lunes, 26 de mayo de 2014

sábado, 24 de mayo de 2014

Nuestro Macondo, 24 de mayo de 2014, con Gabo

Buenas tardes:

Tal como nos lo habíamos propuesto, este sábado fue el día elegido para homenajear a Gabriel García Márquez. Como no podría ser de otro modo, es éste, nuestro Macondo donde nos reuniremos bajo su atenta mirada para hacerle llegar, allí donde esté, nuestras voces que leen sus poemas.
Estuvimos muy gratamente acompañados, Paquita nos sorprendió con unas hermosísimas flores y su siempre gratísima compañía. Y recibimos a Antonio, que pasó un día y volvió con su entusiasmo.
Fidela, que quiso acercarnos sabores de la tierra de Gabo y nos sedujo con unos riquísimos buñuelitos colombianos
Lector: Sé que no podrás percibir el aroma ni el sabor de estos
exquisitos buñuelitos colombianos. ¡Cómo lo lamento! Ñam Ñam

Concha nos trajo su poesía, que parece que algún angel anda haciendo algo con él en alguna lejana galaxia. Cosas que pasan, poesía que queda.


Si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. 



Leemos en “Círculo de poesía:  Un buen día, don Gabriel Eligio (padre de Gabo))decidió que su primogénito se fuera a estudiar al interior del país. Luego de un viaje de 8 días por el Río Magdalena hasta Puerto Salgar y luego en tren hasta la remota y glacial Bogotá, el joven Gabo se enteró que la beca diligenciada por su padre lo conducía hasta un municipio situado a pocas horas de la capital dela República, donde la única catedral de sal del mundo es su símbolo perpetuo. Allí, en el Liceo Nacional de Zipaquirá, padeció largas horas, días y semanas de silencio, frío y llovizna, lo más opuesto a la camaradería, el bullicio y la parranda musical de su tierra costeña.
Casa Museo en Aracataca

“Mal educado en los espacios sin ley del Caribe —escribe Gabo sesenta años después— me asaltó el terror de vivir los 4 años decisivos de mi adolescencia en aquel tiempo varado”. Sin embargo, en la natural adaptación al nuevo ambiente, se familiarizó pronto con el ropaje moderno y progresista de la mayoría de sus profesores, casi todos formados en la Escuela Normal Superior, bajo la dirección del psiquiatra y cuentista vallenato José Francisco Socarrás. Y así, entre lecciones nada disimuladas de marxismo, lecturas de Vargas Vila y de José Eustasio Rivera y poemas de Residencia en la Tierra de Neruda, Gabito comenzó a escribir poesía de manera voraz, influido también por los textos de los Piedracielistas que aparecieran en las Lecturas dominicales de El Tiempo que dirigía Eduardo Carranza.

 
 "Sin título" 
Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,
Y algo en tu sangre late y no reposa
Y en su tallo de agua temblorosa
El surtidor florece su alegría.

Si alguien llama a tu puerta y todavía
Te queda tiempo para ser hermosa,
Si aún existe la arteria de la rosa
Para tomarle el pulso a la poesía.

Si alguien llama a tu puerta una mañana,
Sonora de palomas y campanas
Y aún crees en el dolor de la alegría;

Si aún la vida es verdad y el beso existe,
Si alguien llama a tu puerta y estás triste
Abre que es el amor, amiga mía.



La muerte de la rosa

Murió de mal de aroma
Rosa idéntica, exacta.
Subsistió a su belleza,
Sucumbió a su fragancia.
No tuvo nombre: acaso
La llamarían Rosaura,
O Rosa-fina, o Rosa
Del amor o Rosalía,
O simplemente: Rosa,
Como la nombra el agua.
Más le hubiera valido
Ser siempreviva, Dalia,
Pensamiento con luna
Como un ramo de acacia.
Pero ella será eterna:
Fue rosa y eso basta.
Dios le guarde en su reino
A la diestra del alba.
Colegio San José en Barranquilla



Ya por entonces Gabito imitaba a Eduardo Carranza en las prosas líricas que, a la manera de Juan Ramón Jiménez en Platero y yo, publicaba Carranza en la revista Sábado. Animado por Martín en la lectura de los famosos cuadernillos dirigidos por Jorge Rojas, Gabo ensayó escribir un texto en cuartetos eneasílabos, titulado “Poema desde un caracol”: 

Poema desde un caracol
Yo he visto el mar. Pero no era
El mar retórico con mástiles
Y marineros amarrados
A una leyenda de cantares.

