sábado, 20 de febrero de 2021

Nuestro Macondo, Sábado 20 de febrero de 2021

 

Muy buenos días mis queridos Diversos. Hoy madruga la crónica igual que el viento, y viene de la pluma de nuestra Rosalía, a la que une un hilo invisible de versos con el recientemente ido Margarit, y así salió y aquí está. 

Besos y versos para todos. 

Ángele



20 de febrero del alegre día pasado por agua y virus del 2021

Hola a todos.



Hoy la crónica, en la que con descaro me cuelo, y con el permiso de un Àngel os digo, que tengo un fundado motivo, dar las gracias y compartir con vosotros los consejos recibidos, de uno de los mejores maestros, Joan Margarit, quien también me ha soplado al oído que quería estar en el Macondo un ratito con todos, y a quien hoy le rindo este pequeño tributo, también, con vuestro permiso.



Vaya por él este homenaje;

a un gran maestro de obras,

a un grande del oficio;

arquitecto de pensamiento,

delineante de poemas,

consejero de los cimientos,

y artista, de los sentimientos;

hacedor, de impresionantes versos,

conocedor, de grandes secretos,

del amor por un oficio, incruento.



Maestro que ha dado clases,

de honestidad, y sinceridad,

buscando siempre ¡la verdad!

(Aunque mi verborrea me pueda

y yo con él siempre la suspenda)



Con su mente, ordenada y matemática,

cuenta que la poesía ha de ser:

concisa y exacta”, con todo el saber.



Entrad en el poema con un problema

y salir de él con la cabeza ordenad”



Busca en el sentimiento la razón”

y la intensidad es concentración.

( Y me vuelvo a perder en la lección)



En su tabla de consejos narra del verso esto:

Osadía y humildad', osado para escribirlo,

y humilde para decirlo, sin mediocridad”.

( menudo duelo, difícil, para ser honestos).



Y leí, su casa de la misericordia, y entendí lo que me quería decir.

-Que un poema solo será la hermosa casa de una buena historia.



Y tratando de ser honesta, después de revelar algunos de los secretos que le he ido leyendo, llego al final reproduciendo literalmente dos de sus poemas con historias que espero que os hagan sentir como a mí, pequeñita, ante algunos planos de sus obras colosales.




De :escritores.org



CASA DE LA MISERICORDIA.



El padre fusilado.

O, como dice el juez, ejecutado.

La madre, ahora, la miseria, el hambre,

la instancia que le escribe alguien a máquina:

Saludo al vencedor, Segundo año triunfal

Solicito a Vuecencia poder dejar mis hijos

En esta Casa de Misericordia.



El frío del mañana está en la instancia.

Hospicios y orfanatos fueron duros

Por más dura era la intemperie.

La verdadera caridad da miedo.

Igual que la poesía: un buen poema,

Por más bello que sea, será cruel.

No hay nada más. La poesía es hoy

la última casa de misericordia.”





MAÑANA EN EL CEMENTERIO DE MONTJUÏC



He estado en la montaña de las tumbas:

he llegado hasta aquí cruzando el yermo

de Can tunis, nevado de jeringas

y de plásticos grises: aquí tiemblan, errantes,

las estatuas de trapo de los yonquis.

Corre la voz de que el Ayuntamiento

lo arrasará, cubriendo de hormigón

los campos de hierbajos ante la enorme reja

del cementerio, alzado frente al mar.

Será una compañía peor para los muertos:

los difuntos, su muro y silencio,

armonizan mejor con los yonquis

que son como soldados que deambulan

extraviados después de la derrota.



Al subir por el viejo camino frente al puerto

los barcos y las grúas van empequeñeciéndose

se ensancha el mar. Aquí, en lo más alto,

estás salvada del dolor del mundo.



