lunes, 18 de marzo de 2019

Nuestro Macondo, sábado 16 de Marzo de 2019


EN EL MACONDO, una mañana soleada,  UNA CANCIÓN AL FONDO SONABA, PRETTY WOOMAN, MUJER BONITA, LA MAÑANA SONREÍA, EL TEMA DEL DÍA, LA ALEGRÍA EN LA POESÍA.




¡Cómo no iba a ser Don Nicolás Parra!, quién inaugurase con la que llaman anti-poesía, su cara más alegre  y en honor a su poesía, tuve el honor de abrir la sesión con los cuatro sonetos del apocalipsis de Don Nicanor, que por su plasticidad, y sin cometer plagio o cualquier género de osadía que pueda alterar tanta belleza, literalmente os reproduce, el primero de ellos, Rosalía.
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Sin lugar a dudas siguiendo un sendero de cruces por la rima clásica a la que su guasa nos arrastra, cabalgando por  endecasílabos perfectos, desvelándonos sus secretos, en la manera en que sólo saben desvelarlos, los tocados por la magia, en ese último terceto que revela toda el saber qué sólo los genios son capaces de hacernos comprender.



Arrastrados por la pasión de ver con un solo trazo la perfección, unidos por el privilegio de sabernos tocados por el don del entendimiento, decidimos aliarnos con  Nicanor, y rezar con él su padrenuestro, con sus versos piadosos, concluyendo:
“ Tienes que darte cuenta
de que los dioses no son infalibles
y que nosotros perdonamos todo.”

En este ambiente de recogimiento, no quiso traer la risa el viento, llegó en la dulce voz de Yoli, como emulando al espíritu santo, un poema, al que su autora, esa poeta Yoli de sonrisa abierta, “la mujer pájaro” dejando en su gallego materno un reguero de metáforas que nos hizo estremecer ante la realidad del burka en una mujer. “Bramando a berros” “ Eles. Covardes. Inquisidores”
Se fueron apagando las sonrisas y se fueron las poesías, (para la que esto escribe siempre son alegría) y se hicieron hueco los poemas (desahogo para las penas) y un sentimiento de tristeza nos invadió al escuchar la historia de un poeta que a sus 19 años nos dejó, después de haber escrito, desde los ocho años tres o cuatro poemarios, de una altura magistral, amigo personal de Guillermo quién aún recuerda el pasillo de la casa con destino a un final que siempre quedará abierto, accidente o suicidio, Felix Francisco Casanova Martín,


quién pocos días antes de su desenlace se preguntaba por un buen momento para la muerte, quién no quiso subir más a la montaña  y que de forma sucinta dejó escrito este sucinto y gran poema
“Qué alivio eres un árbol
y no puedes seguirme.”
Compañero de Guillermo, siempre en su bosillo, se hizo su hueco Julio Cortázar, ese narrador de cuentos y relatos, con poemas novelados, “ Le dome” un retrato de un final, con besos, entre colillas, por la resaca de otros días.
Esos finales, a veces, nos dan la oportunidad de recordar otro final, que en el Macondo nunca dejáremos olvidar, se trata de la historia veraz, de un angel, Ikiño Ribadulla, un niño coruñés, un niño virgen y también poeta, que con 17 años en el 37 fue fusilado en un paredón y que solo pidió un último deseo, no caer en el olvido, a su tía transmitido, hoy, ha sido en el Macondo su deseo cumplido, su prima que nació años después, el mismo día, nos traerá el próximo día retazos de su poesía. La magia de la poesía.
En esta mañana intensa Yoli nos dio cuenta de la presentación del maravilloso libro de las Calpurnias, orgullosos de nuestra Diversa, motora de la idea de xuntar a todas las poetas ourensanas vivas de la que es su tierra, escuchamos a Calia Parra, hoy era día de Parras, aunque nos vamos siempre por las ramas, y nos quedamos con las ganas de escoitar moito mais, seguro que as Calpurnias voltarán.
Y cómo soy como soy, no puedo acabar está crónica sin decir que hoy me siento bonita, cómo pretty woman, cosas del ego, que diría algún diverso.

A Coruña a 16 de marzo de 2019



lunes, 11 de marzo de 2019

Nuestro Macondo, sábado 9 de marzo de 2019


WISLAWA SZYMBORSKA
Las tres palabras más extrañas




Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.

Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.

Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.

Muy buenas tardes queridos Diversos, hoy nuestra mañana poética empezó con la resaca del día de ayer, de los momentos vividos y de las sensaciones que surgieron a partir de las manifestaciones.
Pero pronto llegaron los poemas de la polaca de difícil nombre y de verso sencillo pero muy enriquecedor Wislawa Szymborska, leímos Las tres palabras más sencillas y El silencio de los árboles. También escuchamos versos de Francisca Aguirre, sobre la tristeza y sobre París.
Y llegaron poemas propios de la voz de Rosalía (Hoy escuché una poesía, era masculina........ ), disfrutamos y reímos con los puntos suspensivos, y la risa siempre es acogedora y conmovedora, y también Paco nos deleito con su poema número 2 (Mis pasos son mis versos....), recibiendo aplausos su lectura.
Y nos metimos en un debatido debate, valga la redundancia, sobre arte, belleza, copiar o recrear, ideas geniales, artesano y no artista..... y se nos fue la mañana acompañados los instantes con versos.
Rematamos con un precioso haiku de Basho:

Bajo un mismo techo

durmieron las cortesanas
la luna y el trébol.

