lunes, 28 de junio de 2021

Nuestro Macondo, sábado 26 de Junio de 2021

 


Muy buenas tardes mis queridos Diversos. Aunque este curso también llega a su fin y vienen las vacaciones, nos despedimos hasta septiembre como siempre, esperando que el año que viene sea mejor. 

En la crónica que nos escribe Placeres, el comienzo es una foto de la última reunión presencial. Volveremos y seremos versos, cafés y aromas.

Besos y versos 

Ángeles.





Mis añorados cómplices de versos y besos, este sábado finalizan nuestros encuentros en nuestra mesa del fondo del Macondo y nos despedimos hasta Septiembre. Hemos vivido una nueva experiencia manteniendo nuestro contacto por medio de un correo semanal, en el cual cada uno de nosotros ha ido aportando su sentir. Y aquí continuamos manteniendo entre todos la ilusión de poder reunirnos, olernos, oírnos y cómo no, besarnos. 


La poesía es palabra 

Que vela despierta. 

La poesía es palabra 

Que toma conciencia. 

La poesía es palabra 

Que mueve a las piedras. 

La poesía es palabra 

Que debe alumbrar.


Luis Eduardo Aute 




martes, 22 de junio de 2021

Nuestro Macondo, Sábado 19 de setiembre de 2021

 

Buenos días mis queridos Diversos. Nos habla la crónica de hoy con la voz más voz de nuestro grupo, Don Francisco, también conocido como Paco. Les propongo una labor de imaginación, lean sus palabras pero piensen con su voz, y seguro que esta crónica de fantasía, cielos y añoranzas se convierte en algo más mágico si cabe. Que la disfruten!!!!.

Besos y versos de mes de junio.





 La isla del fondo del Macondo con sus Merlines y Morgana y demás hadas del fantástico mundo de las artes está pronta a retomar su resplandor y sus tertulias. Pero no todo serán alegrías pues alguien se irá hacia la isla de Ávalon, alguien se irá, tal vez será Nimue con toda seguridad pero sin Arturo ni Morgana. A pesar de ello, como todos los personajes del mundo de los sueños, de los poemas, de los versos seguirá estando con nosotros en ese rincón fantástico de las libretas ¿Roja, verde, marrón? ¡Quién sabe! Pero siempre llena de reflejos de la vida, del mundo, de cada instante cuando el bolígrafo despierta. Volverá, volverá algún día pues nunca se irá del corazón de ninguno de los que como ella ven la vida con los ojos del Amor, del Dolor y de la Critica en este mundo que en algún momento se dará cuenta del llanto de su reflejo en el espejo de los días. Y a ella como a todos vosotros me atrevo a compartiros un poema que espero me digáis si os ha gustado y si no es así ¡Otra vez será






En mi casa toco el cielo…

 En mi casa toco el cielo 

tengo una ventana 

que la abro si no hay viento 

y aún cerrada veo el cielo, 

en la noche las estrellas por el día el sol l

os gorriones, las gaviotas y algún cuervo. 

Veo el mundo desde ella 

veo calles 

veo puertas y a las gentes en carrera. 


Ayer lucía el sol 

en mi ventana 

hoy las nubes cubren mi casa 

y me ocultan las montañas 

mañana tal vez se hayan ido

 las nubes, las gentes y aún yo 

de esta mi casa. 

Ayer soñaba con un mundo 

un futuro 

mis poemas

 mis libros 

y mi casa. 

Hoy los sueños me despiertan 

el reloj ya se ha parado 

los vecinos de las casas 

en sus calles se han callado. 

Aquellos sueños en las noches 

aquellos días de añoranzas 

instantes que se hacían eternos 

a los relojes silenciaron. 


Alguien dijo alguna vez 

“vive, que la vida no es larga 

y los sueños sólo son sueños 

y la realidad siempre es amarga 

confía en el mundo 

que él te respaldará siempre 

haya sol o nieve blanca”. 

Y olvidó después decir que el ser humano 

es el único animal 

que habla 

promete 

olvida y después ataca. 


En mi casa toco el cielo 

tengo una ventana 

que la abro y la cierro 

y desde ella el tiempo 

amanece y se apaga. 