Ni el verde mar cosmopolita
—mar de Babel— de las ciudades,
que nunca tuvo unas ventanas
para el lucero de la tarde.

Ni el mar de Ulises que tenía
Siete sirenas musicales
Cual siete islas rodeadas
De música por todas partes.

Ni el mar inútil que regresa
Con una carga de paisajes
Para que siempre sea octubre
En el sueño de los alcatraces.

Ni el mar bohemio con un puerto
Y un marinero delirante
Que perdiera su corazón
En una partida de naipes.

Ni el mar que rompe contra el muelle
Una canción irremediable
Que llega al pecho de los días
Sin emoción, como un tatuaje.

Ni el mar puntual que siempre tiene
Un puerto para cada viaje
Donde el amor se vuelve vida
Como en el vientre de una madre.

Que era mi mar el mar eterno,
Mar de la infancia, inolvidable,
Suspendido de nuestro sueño
Como una paloma en el aire.

Era el mar de la geografía
De los pequeños estudiantes,
Que aprendimos a navegar
En los mapas elementales.

Era el mar de los caracoles,
Mar prisionero, mar distante,
Que llevábamos en el bolsillo
Como un juguete a todas partes.

El mar azul que nos miraba,
Cuando era nuestra edad tan frágil
Que se doblaba bajo el peso
De los castillos en el aire.

Y era el mar del primer amor
En unos ojos otoñales.
Un día quise ver el mar
—mar de la infancia— y ya era tarde.

Gabo no cabía de la dicha a sus 17 años pensando en que sería un poeta y nada más que un poeta. Luego de graduarse de bachiller con honores, pues además de haber sido quien pronunció el discurso de rigor en la sesión solemne, fue uno de los escogidos por Carlos Martín para asistir a la audiencia concedida por el presidente de la república, un escritor de 38 años, Alberto Lleras Camargo, de quien más tarde sería uno de sus más cercanos amigos, para discutir sobre diferentes temas relacionados con la educación nacional. 

En La Razón, en una columna bautizada Poetas Universitarios” apareció firmado por Gabriel García Márquez un poema titulado Geografía celeste con el antetítulo de Elegía a la Marisela
 que dice así:
Elegía a la Marisela 
No ha muerto. Ha iniciado
Un viaje atardecido.
De azul en azul claro
—de cielo en cielo— ha ido
por la senda del sueño
con su arcángel de lino.
A las tres de la tarde
Hallará a San Isidro
Con sus dos bueyes mansos
Arando en cielo límpido
Para sembrar luceros
Y estrellas en racimos.
—Señor, ṡcuál es la senda
para ir al Paraíso?
—Sube por la Vía Láctea,
ruta de leche y lirio,
la menor de las Osas
te enseñará el camino.
Cuando sean las cuatro
La Virgen con el Niño
Saldrán a ver los astros
Que en su infancia de siglos
Juegan la Rueda-Rueda
En un bosque de trinos.
Y a las seis de la tarde
El ángel de servicio
Saldrá a colgar la luna
De un clavo vespertino.
Será tarde. Si acaso
No te han guardado sitio
Dile a Gabriel Arcángel
Que te preste su nido
Que está en el más frondoso
Árbol del Paraíso.
Murió la Marisela.
Pero aún queda un lirio

Era evidente que además de la influencia pegajosa de la poesía de los Piedracielistas, Gabo parecía querer contarnos un cuento en cada poema o versificación. Reiteraba, sin saberlo, que cada buen poema no era otra cosa que el teatro de una acción. 

A medidados de 1945 publicó con seudónimo el soneto “Tercera ausencia del amor”: 
Tercera ausencia del amor

Este amor que ha venido de repente
Y sabe la razón de la hermosura.
Este amor, amorosa vestidura
Ceñida al corazón exactamente.

Este amor que es harina en la ternura,
Que es infancia de sueños en la frente,
Que es líquido de música en la fuente
Y es lucero nostálgico en la altura.

Este amor que es el verso y es la rosa,
Y es saber que la vida en cada cosa
Se nos repite cada vez más fuerte.

Tan eterno, este amor tan resistible,
Que comparado al tiempo es imposible
Saber dónde limita con la muerte.


