mucho al virus. 



Entraron en mi vida cual ejército,

de curanderos exquisitos.

Sus lápidas han sido tapas negras

de visor, y editoriales varias.

Yacen en bibliotecas alineados

atrincherados en mil libros

soldados que sin tregua disparan

sus certeras balas al alma;

con cartuchos de sangre y de tinta

con pólvora escueta y sucinta;

mis Generales, sin brillos de estrellas,

vivos y eternos, en las cunetas.

Los deportados y defenestrados

con sus misiles, ilustrados:

¡qué por versos fueron encarcelados

arrinconados y exiliados!

Mas la tierra se abona de poetas

guerrilleros de libretas.

En sus tumbas sus semillas florecen

en la tierra jamás perecen.

Son los médicos de la retaguardia

los que siempre están de guardia.



Y radiantes y vivos me fueron dando uno a uno sus “citas”,  Rafael Alberti, me inyectó hierro en vena,  Joan Margarit fue mi heparina y mi aspirina,  para bajarme la fiebre Valente,  otro Angel  González apostó por el potasio, como siempre Machado me recetó aire puro y vitaminas, en ningún momento se separó de mi lado; mientras la se siempre, Doña Gloria Fuertes, me sacaba en sesiones de terapia, sin paños calientes, unas risas, y así os digo que he vivido y sigo viviendo, peleando cual Quijote, enfrascada en el intento de no recobrar jamás el juicio, para logar algún día esa lengua viperina que a jueces, militares y matasanos desquicia.



Lamento no estar recuperada del todo, para hacer un buen verso ni una buena crónica, un verso y un beso con todo mi cariño para todos. 

Rosalía Ajamil Sánchez. 







Nuestro Macondo, sábado 6 de Junio de 2020


Buenos días mis queridos Diversos, reenvío la crónica de Miguel Ángel Cabezas que nos llega desde el sur con sus colores y olores y por supuesto con sus versos. Nuestros hilos poéticos llegan a unirnos aún sin vernos. Fabuloso.
Besos y versos.
Ángeles

DESDE EL SUR
Simplemente con la imaginación, volvemos al rincón del fondo del "Café de Macondo", con nuestro café descafeinado con leche sin lactosa (ni café ni leche, ¡que leche!). 
Pero la realidad nos encuentra en el Sur (al Sur del Sur, que dice un amigo). Y desde aquí va la crónica a este primer sábado del mes de junio, preparando un verano como si fuera "encuentros en la tercera fase", pero cargados de poesía enclaustrada en anteriores fases, que para algo sirven los confinamientos y sobre todo las "fases". 
¿En que fase nos encontramos?. Yo me encuentro...  desfasado.  Tanto es así que casi he olvidado el arte de escribir, así como uno se olvida de hablar o de andar o de tantas cosas que se pierden, cuando se pierde la libertad. 
Y en esas estamos, tratando de volver a la normalidad que nos quede, de seguir manteniendo pura la imaginación, sin contaminantes, para que el espíritu no se resienta tanto y sigamos siendo personas: las que eramos, las que somos, las que seremos. 
Desde Coruña a Cádiz, pero el mismo mar. Desde el "galego" al "andalú", pero el mismo cielo y la misma luna, que así los veo todos los días y todas las noches. Aunque ahora la luna no pasa de "fase" cuarto creciente, hasta que lo diga el Gobierno. Pero nadie duda que llegará la "fase" de luna llena y sobre todo, la más importante: la "fase" de luna nueva. 
Por hablar un poco de poesía, de poesía andaluza, he llenado la mesa de libros, he leído, releído y rebuscado. 
Y como primera nota doy paso a un poema de Lena Carrilero (Cabra, Córdoba 1994)poeta andaluza de ahora mismo. 

DICEN 

"Dicen que tienes que pasar 
tu vida besando bocas 
hasta que encuentres "la boca" 
que dé el beso que todo lo borra 
que todo lo cura,
que todo lo sabe 
y todo lo dice sin hablar. 
No se si cuando leas esto 
habrás pensado en la mía,
 ni siquiera yo sé si he besado 
suficiente o demasiado 
como para encontrar respuesta 
a estas preguntas, 
pero como siempre que hablamos 
del futuro es desde el presente, 
hoy sé que tu boca 
es la "boca" que yo buscaba 
en este texto, 
y en lo que queda de mi corazón 
desde que lo hiciste tuyo, 
desde que besaste esta boca 
que ahora y 
para lo que queda de mi vida, 
te pertenece".