Francisco E. Vila, 2020

sábado, 12 de junio de 2021

Nuestro Macondo, sábado 12 de junio de 2021

 

Buenos días mis queridos Diversos. Hoy toca crónica emotiva y emocionante de nuestro Quijote, Alfonso Modroño, que nos señala el horizonte, ya no muy lejano, que nos permite avistar nuestras reuniones para el otoño. Poetas y diversos, afilen lápices y preparen versos, los besos ya están supuestos. Disfrutemos de esta preciosa crónica y de sabernos en contacto. Besos y versos. Ángeles



¡YA SE ADIVINAN VERSOS, PALABRAS, Y CAFÉ…!


Ya es cuarenta de mayo, y está el sayo metido en el armario de las prendas de invierno. Y a pesar de que hay lunas que tapan un momento, con su cuerpo de plata, el oro reluciente del alto sol que brilla, él luce luminoso vestido con sus luces del tiempo de sardinas. Se adivina, a la vuelta de la esquina de la próxima crónica, la noche de San Juan, y ya se ven los días galopando, más claros, a su cenit, al solsticio que anuncia jubiloso que ha llegado el verano prometido.

Ya se aprecia el sonoro bullicio de la gente que pasa y se recrea por la larga calle de San Andrés. El Macondo se va desperezando de su letargo largo, pero hay algo que pesa en el ambiente y aun se siente el relente que huele a mascarilla y a distancia. Poco a poco se va recuperando el ritmo del sonido que se oía, la grata sinfonía de gargantas fabricando palabras mezcladas con los ruidos y suspiros vaporosos que genera la máquina, parada tanto tiempo, del café. Pero el rincón –el rincón, nuestro, de poesía--, nuestro rincón de cada día de sábado a las once en El Macondo, sigue esperando versos, y libros que, en las manos de Diversos, aireen sus renglones reglados por el ritmo, y dejen, como hacían, que los poemas queden flotando en el ambiente. Aun late la prudencia en la conciencia nueva que ha instalado defensas a nuestras actitudes. Aun no somos los mismos gestionando los hábitos, los usos y modales. Además, se hace tarde y el verano siempre pone distancia a los encuentros. ¡Ya puestos…! qué remedio que esperar… Nos quedan, mientras tanto, la frescura de libros leídos a la sombra de un árbol generoso, y el deseo de vernos, ya sin trabas, al amparo, de nuevo, del aroma romántico y fecundo de una taza humeante de café, recitando poemas, charlando de lo humano o lo divino que, encontrado en un libro, nos parezca ser digno de poder ser llevado al rincón delicioso del Café de Macondo.

Ya no desesperéis, Diversos, ¡ya se adivinan versos, palabras, y café…!

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Hoy se celebra el día internacional del DOBLAJE e, inevitablemente, recuerdo a nuestro amigo --compañero Diverso-- Francisco. Me lo imagino leyendo para todos, con ese saber profesional con el que siempre nos deleita, este poema del mejicano Jaime Sabines que he escogido y os dejo para que, en la voz de Francisco, paladeéis sus palabras y aspiréis el aroma de su taza de café con cascaritas, como si fuese en El Macondo.



si hubiera de morir

-- de Jaime Sabines --

Palabras: árbol del pan y de la miel, ruibarbo, cocacola, zonite,cruz gamada. Y me echaría a llorar.
Uno puede llorar hasta con la palabra «excusado» si tiene ganas de llorar.
Y esto es lo que hoy me pasa. Estoy dispuesto a perder hasta las uñas,a sacarme los ojos y exprimirlos como limones sobre la 
taza de café.(«Te convido a una taza de café con cascaritas de ojo, corazónmío»).
Antes de que caiga sobre mi lengua el hielo del silencio, antes de quese raje mi garganta y mi corazón se desplome como una bolsa de cuero,quiero decirte, vida mía, lo agradecido que estoy, por este hígadoestupendo que me dejó comer todas tus rosas, el día que entréa tu jardín oculto sin que nadie me viera.
Lo recuerdo. Me llené el corazón de diamantes que sonestrellas caídas y envejecidas en el polvo de la tierra y lo anduvesonando como una sonaja mientras reía. No tengo otro rencor queel que tengo, y eso porque pude nacer antes y no lo hiciste.
No pongas el amor en mis manos como un pájaro muerto.