Dice Don Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel: Estoy acompañando en su trayectoria vital a un García Márquez de unos 17 años que estudia el bachillerato en el Liceo Nacional de Varonés de Zipaquirá, a unos 50 kilómetros de Bogotá. En esa época García Márquez conoce en Magangué a la que con el tiempo será su mujer, Mercedes Barcha, que entonces sólo tenía unos nueve años de edad. Corría el año 1945, y el futuro autor de Cien años de soledad escribió un poema titulado Soneto matinal a una colegiala ingrávida,  existiendo motivos más que sobrados para sospechar que la tal ingrávida colegiala era Mercedes. El soneto es una imitación de los poemas de los años veinte de Neruda, y la versión que se conserva, titulada Niña, está firmada por Javier Garcés, pseudónimo del autor en aquella época. A continuación reproduzco el soneto, muestra imprescindible de la prehistoria literaria del colombiano.

NIÑA

Al pasar me saluda, y tras el viento
que da el aliento de su voz temprana,
en la cuadrada luz de mi ventana
no se empaña el cristal, sino el aliento.

Es tempranera como la mañana,
cabe en lo inverosímil como un cuento,
y mientras cruza el hilo del momento,
vierte su sangre blanca la mañana.

Si se viste de azul y va a la escuela,
nadie adivina si camina o vuela,
porque es como la brisa, tan liviana

que en la mañana azul nadie precisa
cuál de las tres que pasa es la brisa,
cuál es la niña y cuál es la mañana. 

En Circulo de poesía leemos: Y como Bogotá no era solamente la capital dela Repúblicay la sede del gobierno, sino sobre todo la ciudad donde vivían los poetas, no sólo creía Gabo en la poesía y se moría por ella, sino que sabía con certeza que, como lo escribió Luis Cardoza y Aragón, “era la única prueba concreta de la existencia del hombre”.

Para poner un poco de sonido colombiano, nada mejor que la folclorista Totó La
Momposina, en un tema relacionado con el universo de García Márquez


Totó La Momposina, folclorista colombiana canta Soledad, que tiene referencias a Gabo.
El enlace es “http://youtu.be/qZEoU7Q1JKE”


Leímos unos fragmentos de Cien Años de Soledad

Tres fragmentos de Cien Años de Soledad
Capítulo I
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de  recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces  una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarías con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravillade los sabios alquimistas de Macedonia.


Capítulo XII
Deslumbrada por tantas y tan maravillosas invenciones, la gente de Macondo no sabía por dónde empezar a asombrarse, Se trasnochaban contemplando las pálidas bombillas eléctricas alimentadas por la planta que llevó Aureliano Triste en el segundo viaje del tren, y a cuyo obsesionante tumtum costó tiempo y trabajo acostumbrarse. Se indignaron con las imágenes vivas que el próspero comerciante don Bruno Crespi proyectaba en el teatro con taquillas de bocas de león, porque un personaje muerto y sepultado en una película, y por cuya desgracia se derramaron lágrimas de aflicción, reapareció vivo y convertido en árabe en la película siguiente. El público que pagaba dos centavos para compartir las vicisitudes de los personajes, no piado soportar aquella burla inaudita y rompió la silletería. El alcalde, a instancias de don Bruno Crespi, explicó mediante un bando que el cine era una máquina de ilusión que no merecía los desbordamientos pasionales del público. Ante la desalentadora explicación, muchos estimaron que habían sido víctimas de un nuevo y aparatoso asunto de gitanos, de modo que optaron por no volver al cine, considerando que ya tenían bastante con sus propias penas para llorar por fingidas desventuras de seres imaginarios. Algo semejante ocurrió con los gramófonos de cilindros que llevaron las alegres matronas de Francia en sustitución de los anticuados organillos, y que tan hondamente afectaron por un tiempo los intereses de la banda de músicos. Al principio, la curiosidad multiplicó la clientela de la calle prohibida, y hasta se supo de señoras respetables que se disfrazaron de villanos para observar de cerca la novedad del gramófono, pero tanto y de tan cerca lo observaron, que muy pronto llegaron a la conclusión de que no era un molino de sortilegio, como todos pensaban y como las matronas decían, sino un truco mecánico que no podía compararse con algo tan conmovedor tan humano y tan lleno de verdad cotidiana como una banda de músicos. Fue una desilusión tan grave, que cuando los gramófonos se popularizaron hasta el punto de que hubo uno en cada casa, todavía no se les tuvo como objetos para entretenimiento de adultos sino como una cosa buena para que la destriparan los niños En cambio cuando alguien del pueblo tuvo oportunidad de comprobar la cruda realidad del teléfono instalado en la estación del ferrocarril, que a causa de la manivela se consideraba como una versión rudimentaria del gramófono, hasta los mas incrédulos se desconcertaron. Era como si Dios hubiera resuelto poner a prueba toda capacidad de asombro, y mantuviera a los habitantes de Macondo en un permanente vaivén entre el alborozo y el desencanto, la duda y la revelación, hasta el extremo de que ya nadie podía saber a ciencia cierta dónde estaban los límites de la realidad. Era un intrincado frangollo de verdades y espejismos, que convulsionó de impaciencia al espectro de José Arcadio Buendía bajo el castaño y lo obligó a caminar por toda la casa aun a pleno día. Desde que el ferrocarril fue inaugurado oficialmente y empezó a llegar con regularidad los miércoles a las once, y se construyó la primitiva estación de madera con un escritorio, el teléfono y una ventanilla para vender los pasajes, se vieron por las calles de Macondo hombres y mujeres que fingían actitudes comunes y corrientes, pero que en realidad parecían gente de circo. En un pueblo escaldado por el escarmiento de los gitanos no había un buen porvenir para aquellos equilibristas del comercio ambulante que con igual desparpajo ofrecían una olla pitadora que un régimen de vida para la salvación del alma al séptimo día; pero entre los que se dejaban convencer por cansancio y los incautos de siempre, obtenían estupendos beneficios. Entre esas criaturas de farándula, con pantalones de montar y polainas, sombrero de corcho, espejuelos con armaduras de acero, ojos de topacio y pellejo de gallo fino, uno de tantos miércoles llegó a Macondo y almorzó en la casa el rechoncho y sonriente míster Herbert. 

