jueves, 29 de septiembre de 2022

Nuestro Macondo, viernes 23 de setiembre de 2022

Muy buenas tardes mis queridos Diversos, seguimos caminando. Y escuchando versos y sonriendo. 


Adjunto la crónica de Paco de este viernes en nuestra mesa del fondo del Café de Macondo.
Besos y versos.
Ángeles

Hace poco era quizás “un barco a la deriva”, “el último vagón del tren del silencio en la tormenta”, era tal vez muchas ilusiones y simplemente nada. Pero al fin, después de la última tertulia en que logramos volver a ser tres, hoy hemos conseguido ser seis. Y sobre todo qué más se puede pedir que estar flanqueado por nuestras Rosalía y María Placeres, todo un placer, nunca mejor dicho, volver a estar juntos. Carlos Blanco que repite, Alfonso nuestro D. Quijote que también repite y esa sonrisa de Flory, una nueva amiga.

Casi todos leímos y todos disfrutamos. Rosalía abrió su libreta (la nueva es roja, de color, claro). Carlos recitó el único de sus poemas que recuerda de memoria (¡y yo que me creía el único!). Alfonso otro suyo y Placeres leyó otra vez a Alfonso para disfrutar doblemente de su obra. Flory nos escuchó a todos y yo logré leer este mío, aquí lo resumo pues es más largo y como ya era tarde, casi las ocho, nos fuimos todos prometiendo volver:


 Se agotó la última hoja del último cuaderno

 finalizó el sendero por donde huyen

 miles de palabras y un millón de versos.

 …

 Sólo espero que la pluma se despierte en un cincel

 que grabe a fuego y hierro el sentimiento

 convirtiendo a estos versos en testigos

 del paso y transcurrir del tiempo.


 Poema de “Las Memorias de un poeta inédito”


Prometo que el próximo viernes los versos finales serán de otr@ compañer@. ¡Hasta el viernes en el Macondo!


Nuestro Macondo, 16 de setiembre de 2022

 Muy buenas noches mis queridos Diversos. Ya comenzamos y los versos nos esperan en la mesa del fondo del café de Macondo. Recuerden que las reuniones son los viernes a las seis de la tarde. 

Con besos y versos.
Ángeles

Viernes, 16 de Septiembre de 2022, eran las 17:55 y al igual que Gabriel iba camino a Macondo. No sabía realmente si lo siguiente que tendría que contar (escribir, describir) era “otro viernes solo” o simplemente como Gabo habría comenzado “Cien años de soledad” y convertirme en otro Premio Nobel más. Pero no, la suerte esta vez me acompañó y de repente, sólo en la mesa del fondo, oigo a alguien en la barra que le pregunta a Angel por Francisco Vila, y ahí estaba yo saludando a un nuevo miembro de este “barco a la deriva”, Carlos Blanco ahí lo podréis conocer en la foto y supongo que tendrá la suerte de iros conociendo. Y entre otras cosas nos comentó que no es su profesión, pero si su ilusión, que por cierto desde mi punto de vista y conozco a bastantes pintores, a él a Carlos no se le da nada mal pintar, ya lo podréis comprobar. Y como en nuestras tertulias, últimamente, una multitud no somos dos pero si tres, por fin quién mejor que un nombre profundamente literario y legendario “El Quijote” don Alfonso Modroño ha venido y hemos conseguido “Abarrote en el Parrote” y logrado un comienzo de Tertulia. Espero que, por lo menos, se repita el próximo viernes.

Y así los tres hablando de mil y una cosas para conocernos mejor tuvieron el detalle de animarme a leer el poema que llevaba preparado porque “qué es una tertulia literaria en el Macondo sin leer un poco de poesía. Y en este caso leí “El viento tiene miedo” un poema que le tengo cierto cariño como a todos mis poemas claro, pero a este un poco más. Así que hasta aquí hemos llegado “Besos y Abrazos” para tod@s y hasta el próximo viernes 23 a las 18:00 horas en el MACONDO.



El viento tiene miedo


Es la voz del viento

ululando a lo lejos

cruzando los valles

capeando los bosques

elevándose al cielo.


Miedo

miedo de amainar el vuelo

miedo de ahogar el eco

en los confines del tiempo

miedo de convertirse en brisa

y convertir en susurro al trueno.


Miedo

el viento tiene miedo.

Hijo del huracán y la tormenta

hermano del aire

de las nubes compañero.

Amante, amado

de las olas del mar inmenso.


Miedo

el viento tiene miedo

de las noches profundas

del sol y de la luna

de los acantilados salvajes

de las playas

de los desiertos

de las montañas y el cielo.

Del cielo el viento tiene miedo

de convertirse en infinito

al querer apagar con su soplo

las estrellas del firmamento.

De las montañas, de los desiertos

el viento tiene miedo

de perderse en sus laderas

en sus cumbres

en sus dunas

y en sus puertos.

En los acantilados abruptos

donde anidan las gaviotas

los cormoranes y albatros

teme quedarse sin fuerzas

para poder mantenerlos en vuelo.

Y en las playas extensas

donde hasta ahora fue el dueño

teme quedarse dormido

sobre las olas tranquilas

que mansas en la arena se acuestan.


Miedo

el viento tiene miedo.


Francisco E. Vila