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Ya están cerca, también, las vacaciones, el tiempo de la playa, el amor de verano, las bellas excursiones, las largas travesías en el coche cantando mil canciones… Por eso, y por si acaso, os dejo este mi plagio de Los Brincos, pensando, cómo no, en nuestro Macondo.


CON UN SORBITO DE CAFÉ



Nunca te podré olvidar

porque en ti pude soñar.


Con un sorbito de café

sintiendo aromas de emoción…

La magia y luz de ese rincón,

Macondo, a mí me enamoró.


Es tan fácil el soñar

cuando escucho recitar.


Con un sorbito de café

sintiendo aromas de emoción…

Y entonces, fue cuando te encontré

de ese lugar, yo me enamoré.


Con un sorbito de café

sintiendo aromas de emoción.

La magia y luz de ese rincón,

Macondo, a mí me enamoró.


Y entonces, fue cuando te encontré

de ese lugar, yo me enamoré.


Con un sorbito de café

sintiendo aromas de emoción…

La magia y luz de ese rincón,

Macondo, a mí me enamoró.



Plagiando a Los Brincos

Quijote.


domingo, 6 de junio de 2021

Nuestro Macondo, Sábado 05 de Junio de 2021

 

Muy buenos días mis queridos Diversos. Empezando Junio recibimos la crónica certera, emotiva y esperanzada de nuestro querido caballero andante, Don Antonio Campos Romay, recordando..... y quizás...... Todo visto desde su ventana.

A por el reencuentro, va faltando menos.

Besos y versos.

Ángeles.




Le dicen JUNIO…. Y puede ser verdad….

Cuántas veces me acuerdo

de vosotras, lejanas

noches del mes de junio, cuántas veces

me saltaron las lágrimas,

por no ser más que un hombre, cuánto quise

morir

o soñé con venderme al diablo,

que nunca me escuchó.

Pero también

la vida nos sujeta porque precisamente

no es como la esperábamos”.

Esto musitaba el difunto prematuro, Jaime Gil de Biedma, reencarnado en sus versos, de auténtico oficio orfebre de letras, muy de derechas por familia, muy iconoclasta de prejuicios por sus actos, su izquierdismo no fue suficiente para ablandar el puritanismo de los sesenta de un PSUC reacio a aceptar en sus filas a un homosexual. Tal desaire no lo apartó del entorno filocomunista, ni la negativa resta reconocimiento a muchos otros valores que adornaron al PSUC y su entrañable cantera de hombres y mujeres comprometidos con la lucha democrática.

Tras tantos meses de soledad, de ausencia de encuentros afectuosos bajo la socarrona mirada de Gabo García Márquez, de las vivencias de “Diversos” entre risas y versos, habrá que concederle con toda razón a D. Jaime, “la vida nos sujeta porque precisamente/ no es como la esperábamos”...

No es como la esperábamos, ni en estos tiempos de nueva normalidad, que no es la anterior, ni menos es, la que está por venir. Como en el viejo tango porteño, cambiando el tocado por la mascarilla, “Bajo el ala del sombrero/Cuantas veces, embozada/Una lágrima asomada/Yo no pude contener”… viendo desmoronarse seguridades, sintiendo cuan inerme es el ser humano, cuan frágil puede ser lo que consideramos permanente y cuan vulnerable el modo vida…

Solo el consuelo de un verso oteando pretéritas noches de junio en las que la luminosidad de la Luna hace languidecer el coqueteo parpadeante de las estrellas, consigue que los parias fantasmales salidos de las cuevas del estado de alarma y la cuarentena recuperen la esperanza y la pasión por un mundo que el virus se empeñó en deshacer. Quizás se logré, y con agujas de vacunas se vuelvan a coser los días y los meses del calendario…quizás...

Lloran las musas los sábados ausentes de aquellos seres Diversos, esperando que el tiempo no borre en su alma el calor de cada verso, la complicidad de las miradas, el café saboreado con parsimonia y la cálida magia de cada encuentro.