Capítulo XX Final Sólo entonces descubrió que Amaranta Úrsula no era su hermana, sino su tía, y que Francis Drake había asaltado a Riohacha solamente para que ellos pudieran buscarse por los laberintos más intrincados de la sangre, hasta engendrar el animal mitológico que había de poner término a la estirpe. Macondo era ya un pavoroso remolino de polvo y escombros centrifugado por la cólera del huracán bíblico, cuando Aureliano saltó once páginas para no perder el tiempo en hechos demasiado conocidos, y empezó a descifrar el instante que estaba viviendo, descifrándolo a medida que lo vivía, profetizándose a sí mismo en el acto de descifrar la última página de los pergaminos, como si se estuviera viendo en un espejo hablado Entonces dio otro salto para anticiparse a las predicciones y averiguar la fecha y las circunstancias de su muerte. Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.
Los minutos se van escurriendo y con ellos la mañana.
El próximo sábado en Macondo nos encontraremos con los poemas de Angel González (1925/2008)
Hasta entonces, buenos versos y buenos momentos.

lunes, 19 de mayo de 2014

Nuestro sábado 17 de mayo de 2014

En "La Nube" esta mañana

Una mañana inusual para nuestras reuniones.
Sábado, festivo y soleado, una combinación que llama al cuerpo a darse un gusto. El sol y una temperatura más propia del verano no fueron capaces de que desistiéramos de nuestro sabatino empeño.
Nos había conjurado la obra de los poetas místicos, y fue Miguel  Ángel quien nos trajo la lectura de Fernando Rielo Pardal, de quien leímos los poemas que más abajo incluímos.


 Fernando Rielo Pardal
Fernando Rielo Pardal (28 agosto 1923 hasta 6 diciembre 2004) fue un poeta místico, filósofo, escritor, metafísico, y fundador de un católico instituto religioso . Rielo también fundó una escuela de pensamiento y una fundación basada en una nueva metafísica. Su metafísica se llama la metafísica genéticos de Fernando Rielo [1] y la fundación se llama la Fundación Fernando Rielo. Los Premios Fundación del Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística anualmente.
Qué es poesía

Qué es poesía...

No lo sé.
Quizá sea ese ser que duerme
en la navecilla de todas las cosas...
Tú le llamas Dios.
Yo le llamo perfume de una rosa...
Quizá sea el vuelo
de las alas muertas...
O el rumor silencioso de otoño
que vive oculto en las frondas...
Qué es poesía...
No lo sé.
Quizá sea ese hilito de luz
que vibra en la lágrima de todos los seres...
Quizá seas tú...
cuando duermes.

El amor que quiso

Tu beso la brisa cumple
y el ave canta peregrina.
Sólo el hombre lo destruye.
Ven a mí, que bordo alas
para Ti.
No me dejes en soledad herido...
Ven a mí, que vivo para Ti prendido...
como el amor que quiso no morar en nada.