Ya veis que soy un persistente buscador de palabras y sentimientos claros, bellos. Quizás no he sabido ser de otra manera y mis gafas de la vida me ponen siempre los mismos colores. 
Busco los versos de otro poeta andaluz Mariano Rivera Cross (Jerez de la Frontera) de su poemario 

"Para no morir en los ocasos"

"Al fin, sólo es cuestión de distancias" 
"¡Cómo el tiempo repta por los muros de la edad 
sin más escalas que el impulso de un cosmos 
desconocido, aguardando la senda de lo que fue la vida! 
Mas no por ello dejaremos de bullir ante un junco 
ofrecido del río: ninfa que sobrevuela la corriente
 con andares de princesa y sonrisa endemoniada de lujuria. 
La dulce vida de los sueños que nunca se nos desvanece 
mientras no se culmine el asalto a la cima de la memoria. 
Por lo que hemos de perseguir mariposas de colores, 
cuyos ojos, pechos, caderas, muslos y vientres 
reten al dulce y angélico pecado de la tentación. 
Al fin, sólo es cuestión de luchar con las distancias".

Y  en este momento preciso, donde no hay dos sin tres, os comparto los versos de Dolors Alberola, (Sueca, Valencia)pero afincada en Jerez de la Frontera hace ya unos cuantos años, de su poemario "Palabras para el frio" 

"Pájaro solo" 
"A qué me aferro ahora que ya lo mío es tuyo, 
mi corazón, tu sombra y tu sombra mi abrigo. 
En qué me vierto ahora que mi sangre se acaba 
y ya no tengo tinta con que escribir tu nombre. 
De qué me viene ahora 
toda esta plenitud de mi vacío
que se vistió de ti y me hizo ser palabra. 
Adónde van los versos cuando el cantor se muere 
y sólo queda el pájaro y el limonero solo. 
Tal vez tú nunca sepas que no supe 
guardar mi palpitar para guardar tu sueño".

Se me quedan en la mesa y entre los dedos un montón enorme de poemas y poetas andaluces conocidos o no demasiado conocidos, y tampoco se trata de hacer un compendio de todos, sino de esos breves retazos que nos entretienen el alma en las mañanas de los sábados y que quizás nos llamen la atención para seguir leyendo cosas de ellos. 
Así, con este pequeño mosaico de poemas andaluces, nacidos entre naranjos y "finos", sin por eso dejar de lado la cerveza "Estrella de Galicia", que también se encuentra y se toma por aquí, sin dejar el pulpo, pero con el "pescaíto frito", es decir sin dejar nada de lo del Norte pero añadiendo lo del Sur, que de todo hay que probar.
 Acabo la crónica con mis propios versos, aquellos que cierran el poema "Peatonal", del poemario colectivo "Poemas de amor e cidade", que siguen estando vigentes hoy día. 
"Camino la calle que caminan todos, 
aún sabiendo que no es mi camino".

Junio 2020.

jueves, 4 de junio de 2020

Nuestro Macondo, sábado 30 de mayo de 2020






Muy buenos días queridos Diversos. Hoy nos llega una crónica de Mª del Carmen Pavón, que nos lleva a una reflexión sobre los momentos que vivimos vista desde la voz que habita tras la mascarilla.
Que los tiempos que vengan sean mejores.
Besos y versos para todos.
Ángeles


Queridos  diversos y diversas:

Dicen que tenemos que acostumbrarnos a llevar el rostro protegido porque la mascarilla llega para quedarse. Hablan de utilizarlas durante más de un año y normalizar su futuro uso, como ya lo vienen  haciendo chinos y japoneses.

Hoy, pienso en ello y, me invade la pena, también la rabia e impotencia.
Visualizo nuestros cuerpos convertidos  en  caminantes  autómatas, unificados en este mundo globalizado y, horrorizada, se me eriza el cabello y me surge el consuelo de escribir.
Nuestro lenguaje ha cambiado.
Todos; políticos, médicos, profesionales…incorporamos a nuestra vida diaria palabras, casi bélicas, que esconden miedo y desencanto.
Virus, vacunas, contagio, desinfectante, guantes, investigación, confinamiento, desaceleración, control, mascarilla, enfermedad, distanciamiento, ¡Muerte!
Nos movemos en un escenario de ciencia ficción que, ¡por desgracia!, cada vez, lo presentimos como más real.

