domingo, 24 de junio de 2018

Nuestro Macondo, sábado 23 de junio de 2018

foto propia



Ahora de Piedad Bonnett
                                                  Me has enseñado a respirar
                                                                       Juan Gelman


Porque ahora paso mi mano sobe el envés de las hojas y sé leer su alfabeto
y si cierro los ojos oigo correr un río y es tu voz que despierta

porque mi cuerpo comienza ahora en ti y acaba más allá de la lluvia
donde alcanzan tus brazos y el miedo acuartelado no vigila

y sé llamar las cosas
de modo que éstas salten se desnuden
y todo sea reciente
para mis ojos que aman en tus ojos

porque en mi llanto crecen blandas plantas carnívoras
y mi sangre palpita como una iguana abierta

porque ahora mi cuerpo recupera sus partes
y nace una piel nueva que derrota el verano

porque me has enseñado a respirar.


Muy buenas noches mis queridos Diversos. En este sábado, primero de este verano, caluroso y soleado los versos nos llamaron y con ellos acudimos a nuestra mesa del café de Macondo bajo la atenta mirada de García Márquez.
Acudimos con los versos de la colombiana Piedad Bonnett de la cual leímos: A lo lejos, Ahora, Canción, Canción del sodomita, Certeza, Ahora que ya no soy más joven. 

Piedad Bonnett
Nos gustó su riqueza de vocabulario, sus principios y sus finales y como transmite emociones con su encadenamiento de palabras. También leímos algunos versos del libro Alzar el vuelo de la jovencísima poeta Loreto Sesma que recibió el  XXXIX Premio Internacional de Poesía de la ciudad de Melilla. 
También aparecieron versos propios de la mano de Paco que nos leyó dos poemas que nacieron encadenados en el tiempo, uno a las 0:29 que se titula ¿Quieres saber? (Ama otra vez, ama y espera) y otro a las 0:31 Y aquí espero (Que la noche no aborrezca las estrellas), sus versos, románticos, vinieron vestidos con su magnífica voz. 
Rosalía nos leyó sus poemas relacionados con dos grandes poetas: Gil de Biedma (Dos seres hambrientos, dos seres solitarios) y Cavafis (En el placer lejano de otro cuerpo arrugas que no curaron los besos,... la herida más profunda la deja el tiempo), reflexiones certeras del tiempo que corre y a veces vuela. Ambos poemas finalizaron con el típico cerrado de libreta, en estos tiempos naranja.
Y con el calor rodeando nuestros ánimos nos despedimos para reencontrarnos en nuestro sábado de fin de curso, que esta vez apura todo el mes de junio y será 30. Celebremos el fin de curso, la poesía, el verano, la vida. Que los versos propios y ajenos estén presentes en la celebración.
Besos y versos.
Ángeles 





martes, 19 de junio de 2018

Nuestro Macondo, sábado 16 de junio de 2018


fotografía@mariogorganero) 



¡Escuchen! de Vladimir Mayakovsky

¡Escuchen!
¿Si las estrellas se encienden,
quiere decir que a alguien les hace falta,
quiere decir que alguien quiere que existan,
quiere decir que alguien escupe esas perlas?

Alguien, esforzándose,
entre nubes de polvo cotidiano,
temiendo llegar tarde,
corre hasta llegar hasta Dios,
y llora,
le besa la mano nudosa,
implora,
exige una estrella,
jura,
no soportará un cielo sin estrellas,
luego anda inquieto,
pero tranquilo en apariencia,
le dice a alguien:
"¿Ahora estás mejor, verdad?
¿Dime, tienes miedo?"
¡Escuchen!
¿Si las estrellas se encienden,
quiere decir que a alguien les hace falta,
quiere decir que son necesarias,
quiere decir que es indispensable,
que todas las noches,
sobre cada techo,
se encienda aunque más no sea una estrella?