Amigo:

¿Has visitado tu alma?
¿Has hecho turismo en ella?
Te invito a que a ella viajes
el próximo verano.
Te aseguro que verás calles con ángeles
que animados se pasean
y alguna vez se les oye.
Si quieres, sacamos el billete juntos.
Ay. Proponte que sea billete de primera,
billete de ida y nunca de vuelta.
Sin más que decirte...
Un abrazo,
Fernando.

Cuando quieras

Vente, Amado, cuando quieras,
pero sea lo más pronto posible.
Vente con esa llaga
que me tienes prometida.
Con esa última...
de la que nadie vuelve.

Tiempo no es cuándo

He llegado a tiempo.
He llegado al tiempo.
He llegado al origen del tiempo.
Cuando tiempo no es cuándo todavía.
Cuando empieza a ser momento
de una primera lágrima que salta
y en el acto se estremece.
Y corre, corre... con sentido de universo.
Un universo que parece nunca acaba.
Universo que es el paso con que tú andas, con que tú andas....
con tu llanto a cuesta


En el balcón que mira a la bahía
se me confunden:
ángeles con gaviotas,
Dios con un marinero.
¿Tán cerca el cielo con la tierra,
y la sonrisa con el llanto?
De Dios es culpa por estar en medio


Una calle solitaria
en diálogo con las sombras
Un niño negro paseando
lentamente
de la mano de su padre
también negro.
A su espalda, ángel de luz,
no de color.
La luz es la verdadera
democracia que se encarna
en la mano de este niño
hasta que deja de serlo.
No perdamos la esperanza:
después de la muerte, el cielo
No tiene ser la muerte

Tu canción de amor:

Tu canción de amor, amor del amor
en oír entrando extático vivo
con mi virgen ave en noche despierta
que de vuelo en vuelo su ir es contigo.
El volver al cerro es triste desearte:
un vivir de pena en pena escondido
entre duras peñas grises sin alma
con mi amor… signado afán de un suspiro.
La esperanza es pan llevar caminante
bajo el sayo oculto en puro infinito
que se aleja cuanto más me lo acerco.
Mi cansada voz de amor en mi grito
desterrado te habla hambrienta del cielo
con un solo verso: ¡otórgame asilo!

Llevo el mirar a tu seno:

Llevo el mirar a tu seno
tiene el silencio más puro
frágil cristal sin vileza
luz de tu luz en ser uno
místico verso contigo
verso adorable del justo
ven presuroso a mi espíritu
ves la agonía que sufro¡ven!
¡ven! ¡ven! ¡ven! ¡ven! ¡ven! ¡ven!…
vuélame al mismo estar tuyo
cese mi grito de amor
caiga mi carne en sepulcro
coman los perros mis huesos
¡quede en Ti libre del mundo!

Carlos nos trajo a un poeta argentino del siglo XIX, Carlos Guido y Spano, y de él a su obra “Narnia”, referida a la terrible guerra de la triple alianza (Imperio do Brasil, República Argentina y República Oriental del Uruguay) que asoló al Paraguay. Guido y Spano fue un enemigo de esa guerra propiciada por la Gran Bretaña con fines meramente comerciales, tal como lo explicaría el mismísimo Bartolomé Mitre, Presidente de la República Argentina "En la guerra del Paraguay ha triunfado no sólo la República Argentina sino también los grandes principios del libre cambio (...) Cuando nuestros guerreros vuelvan de su campaña, podrá el comercio ver inscripto en sus banderas victoriosas los grandes principios que los apóstoles del libre cambio han proclamado".
 
Cándido López acuarela

Carlos Guido y Spano

Carlos Guido y Spano (Buenos Aires, 19 de enero de 1827 – Buenos Aires, 25 de julio de 1918), poeta argentino cultor del romanticismo.
El 15 de Abril de 1866, Carlos Guido y Spano publica un folleto de 114 páginas a través de cual daba rotunda oposición a la Guerra contra el Paraguay, así como otros ilustres de la época Juan Bautista Alberdi, José Hernández, lo que causó que fuese preso por orden de Bartolomé Mitre el 26 de Julio de 1866.

NENIA
(Canción Fúnebre)

En idioma guaraní,
una joven paraguaya
tiernas endechas ensaya
cantando en el arpa así,
en idioma guaraní:

¡Llora, llora urutaú
en las ramas del yatay,
ya no existe el Paraguay
donde nací como tú ­
¡llora, llora urutaú!