Triste, en otro día sin versos, pero sabiendo y revelando otro de sus secretos, que nos ha dejado 69 poemas inéditos y que siempre tendrá un sillón guardado en nuestro rincón del macondo y en nuestro corazón para seguir releyendo. Gracias por todo al maestro, y a vosotros, por la paciencia de esta aprendiz de este oficio de construir casas con letras.



Rosalía Ajamil Sánchez







domingo, 14 de febrero de 2021

Nuestro Macondo, sábado 13 de 2021

 

Muy buenas y soleadas tardes mis queridos Diversos. Nuestros sentimientos de añoranza vienen envueltos en las palabras de nuestro Don Antonio.

Que este domingo de Carnaval se disfrace de abrazo para que nos acompañen los besos y los versos.

Ángeles.



DIVERSOS…Y DISPERSOS

Con retraso notorio cumplo un encargo recibido en tiempo y forma y que por razones solo imputables al interesado demoré el cumplimiento de algo siempre grato. El deber de mantener la llama del fuego del verso travieso, humanos, alegre, bello, y un día como hoy enamorado. Lo hago con la mirada nostálgica en el Rincón de los Elegidos allí donde el café se hace MACONDO y la figura de Gabo planea burlona y divertida escuchando con amable afecto…

Ya hace un año, día en más día en menos, que tampoco hace al caso, que por orden de la autoridad, se disolvieron las reuniones cargadas de futuro que diría Celaya, subversivamente poéticas, donde con anárquicas voces pero siempre en el tono de la complicidad amable se apiñaban rimas sobre sobre una mesa donde los pocillos de café eran los peones de nuestro ajedrez…

Sigue la orfandad de las miradas risueñas, de las travesuras y de los guiños al futuro… No se deleitan nuestros ojos con los indiscretos anillos de Ángeles, que en sí mismos son poemas, ni nos escandaliza Rosalía con sus rimas ácidas, ni la voz profunda de Paco nos guía por el amor y la Mitología… Placeres no está omnipresente, embozada en su sombrero…y así una a una, cada ausencia, la de tantos Diversos cargados de versos. El corazón se encoge un poco más a cada evocación…y son muchas… Y es esa ausencia la que le da toda la dimensión a su valor.

Y la melancolía de que nuestra normalidad… Esa que como nuestra inocencia ya quizás ha quedado atrás para siempre… Y ya quizás no podremos decir como Fray Luis de León…”como decíamos ayer”… Porque “ese ayer del que usted me habla”…sospecho que de puntillas se comenzó a ir en sentido contrario al del virus indecente que con soberbia insoportable vino con ánimo de quedarse…para jodernos la vida y los versos…

Se fue en el ocaso de la alegría, surcando en silencio el Orzan…con apenas un equipaje de versos por decir, de poesías por recitar, de complicidades que compartir…

Perdón por llegar tarde ... .al borde del toque de queda… Buenos versos y buena suerte…

Antonio Campos Romay.

domingo, 7 de febrero de 2021

Nuestro Macondo, Sábado 6 de Febrero de 2021


 

Muy buenas tardes mis queridos Diversos. En este sábado que tenemos de todo, lluvia, viento, sol..... no nos podía faltar una crónica de nuestra querida Rosalía. Les propongo un ejercicio de imaginación. Piensen en nuestra mesa del fondo e imaginen a Rosalía con su libreta (toca granate en este momento) lean la crónica y escuchen el cierre de libreta. Y sonrían que las sonrisas son sanadoras.

Besos y versos para todos.

Ángeles.