Publicado en "La revista de los futuristas" en 1913.
Muy buenas tardes mis queridos Diversos, los aires de la mañana de sábado nos llevaron al encuentro de versos de García Montero y de Mayakovski en nuestra mesa del fondo del café de Macondo. 
Del libro A puerta cerrada (libro surgido de un encierro del autor en una crisis personal paralela a la crisis de la sociedad) de García Montero leímos Una tristeza cansada (un ático de paz y un sótano de dudas), Desempleo (respiro el otoño con ese no borrado), Aparición del lobo (el lobo de la noche ha llegado a mi casa). Como siempre los versos de García Montero son una agradable compañía que con sus metáforas nos abraza en este sábado de junio. A pesar de tratar temas como la tristeza, la melancolía siempre encontramos en sus versos un atisbo de esperanza. 
Y llegaron los versos de Mayakovski, en los cuales aparecen reivindicaciones sociales pero también una infinita sensibilidad y coherencia, leímos Escuchen, Yo conozco el poder de las palabras, Despedida y también la carta que escribió dos días antes de morir: 
"A todos"
     De mi muerte, no se culpe a nadie, y por favor, sin comentarios.
Al difunto le molestaban enormemente.
     Mamá, hermanas, camaradas, perdonadme, -no es un método-
(no se lo aconsejo a nadie), pero no tengo otra salida.
     Lila, ámame.
     Camarada Gobierno: mi familia se compone de Lila Brick, mamá,
mis hermanas y Verónica Vitóldovna Polónskaia¹.
     Si les haces la vida soportable, gracias.
     Envíen los versos sin terminar a los Brick. Ellos sabrán descifrarlos.
     Como se dice,
                             el "incidente" ha terminado,
"la barca del amor,
                                        se estrelló contra la vida cotidiana":
     Estoy a mano con la vida,
                                                     y es inútil recordar,
dolores,
                  desgracias,
                                          y ofensas recíprocas.
                                                    Sigan felices.
                                                            Vladimiro Mayacovski
                                                                      12-4-1930

Y después de compartir versos y besos nos despedimos para reencontrarnos el sábado 23 de junio, antes de la purificación del fuego, con los versos de Piedad Bonnett. 
Ángeles 



martes, 12 de junio de 2018

Nuestro Macondo, 9 de junio de 2018




Olga Patiño Nogueira de su libro "Territorio Acoutado"

Muy buenas tardes mis queridos Diversos. Hoy comenzamos la mañana dando la bienvenida a una nueva Diversa, Placeres, que esperamos nos acompañe en estas mañanas de sábado compartidas. A continuación estuvimos escuchando versos de Olga Patiño de su libro de poemas Territorio Acoutado, en el cual comparte protagonismo con las fotografías de Carlos Lorenzo. Ayer lo presentó en la Librería Arenas, y contó el origen de este proyecto como resultado de recuerdos de su niñez y juventud. 

También escuchamos versos de Gil de Biedma que terminan con "en la vida los olvidos no suelen durar".


Happy ending

(Jaime Gil de Biedma - Esteban Valdivieso)

Aunque, la noche, conmigo,
no la duermas ya,
sólo el azar nos dirá
si es definitivo.
Que aunque el gusto nunca más
vuelve a ser el mismo,
en la vida los olvidos
no suelen durar.
(2006)
Compartimos también  los versos de Paco dedicados a Rosalía de Castro y recogidos en el poema Dende lonxe, Noites infinitas de estrelas,......... Lendas celtas de antano..........Y también escuchamos el poema Querría volver atrás, Lo rápido que se va la vida, conseguir otra vez vivir mi vida, cariños mal cuidados.....,disfrutamos de su voz y sus versos, y debatimos como nos gustan las relaciones entre personas, y Placeres nos concluyó que le gustaría que la trataran como si todos los días la estuvieran conociendo de nuevo. También escuchamos un poema de Rosalía sobre el ser: Cierro las pestañas.............. ser y no dejar de ser, como siempre arroutadas llenas de vida y de sensibilidad.


Y otra vez Mayakovsky no acudió pero invocaremos sus versos para el sábado día 16 de junio acompañados de todos aquellos que quieran acudir.


A Coruña. La primavera se demora, el verano no viene, el invierno se fue, pero no tanto


Hasta entonces que la vida se llene de besos y versos.
Ángeles. 