¡En el dulce Lambaré
feliz era en mi cabaña;
vino la guerra y su saña
no ha dejado nada en pie
en el dulce Lambaré!

¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay!
Todo en el mundo he perdido;
en mi corazón partido
sólo amargas penas hay ­
¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay!

De un verde ubirapitá
mi novio que combatió
como un héroe en el Timbó,
al pie sepultado está
¡de un verde ubirapitá!

Rasgado el blanco tipoy
tengo en señal de mi duelo,
y en aquel sagrado suelo
de rodillas siempre estoy,
rasgado en blando tipoy.

Lo mataron los cambá
no pudiéndolo rendir;
él fue el último en salir
de Curuzú y Humaitá ­
¡Lo mataron los cambá!

¡Por qué, cielos, no morí
cuando me estrechó triunfante
entre sus brazos mi amante
después de Curupaití!
¡Por qué, cielos, no morí!...

¡Llora, llora, urutaú
en las ramas del yatay;
ya no existe el Paraguay
donde nací como tú-
¡Llora, llora, urutaú!


Y desde Colombia, Gustavo Tatis Guerra, pintor y escritor, que como decía un periodista “Como poeta, Tatis es un santo, pero como pintor es un absoluto lujurioso. Los extremos no sólo se tocan sino se alimentan. Creo que precisamente la santidad del poeta alimenta la lujuria del pintor, esta desbordada voracidad por el color y la luz.”
 
Tatis: El emisario de las aguas
Gustavo Tatis Guerra
Escritor colombiano nacido en Sahagún, Córdoba, en 1961. Ha publicado cuatro poemarios: Conjuros del navegante (1988), El edén encendido (1994), Con el perdón de los pájaros (1996) y He venido a ver las nubes (2008). Hizo una antología de la obra poética de Ibarra Merlano y un ensayo denominado Un humanista frente al mar. También es autor de La ciudad amurallada (Crónicas de Cartagena de Indias, 2002), de Alejandro vino a salvar los peces (Premio Nacional de Cuento Infantil Comfamiliar del Atlántico, 2002), del ensayo sobre Virginia Wolf Bailaré sobre las piedras incendiadas (2004). Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés y al alemán. Es Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, 1992.

DIOS.

¿Qué ciudadano desamparado eres
luz de los siglos
tú que contemplas
la película del horror
de la historia
y te escondes en la azotea
del cielo
a llorar
por la tragedia?


LA ROSA DE ADÁN.

Polvo eres
Un instante de Dios
Un instante de alfarería.


SIGNOS DEL CIELO.

El amor
vuelve pájaro
El corazón del hombre.



Fue, sin duda un sábado atípico y fecundo.
Nuestra próxima cita es en nuestro Café de Macondo,  y el tema es Gabriel García Márquez.
Buena semana


lunes, 12 de mayo de 2014

Nuestro sábado 10 de Mayo de 2014


Las mariposas despliegan sus amarillas alas en Macondo
Foto: Fidela Losada

Muy buenas noches queridos  Diversos, ayer sábado 10 de Mayo los poemas acudieron al rincón del fondo del café de Macondo, y también acudió José Losada, fotógrafo y actor que nos acompañó durante nuestra reunión y esperamos que comparta más mañanas de sábado. Comentar que José inaugura el próximo viernes una exposición de fotografía llamada "VISCERAL" en el Macondo.
Dedicamos la mañana poética a Clementina Vidal y a Aurora Caramés, leímos varios poemas de una Antología Poética que trajo Mercedes. 



Empezamos con Aquel paraíso nuestro de Clementina Vidal y continuamos con Nunca supe por qué interrumpían de Aurora  Caramés.


Mercedes también compartió con nosotros unos versos suyos que dicen: "Paseaba con pasión un cuerpo disfrazado de mujer. La mujer se había quedado en casa haciendo calceta". Mercedes nos comentó su simpatía por la cultura japonesa y los poemas breves.
Miguel Ángel nos trajo el trabajo de David Castro Barbeito  "Los latidos del alma", en el cual cada pequeño poema va acompañado de una fotografía, son versos cortos en tamaño pero de gran contenido.



