martes, 28 de enero de 2014

23º Certame de narracións breves

23º Certame de narracións breves "Manuel Murgia"

Certamen de narraciones breves Manuel Murguía

Fecha:
hasta el 01/03/2014
Requisitos:
  • Podrán concurrir todos los autores que lo deseen con una única obra, de temática libre y escritura en lengua gallega.
  • El relatos deben ser originales e inéditos, de una extensión no inferior a los 15 folios ni superior a los 30, escritos con letra arial, cuerpo 12 y en tamaño DICEN A4.
  • Los trabajos se presentarán por cuadriplicado, mecanografados a duplo espacio, por una sola cara y solo con el título de la obra y uno léemela. Se juntará una copia del texto en un CD en formato PDF. En un sobre cerrado se acercarán el título, lo léemela, el nombre, la dirección, el teléfono y el currículo del autor.
Dotación:
Se establece un único premio dotado con 3703,70 €
El Ayuntamiento de Arteixo convoca el 23º Certamen de narraciones breves Manuel Murguía
Ayuntamiento de Arteixo
Plaza Alcalde R Dopico, nº 1
15142 Arteixo
Tel. 981 600 009
www.arteixo.org
Publicación: BOP 16-12-2013


XVII Concurso de Poesía "CONCELLO DE CARRAL"

BASES
XVII CONCURSO DE POESÍA
“CONCELLO DE CARRAL”
1.‐ O Concello de Carral, coa colaboración da Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, convoca unha nova edición do Concurso de Poesía Concello de Carral.
2.‐ Poderán optar ao premio todos os autores/as maiores de idade e de calquera nacionalidade, sempre que o seu traballo se presente escrito en lingua galega. Non poden participar anteriores gañadores/as deste concurso.
3.‐ Fíxase un premio único de 2.000 euros. O xurado pode declarar deserto o premio. Sobre a contía do premio aplicaranse as retencións fiscais oportunas.
4.‐ Os traballos, cunha extensión mínima de 500 versos, serán orixinais, inéditos e non premiados noutros concursos no momento das deliberacións do xurado. Os autores responsabilízanse de lle comunicar á organización, dun xeito inmediato, a concesión doutros premios acadados a partir da remisión dos orixinais.
Os traballos presentaranse por triplicado, mecanografados con dobre espazo por unha soa cara, debidamente grampados ou encadernados, e coas páxinas numeradas. Cada copia dos traballos presentarase cunha portada na que figuren o título da obra e o lema ou alcume do autor/a, coincidindo no exterior co sobre pechado que debe acompañar á obra, e que conterá no interior o nome e apelidos do autor/a, DNI, enderezo, número de teléfono, correo electrónico e un breve currículo que incida na súa traxectoria literaria se a houbese.
5.‐ As obras presentaranse na Biblioteca Pública Municipal de Carral (Casa da Cultura, Rúa de Paleo, 17, 15175, Carral, A Coruña. Tel. 981 672 580).
6.‐ O prazo de admisión de orixinais estará aberto ata o 5 de abril de 2014.
7.‐ As deliberacións do xurado son secretas, e delas estenderase a acta correspondente. A decisión do xurado farase pública na primeira quincena do mes de maio.
8.‐ O xurado estará presidido polo alcalde do Concello de Carral ou concelleiro ou concelleira na que delegue, e formarán parte del dúas persoas de recoñecido prestixio no eido da poesía galega e a autora gañadora da edición anterior deste concurso; actuará como secretario o técnico municipal de Cultura do Concello de Carral. O xurado será nomeado polo alcalde e darase a coñecer antes de realizar as deliberacións.
9.‐ O título do traballo gañador e o nome e apelidos do seu autor/a daranse a coñecer mediante unha comunicación persoal (chamada telefónica) ao autor/a premiado/a, no blog http://culturacarral.blogaliza.org, na web municipal www.concellocarral.com, así como no taboleiro de anuncios da Casa da Cultura do Concello de Carral (Rúa de Paleo 17, Carral).
10.‐ Establécese un período de dez (10) días desde a decisión do xurado para presentar alegacións á citada decisión. As reclamacións, que se tramitarán ante o Rexistro municipal de Carral, serán valoradas e contestadas polo xurado.
11.‐ O Concello de Carral reservarase o dereito de publicar a obra gañadora.
12.‐ As obras non premiadas poderán ser retiradas polos seus autores ou polas persoas nas que deleguen, no prazo dun mes, contado desde o día seguinte á resolución do xurado. Non se devolverán traballos por correo nin por empresas de mensaxes. As obras que non sexan retiradas no prazo indicado destruiranse.
13.‐ Correspóndelle ao xurado a interpretación das presentes bases.
14.‐ A participación nesta convocatoria supón a total aceptación destas bases.
15.‐ Toda a información relativa ao concurso publicarase na web municipal concellocarral.com e no blog culturacarral.blogaliza.org.