Siempre quedará Macondo… Un trocito virtual en aquella mesa recogida, al fondo, frontera a la escalera de caracol…














Nuestro Macondo, Sábado 30 de mayo de 2021

Muy buenas tardes mis queridos Diversos. Hoy nuestra crónica, emotiva, viene de la pluma de nuestra querida Rosalía. Nos escribe desde el corazón sonando a despedida, pero ella y nosotros sabemos que siempre estará con nosotros en nuestra mesa del fondo del café de Macondo.

Disfrutémosla.
Besos y versos.
Ángeles.


Crónica de una Botella

Dia 29 de Mayo del 2021

Crónica de final de primavera; de cuando el viento pierde su fuerza, de cuando las rosas estallan, y de cuando las mariposas alzan sus alas para aletear bailando por cualquier senda sus vals, pasos dobles y redobles; de cuando se asoman las sombras a las preciosas alamedas, y los sauces llorones sus lágrimas verdes vierten; de cuando las arenas de la playa se visten de vírgenes blancas, para hacer en sus orillas, la fiesta de las hogueras, y quemar en su fuego las penas del final, de otra larga primavera.

Otra primavera, que no has hecho sacar doctorados en mascarillas y algún que otro máster en vacunas, sospecho que llevamos todos las dosis suficientes para que nos den una matrícula, y un chute de adrenalina, para resistir otro verano vestidos de tirantes y chancletas, con las sonrisas escondidas cuál si fuésemos una banda de malísimos bandoleros.

En mi caso, aun esperando por un destino que decida, por fin, a qué Isla de un lejano archipiélago me destina, soñando con las hogueras de San Juan y con saltar a rolos por la lava de un volcán, y rodar y rodar..., hasta una playa de arenas negras, unidas por un océano al fondo del macondo, dónde espero que me espere mi gente para llenar con ella botellas de versos, de ida y vuelta. Orilla blanca, Orilla negra… Bajaré todos los sábados a la playa, a eso de las once y media, a recoger la botella que sé que me traerá sueños de anís, y aromas a churros y a versos.

Suena la crónica a despedida, más mi morriña será la alegría de saber que siempre habrá un rincón en mi corazón que despierta cada sábado mi pasión por esta gente atemporal que tiene un Don, el amor por las palabras infinitas que son capaces de hacer de tiritas, y coser y curar, con extrema delicadeza, todas esas heridas que nos va causando la vida. 

  

Marcada por la sonrisa de Gabo, que desde el techo vela para que la poesía haga singulares travesías, uniéndonos a todos en cualquier momento de nuestras vidas, hoy quiero brindar, con un ¡ey Carballeira! y con un ¡olé!, por la vida, por este rincón que hace que seamos, cada sábado, diversos, mágicos y humanos, por ese ¡realismo mágico! que nos une con los que se fueron y marcharon y nunca nos dejaron.


Y ahora si me permitís y anunciando que es un texto extraño, vaya mi homenaje a una generación que me resulta muy compleja, A Caballero Bonald, A Brines, a la del cincuenta, que me hablan este sábado, con su realismo mágico, disculpar si se puede interpretar que contiene para ellos alguna ofensa mis letras, nada más lejos de mi intención.

Ahora que no están

los maestros de los cincuenta,

que la tierra quedó huérfana

de los hombres de la post guerra,

ahora qué nos queda

qué espacio nos dejan

a la generación sin escuelas,

a los hijos de las pandemias.


Ha sido tanta su pompa y ornato

su angosta concavidad convexa

que doy vueltas al envés

para imaginar su revés.


Dónde quiera que estén los Caballeros

cerraron su círculo, las olas del tiempo,

en la pleamar, con la fuerza del viento.


Palabras sofisticadas

arrastran a mi mente extenuada

con adjetivos que me abaten en estériles laberintos

hasta descubrir textos para mi hoy yertos o baldíos.


Por todos ellos, me quito el sombrero,

espero que algún día, la jurisdicción de sus vientos,

me abra el cerebro a su entendimiento

a sus titánicas palabras, y descubra en ellas,

las luces que arrastran los tiempos.


A todos, mucho cariño, unas risas y buenos versos.



Rosalía Ajamil