El próximo sábado 17 de Mayo, día de las Letras Gallegas, será festivo y el Macondo no abre hasta las seis de la tarde por eso pensamos en ampliar nuevos horizontes y nos pensamos ir a LA NUBE (C/Hospital, nº23), es un nuevo espacio que puede ser interesante conocer para recitales, exposiciones o simples y complicados cafés. Pensamos reunirnos ahí a partir de las once acompañados de poesía mística.
Mariposas de Gabo - foto Fidela Losada


Y el sábado 24 de Mayo, volviendo a nuestro queridísimo Macondo, nos encontraremos con García Márquez para rendir un pequeño-gran homenaje a este autor leyendo sus palabras bajo su atenta mirada y acompañados por el suave aleteo de las mariposas amarillas que tiñen de alegría nuestras palabras.
Primavera- foto carlos lesta



Nos vemos en La Nube o en el Macondo a través de un camino plagado de besos y versos.

miércoles, 7 de mayo de 2014

6 de Junio. Presentación de libro de Dn. Manuel Alvarez Torneiro

Atención:

O vindeiro Venres 6 de Junio de 2014  as 20:00 Hs.  en "Portas Artabras", Rúa Sinagoga nro 22 Bajo-Cidade Vella- A Coruña


Presentación do libro  "Onde nunca é mañá" de Manuel Álvarez Torneiro

Unha cita especial.

sábado, 3 de mayo de 2014

Nuestro Macondo, sábado 3 de mayo de 2014


Un Macondo lleno de mariposas

Este sábado Macondo nos recibió con una profusión de mariposas amarillas que, de las manos de Carlos Santos, van iluminando nuestro local.
foto CarlosLesta

No llenamos el salón, es cierto, pero las palabras fluyeron en torno a la poesía y a Doña Elena Poniatowska.
Breve reseña biográfica
Extractada de la nota publicada en "Los caminos de Elena y otras menudencias "dgb.conaculta.gob.mex"
Elena Poniatowska es autora de más de cuarenta libros que abarcan casi todos los géneros: entrevista, cuento, teatro, crónica, testimonio, novela, ensayo y biografía.
A pesar de su extensa y variada obra literaria, es mejor conocida por sus entrevistas y libros de testimonio, géneros reinventados en México por ella.
Poniatowska ha disfrutado de enorme éxito como periodista y escritora. Como periodista anduvo tras la noticia, y por estar reporteando día y noche, nunca tuvo tiempo de participar en la sociedad literaria. Además, desde joven empezó a creer que había que hacer libros útiles, libros para su país.Poniatowska estudio taquimecanografía para trabajar como secretaria bilingüe, pero nunca hizo una carrera. Según ella, no pasó por la universidad ni de noche.
Si bien es verdad que ha recibido varios doctorados honoris causa de universidades de México y del extranjero (el más reciente el que le confirió la Universidad Nacional Autónoma de México, en septiembre de 2001), la escritora señala que su educación superior fue poco tradicional: no asistió a la universidad La Salle, sino a la de la Calle. El nombre completo de la autora es: Hélene Elisabeth Louise Amélie Dolores Poniatowska Amor y nació el 19 de mayo de 1933.




Y la poesía llegó, por supuesto

Concha Parga nos acerca
Foto : Concha Parga

En maio

En maio os peitos da luz
amamantan os días
que medraron baixo as chuvias de abril
e os ventos de marzo.

En maio as mágoas átanse á cor das flores
e mídense en magnitudes  de transparencia.

Agora teño o corazón
enchoupado en melancolías vermellas.
Cósenme as pálpebras bágoas amarelas,
dores  azuis róenme   os adentros,
mastigo angustias alaranxadas,
supuran os labios ausencias violáceas
e soidades brancas cólanse entre os dedos.

En maio penduro os abrigos nunha percha,
gardo nunha gabeta  os xerseis do inverno.
Saco as cores do armario para adobiar as penas
e camiño polas rúas, anémica de escuridades…


A tristeza deita sangue na inercia celeste da tarde.
 


Y a poetas que iluminan los días

foto. CarlosLesta


Xavier Seoane

II
Es como o perfume do vento en primavera.
Tan fráxil como o soño, como a herba.
Esprésaste en silencio, como a morte e o tempo.

¿Como
                 podes vivir?
¿Que pode
                facer de ti o que es?

Cando te vexo
                 nada comprendo.
Cando estás ausene
                nada sei.

Déixame acompañarte
até a viaxe última da luz no firmamento.

Hai estrelas que caen
para salvaro mundo
da morte, da intemperie.


XII

Estou en ti. Mais ti nin o sospeitas.