Crónica del Macondo, a 6 de febrero del 2021

Me toca encantada, hacer la crónica de un sábado sin macondo, sin churros, sin café, sin amigos, sin anís, y según me dijeron ayer, en mí caso, también sin vacuna, por haberme pasado, por los pelos o por las canas, de los cincuenta y pico.
En este estado de ánimo en el que me hallo, en este cuento sin perdices, empapeladas mis narices, en ese estado de queda, sin quedadas, en este lío de precintos, habrá que poner los medios para hacernos un poquito felices, sacar fuerzas de flaqueza para combatir la tristeza de éstas ráfagas de ciclogénesis, que todo lo anegan, arrastrando el virus por todo el mundo, y para cualquier virus, no hay mejor vacuna, que las ganas de reír y las de vivir, metiéndonos para ello en el cuerpo dosis de alegría, sacando a ese payaso del niño que llevamos dentro, para no tomarnos la vida demasiado en serio, tirando de la grasa y de la guasa, a ver si la tormenta, de la tristeza, pasa.
En mi caso, para no perder la alegría en el cerebro (el sexo ya lo perdí entre cuarentenas, falta de tacto y contactos) me he propuesto esta semana hacer, de una sentada, un poema de seiscientos versos, que me tiene sorbido el seso, combatiendo mi altísimo estado de celo al estar, a palo seco, sin poder compartir con vosotros ningún verso.
Cuando le he contado al médico, el número que me he propuesto, me ha recetado, por teléfono, sin auscultarme y sin mirar en mis ojos el brillo de mis carcajada, una caja de ansiolíticos, que yo he tenido a bien cambiar por las correspondientes dosis de endecasílabos, heptasílabos, liras, alegrías…, para sanar mi seso y huir del ruido de hemiciclos y de leones del circo, con sus tintes tan ridículos.
Según mi dosis me los meto en vena o en pastillas, con la madrugada, el alba, o la mar saldada y con ellos consigo alguna risotada; tan pronto me llevan a los toros como hacen  de mi salón una jaula de cristal; las pastillas de la noche me ponen más belicosa y, desde la trinchera de mi cama, disparo palabras como balas, algunas reconozco que me hacen alucinar, esto es, flipar, me ponen metafórica, un poco lo que se lleva, para que nadie te entienda; me explico “Salgo a caminar por las nubes con un traje de Serehezade y con niebla en mi mirada”. Poema que luego tengo que traducir y explicar a mamá, cuando me pregunta que qué he hecho por la mañana -Salir a dar un paseo distraída, con mascarilla y con las gafas empañadas, sin ver nada -.

De tal manera que siguiendo con la receta espero no perder también el seso y logar un buen final, que no me cabe duda sucederá, cuando os los consiga recitar, con un cierre de libreta, lo que significará que comeremos perdices y seremos felices.

Aquí os dejo el resultado de la dosis de esta mañana al mirar por la ventana, inspirada en dos grandes maestros, uno sabrá quién es, al otro lo cito en el poema, y aquí os dejo y regalo “mi panorama”, de buena gana.

Ventana


No sé ¡de qué me quejo!
sí hay sol, en mi ventana,
y por ella pasean nubes blancas,
pasan canas, y madrugadas.

Por pasar, pasea la vida,

aunque reniegue Don Pablo Neruda;
pasan horas, y ¡las campanas!,
la luna, la medianoche y, la noche;
y caminan ¡las estaciones!,
pasean las “sirenas”, y algún coche.

También se pasean los días,
en sus cristales,
blandiendo nieblas, y alegrías.

Pañuelo fiel, de los días de lluvia,
cuando en las almas ¡gotea o diluvia!

Confidente de sus vecinos y transeúntes
compañera afín y leal de la soledad,
que contesta siempre lo que preguntes.

Ella es mi calendario;
con las vistas a un atrio,
y, a un viejo campanario;
a la iglesia, al árbol, a la mar, al cielo y al campo.

A mi ventana se asoman puentes, de colores,
con arcoíris colgados de un cielo, con flores,
apoyándose en tejados y en los diques del puerto,
dándome ramos, de zafiros y de reflejos,
como si fuera jardinera, de un bello huerto,
dónde crecen, cada mañana, sabios consejos.

¡Dé qué me voy a quejar!
sí tengo una ventana,
sin cortina y persiana
que deja transparentar
las vistas a esta historia
¡desnuda en mi memoria!



Un beso, Rosalía Ajamil Sánchez