Nuestro Macondo, sábado 2 de junio de 2018


me hueles a primavera y ferias,
a dibujos de niños,
 a acrilicos frescos,
a flor de naranjos,
a caminos de arena,
a imaginar que el mar
con la playa juega.
me hueles al Sur,
a tabanco y fino,
al cante profundo,
me hueles a tanto...

como huele esta tierra. 



Miguel Ángel Cabezas



Muy buenas tardes mis queridos Diversos. Después de varias escenas berlanguianas y tratamientos políticos empezamos la mañana con versos románticos venidos del sur. Un soplo de luz que nos envía Miguel Ángel
Después escuchamos dos poemas de Jaime Gil de BiedmaContra Jaime Gil de Biedma 
CONTRA JAIME GIL DE BIEDMA

De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación —y ya es decir—,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colemena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.
Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
—seguro de gustar— es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerlo.
Si no fueses tan puta!
Y si yo supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.
A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo!
y No volveré a ser joven, poemas profundos, de lucha, de realidades oscuras que reflejan el conflicto brutal que el autor llevó a cabo consigo mismo. 
Y escuchamos también varios poemas de Héctor Negri, jurista argentino muy afianzado en el mundo de las letras. Sus poemas son breves pero tocan el alma.
Mónica
Es así dulce amarte, cuando viene la lluvia.
Se ciñe entre las ramas. En las hojas de marzo.

Y desata de pronto los sueños sumergidos
para encerrar la noche en tu piel y en mis brazos.

La lluvia cae afuera. Cae a través del alma.
Cae borrando todo. Tu corazón, tu espacio,

tu cintura que besan los caminos abiertos
la sombra de tu cuerpo, tan desnudo y tan blanco.

Es así dulce amarte mientras la lluvia cae
haciendo remolinos con los primeros charcos.

Y oscilan las vertientes de renacidos ríos
y es el viento una queja que se muere en tu mano.

Mientras la lluvia cae, nuestra noche se aferra:
me confunde tu pelo con su signo lejano

y me liberan todas las luciérnagas tuyas
subiendo hasta mis ojos, abiertos, desvelados.

Por las calles la gente que corre y el mal tiempo
que estalla en los jardines, borrosos, desgajados.

Por la calle la noche se va marcando grave.
Aquí adentro la lluvia es sólo un largo abrazo

tendido entre nosotros desde el azul oscuro
de tu ropa vencida y de tu pelo enredado.

Es así dulce amarte mientras la lluvia cae:
los días nos descubren, nos llaman renovados

un susurro de besos alivia los secretos
en la flor de tu boca me apacigua tu amparo.

Languidecen las horas. La lluvia continúa
por cielos presentidos y campos estrellados.

Continuará por siglos en cada beso tuyo
a la luz de otros días, en tu piel y en tu tacto
en tu nombre que nombro de extrañas resonancias
en tu cintura suave, y en tu mirar tan claro.

Es así dulce amarte cuando viene la lluvia.
Se ciñe entre las ramas. En las hojas de marzo.
 
(Ayer y Hoy - Antología Poética)


A María Inés
Su pueblo no era un pueblo como todos los pueblos
nacía en una calle, terminaba en un río
y la calle era apenas una luz temblorosa
y su pelo cayendo por sus hombros el río.

En las tardes nos íbamos tomados de la mano
por las calles del pueblo, de su casa hasta el río
y el temblor de la tarde nos juntaba las manos
con la luz reflejada en su rostro y el mío.

Una vez nos besamos soñando levemente
con un beso rodando por sus hombros y el río
y no fue sólo un beso como todos los besos
empezaba en tus labios, terminaba en los míos.
 
Una tarde se fue, fue la última tarde
se perdió tras su pueblo, por la calle y el río
derramado su pelo en temblores y luces
se fue con la niebla de la sombra y el río.

Nunca pude encontrarla. La busqué por el cielo
por las calles del mundo y en la flor del estío
en todos los otoños, en todos los paisajes
y en la rosa que crece con la luz del rocío.

Nunca pude encontrarla. Se fue con la penumbra
he muerto en esa búsqueda de su rostro y el mío.
Y su pueblo que no era como todos los pueblos
empezaba en su pelo, terminaba en un río.


Y nos quedó pendiente Mayakowsky para el sábado 9 de junio.
Que las horas se envuelvan en besos y versos.
Ángeles