Y como en el medio de la mañana habíamos hablado que la poesía surge de la tristeza, la desolación, el desamor, decidimos buscar poemas de alegría, felicidad para que pueblen el sábado que viene.
Y mientras tanto que la vida se llene de besos y versos.
Ángeles.



domingo, 3 de marzo de 2019

Nuestro Macondo, sábado 2 de marzo de 2018


Joan Margarit




MUJER DE PRIMAVERA 
Detrás de las palabras sólo te tengo a ti.
Triste quien no ha perdido
por amor una casa.
Triste el que muere
con un aura de respeto y prestigio.
Me importa lo que sucede en la noche
estrellada de un verso.

JOAN MARGARIT, Arquitectura de la memoria, Cátedra, Madrid, 2006
Muy buenas y soleadas tardes mis queridos diversos. Los rayos de sol de esta mañana nos llevaron a la mesa del fondo del café de Macondo, y de allí paseamos hasta La Habana, con sus luces y sus sombras porque como dice Benjamín Prado: Lo bueno de estar despierto es que puedes soñar lo que te dé la gana, y decidimos soñar con pasear por El Malecón y sonreír, sonreír, mientras algunos de nosotros recordábamos. 
Luego dedicamos la lectura a los poemas de Joan Margarit, este hombre de ojos bondadosos acompañado de mirada pícara. Leímos Mujer de primavera, La partida.... Descubrimos una poética sencilla, que no simple, pero con una gran belleza, escribe sobre las cosas cotidianas y su recopilación de poemas son un diario para conocerlo.
También tuvimos crítica de la vida cotidiana por parte de Rosalía y glorificación del amor por parte de Paco. Utilizamos la poesía para disfrutar de la intensidad de la vida a través de las palabras.
Y en el medio de diferentes tés, cafés y algún que otro churro descubrimos que:  Mucho tiempo después, fue otro día (Benjamín Prado).
Y nos separamos para reencontrarnos el sábado que viene con más besos y versos.
Ángeles. 
foto propia- A Coruña

Nuestro Macondo, sábado 23 de febrero de 2019



JOSÉ LUÍS PEIXOTO

imagen de inernet

a la hora de poner la mesa, éramos cinco:
mi padre, mi madre, mis hermanas
y yo. después, mi hermana mayor
se casó. después, mi hermana pequeña
se casó. después, mi padre murió. hoy,
a la hora de poner la mesa, somos cinco,
menos mi hermana mayor que está
en su casa, menos mi hermana
pequeña que está en su casa, menos mi
padre, menos mi madre viuda. cada uno
de ellos es un lugar vacío en esta mesa en la que
como solo. pero estarán siempre aquí.
a la hora de poner la mesa, seremos siempre cinco.
mientras uno de nosotros esté vivo, seremos
siempre cinco.

na hora de pôr a mesa, éramos cinco:
o meu pai, a minha mãe, as minhas irmãs
e eu. depois, a minha irmã mais velha
casou-se. depois, a minha irmã mais nova
casou-se. depois, o meu pai morreu. hoje,
na hora de pôr a mesa, somos cinco,
menos a minha irmã mais velha que está
na casa dela, menos a minha irmã mais
nova que está na casa dela, menos o meu
pai, menos a minha mãe viuva. cada um
deles é um lugar vazio nesta mesa onde
como sozinho. mas irão estar sempre aqui.
na hora de pôr a mesa, seremos sempre cinco.
enquanto um de nós estiver vivo, seremos
sempre cinco.

Muy buenas noches de sábado mis queridos Diversos, hoy los versos de la mesa del fondo del café de Macondo nos encontraron hablando de ausencias y presencias, lejanas o cercanas, y para ello utilizamos los versos del portugués José Luís Peixoto que un martes 23 de febrero del 2010 nos dejó sus poemas en Coruña, en un encuentro de poetas DI(N)VERSOS. El poema que encabeza el correo nos hace ver de manera preciosa que la muerte no es el final, siempre habrá vida en el recuerdo de alguien al que hemos querido y que nos ha querido. Seremos siempre cinco.
Y escuchamos los versos de Placeres: Falsos reflejos: Donde se encuentra la línea entre lo que deseamos expresar y lo que el otro entiende..... Somos un reflejo de lo ya sentido. Estos versos nos hacen ver que muchas veces solamente oímos para contestar sin pararnos a pensar, ni en lo que oímos, ni en lo que decimos. Y Paco nos regaló los versos de Y me iré: El cielo y la tierra unirán sus manos y me dirán adiós, hasta siempre......, hermosa reflexión de nuestra vida finita.
Y leímos un poema de Joan Margarit, La espera, y nos quedamos con ganas de más, por eso esperamos al sábado que viene, que será 2 de marzo, para leer y escuchar más versos de este autor.
Y sin más y con más aromas de anís, nos despedimos entre besos y versos.
Ángeles.
foto propia