Nos queda el arte; en sus distintas facetas, como una balsa que flota entre coléricas olas y nos salva de la salvaje uniformidad.
Así que, agradecida, acuden a mi mente magníficos pintores, cuyos retratos me transmiten maravillosos sentimientos y  sumergen en la realidad que me satisface.

La joven de la Perla, de Johannes Vermeer”,” Retrato de Inocencio X , de Velázquez”,
La Gioconda, de Leonardo da Vinci”…
La lista sería interminable.

Y qué decir de la poesía y de los magníficos poetas que elevan el rostro a los altares.
Fue fácil encontrar buenos poemas que dibujen un rostro.
Entre tantísima variedad, elegí una  mínima representación (clásicos y actuales) siguiendo el criterio de mis gustos personales.

Federico García Lorca, “Arbolé, Arbolé”                         Jorge Riechmann” Poema 17”
La niña de bello rostro                                                        Un rostro libre, ya bruñido de
Está cogiendo aceitunas.                                                     Éxodo

                                                                                              José Hierro “Mambo”
Góngora “A un sueño”                                                         Brazos de mujer, espaldas
Pues traes los espíritus despiertos                                      bajo los pálidos astros
Sólo a representarme el grave ceño                                   eléctricos, bocas rojas
Del rostro dulcemente zahareño.                                       de carmines falsos.





Gustavo Adolfo Bécquer “Rimas XII” ( Edición de José Carlos de Torres)
Es tu boca de rubíes
Purpúrea granada abierta

Os dedico; envuelto en  abrazos, mis versos de rostro limpio, escritos tras la tela que cubre mi aliento.

Cuando tus ojos y boca sonríen  a la vida,
la fealdad no se percibe.
El interior aflora con aroma de manzana
y la acritud se anula en la esperanza de los días.

Cuando tu  rostro expresa verdad,
es pura poesía
y la fealdad se esfuma entre brisa de trigales.

Porque nada más hermoso,
que mirar tus ojos sin barreras.
Nada más reconfortante,
que ver la comisura de tus ensoñados labios.


Hasta el próximo reencuentro, tal vez, con el rostro libre para poder respirar y hablar con la normalidad de siempre.
Feliz semana y felices días venideros


Mª del Carmen Pavón ( Con mascarilla, de momento.)
(28 de mayo de 2020)




Nuestro Macondo, sábado 23 de mayo sde 2020





Muy buenos días mis queridos Diversos. En esta red de versos que nos unen sin vernos hoy escribe María José Viz, dando aliento a los clásicos.Otra visión, otras emociones. Siempre es genial nuestra diversidad

Que los poemas nos acaricien y nos lleven a ver mejores horizontes.
Besos y versos.
Ángeles.

QUERIDOS Y QUERIDAS DIVERSOS Y DIVERSAS:
Es tiempo de Coronavirus, mal que nos pese. De recogimiento impuesto, de sentimientos exacerbados que nos tornan vulnerables como frágiles mariposas rompiendo la piel de su oruga. Pero también es el momento de ensalzar los valores y los lazos que nos unen… Os echo de menos. Veros, aunque fuese de un modo forzosamente intermitente, era un acicate maravilloso para las mañanas del sábado. Pero… ¿Por qué lo digo en pretérito? Retornarán la conversación amena y los versos al Macondo, muy pronto, porque los deseos más intensos y nobles se han de ver cumplidos. No lo pongáis en duda.
Esta noche, ha acudido a mi mente el gran Quevedo. ¡Lo admiro tanto! Por su variedad de registros; por su tratamiento impecable de temas como el paso del tiempo, la muerte o el amor, por sus magníficos sonetos, por su magistral e hilarante poesía satírica… He repasado mi ejemplar, amarillento ya, de POESÍA VARIA, editado por EDICIONES CÁTEDRA y con estudio a cargo de James O. Crosby. Y he entresacado dos sonetos, (estoy segura de que los conoceréis), para rememorar la belleza intrínseca de su poesía.
El primero es, en palabras de Dámaso Alonso, «seguramente el mejor de Quevedo, probablemente el mejor de la literatura española» (Poesía española. 1950). A mí me sigue impresionando, al releerlo en pleno siglo XXI.
[Amor constante más allá de la muerte]
Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;


Mas no desotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,