Cando cruzas a rúa, estou contigo.
Cando abarcas o voo
do horizonte ou das ondas coa mirada.

Cando miras a vella durmida dos cartóns,
ou compras unha presa de castañas
ou saes a mollarte baixo a chuvia de maio.

Cando te deitas, e toda a casa está
silenciosa, pero as nubes
seguen pasando, con pés de bailarina,
polo tellado.

Até cando te esqueces de min estou en ti.
Pois todo o ar que respiras
ten un alento cruel de amor contaminado.
Porque unha cousa son
os traballos e os días
e outra o Hesíodo que poida contalos.

Por iso estou contigo na ausencia e na presenza.
Contigo sempre,
xardín puro de luz
dos meus días máis cegos e os meus máis fieis naufraxios.


De "Para unha luz ausente" de Xavier Seoane (A Coruña 1954)


foto CarlosLesta

Eduardo Estévez

tres fotogramas

1
"como esquecerte"
pensaba
"se o que sei de ti
é só unha foto na que me miras
e sorrís"

2
"como esquecerte
se só sei de ti
un pequeno fragmento
imaxinario"

3
construir o olvico
cun fragmento
tan pequeno de memoria


a sombra

ela ía pola rúa deserta
mirando como a súa sombra se transformaba
coas irregularidades da parede
co paso de cada farola
ela ía deserta pola rúa
e a súa sombra miraba como a cada
paso
a cada farola
ela se transformaba amoldándose
ao mundo
á irrealidade

Da bitácora En Construcción

Eduardo Estévez, Buenos Aires 1969


foto : CarlosLesta

José Agustín Goytisolo

El lobito bueno

Erase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.

Y había también
un príncipe malo
una bruja hermosa
y un pirata honrado.

Todas estas cosas
había una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.


Secreto

Antes yo no sabía
por qué debemos todos
-día tras día-

seguir siempre adelante
hasta como se dice
que el cuerpo aguante.

Ahora lo sé.
Si te vienes conmigo
te lo diré.

Ella dio su voto a Nixon

Se llama Katheleen y es rubia
mide cinco pies nueve pulgadas
bien parecida treinta y cuatro años
estudió en el Colegio Presbiteriano de Akron
y se licenció en Literatura Española
por la New York University.

Allí conoció a Ted se casaron pronto
tienen un niño y una niña
viven en Long Island en una linda casa
el marido es un brillante ingeniero
que corta el cesped y practica yoga
y ella trabaja para una editorial.

Ama la libertad pero dentro de un orden
opina que los negros no están aún maduros
asiste a los oficios regularmente
recibe a sus amigas los viernes por la tarde
y los martes almuerza
con su Ted en el Rotary Club.

Hace seis días que llegaron a Europa
pues en París se celebra un Congreso de Acústica
y mientras él ultimaba su ponencia
Katheleen partió hacia el Sur
quedando en encontrarse en Málaga los dos
cuando se terminaran las sesiones.

Hoy ella ha amanecido en un cuarto de hotel
junto a un extraño hombre flaquito
y mientras busca un Alka-Seltzer
piensa que por la tarde llega Ted
y que el psiquiatra de vuelta en Nueva York
ya aclarará todo este asunto.



El canto rodado

Como la piedra amigos
como el canto rodado
en perpetuo combate
con el agua y los años.

Sí sed como la piedra
como el canto rodado:
puros y resistentes
terribles y obstinados

De "Palabras para Julia" José Agustín Goytisolo – Barcelona 1928-1999

foto : CarlosLesta



Quedamos, pues, para el próximo sábado con más versos y con el mismo entusiasmo de siempre.




En Maio


"A tristeza deita sangue..."
                                                                                          
En maio os peitos da luz
amamantan os días
que medraron baixo as chuvias de abril
e os ventos de marzo.

En maio as mágoas átanse á cor das flores
e mídense en magnitudes  de transparencia.

Agora teño o corazón
enchoupado en melancolías vermellas.
Cósenme as pálpebras bágoas amarelas,
dores  azuis róenme   os adentros,
mastigo angustias alaranxadas,
supuran os labios ausencias violáceas
e soidades brancas cólanse entre os dedos.

En maio penduro os abrigos nunha percha,
gardo nunha gabeta  os xerseis do inverno.
Saco as cores do armario para adobiar as penas
e camiño polas rúas, anémica de escuridades…


A tristeza deita sangue na inercia celeste da tarde.
 
                                                                                                 (Foto propia)