domingo, 26 de enero de 2014

Nuestro Macondo, 25 de Enero de 2014

Sueños
Angeles Cupeiro-foto propia
Dime ¿qué sueños maravillosos
retienen prisionera a mi alma,
sin desaparecer, como pompas de jabón,
en una nada desolada?
Sueños que a cada hora
de cada día florecen más hermosos.
Y que, con sus prefiguraciones del Cielo,
pasan felizmente a través de mi espíritu.
Sueños que, como rayos de gloria,
penetran en el alma
para pintar en ella una imagen eterna:
¡el olvido de todo! ¡el recuerdo único!
Sueños parecidos al sol de la primavera
cuyos besos hacen brotar las flores entre la nieve
y que, con una inimaginable felicidad,
acogen al nuevo día.
Y creciendo, y floreciendo,
y soñando, exhalan su perfume,
y se marchitan, dulcemente, sobre tu pecho

para descender después al sepulcro.
                                                                         Mathilde Wesendonck 
 Muy buenas tardes queridos Diversos. Hoy acudimos al rincón del fondo del Macondo acompañados de lluvia y música, además de versos.
Carlos nos puso de fondo de los versos que leímos la música de Madeleine Peyroux, que nos envolvió y caldeó el ambiente lleno de lluvia.
Carlos Santos nos recordó que el jueves que viene, 30 de enero se presenta en el Ágora "Libros en directo" con Agustín Fernández Mallo, está organizado por Polisemias y será a las 20:30.
Y a continuación vinieron los versos de la mano de Carlos y Sara. Empezamos con Andrés Neuman del que leímos La palabra sin patria (desaparecemos, ese es el sentido...... la muerte es un idioma contra el que se ha nacido) y Un reloj olvidado (he olvidado el reloj en tu casa, mi vida, sin olvido el tiempo se hace fuerte....quererte es esa eterna dura entre el amor perdido y todo lo que nos queda). Leímos poemas que tratan de la muerte y del amor, pilares de la vida. También leímos Lingüística de Gelman (¿Adónde se fue la justicia más pálida que muerta?). Y escuchamos en la voz de Carlos El viajero habla de su patria de Kirmen Uribeen castellano y en vasco (En nuestro desierto no hay arena, en nuestro mar no hay agua). 
Interior de "El Bar de Macondo"-A Coruña. foto propia
Y Sara compartió con nosotros las canciones de Mathilde Wesendonck poeta alemana, sus poemas los escuchó ayer acompañados por la música de Wagner interpretada por la Sinfónica de Galicia. Leyó cinco canciones: El Ángel, Detente, En el invernadero, Tormentos y Sueños.
Carlos Santos propuso que organizásemos la visita de personas que nos lean poemas en otros idiomas y esperamos poder llevarlo a cabo. Inglés, senegalés, polaco.... Por eso pensamos tratar poesía africana para el próximo sábado, que será 1 de febrero. 
Que cada gota de lluvia se transforme en besos y versos para compartir.

viernes, 24 de enero de 2014

Luces, sombras y gaviotas

Hermosas imágenes de A Coruña, 
Fidela Losada nos trae imágenes y nos dice:

Con estas vistas me he vuelto cazadora de arco iris,  gaviotas,  la luna y por su puesto nuestra vecina La Torre de Hércules.

Fotografía de Fidela Losada-A Coruña 2014

Fotografía de Fidela Losada-A Coruña 2014

Fotografía de Fidela Losada-A Coruña 2014

Fotografía de Fidela Losada-A Coruña 2014
Gracias Fidela

lunes, 20 de enero de 2014

Nuestro Macondo, sábado 18 de enero de 2014 y la presencia de KArina Rotblat

El libro.





EL SABOR DE ESPERARME
Desconozco el idioma
de las cosas.
Pido un café liviano.
El bar es un eco, 
sensación antigua.
Podría haberme sentado
cerca de la ventana, 
ver pasar 
a la gente.
Pero sé
que debo encontrarme
donde estoy.
Componer los acordes
volver a vibrar
en un porción del olvido.

El mozo es el de siempre, yo no.
Él sabe pero sostiene
la arquitectura 
de mi desconcierto. 

                                                                                       

 QUIÉN A QUIÉN
                                                                                         Karina Rotblat (2011).

Muy buenos y lluviosos días queridos Diversos. Ayer nuestra reunión sabatina estuvo presidida por las manos, ¿las manos de quién?, las manos de todos, ya que Carlos Santos estuvo haciendo bocetos de nuestras manos, que se acompañaban por unos versos que surgían es ese momento. Una idea maravillosa!!!. La irá completando a lo largo de sucesivas reuniones.(Mis manos y tú tenemos que quedar algún día).

Manos- Dibujo de Carlos Santos
Además estuvimos leyendo los versos de Karina Rotblat, recordad que esta poeta la conocimos a través de un libro que traje de Buenos Aires y cuando leyó nuestra crónica en el blog DIVERSOS DICEN se puso en contacto con nosotros y nos dijo que nos mandaba su siguiente libro, pero le comenté que podría recogerlo personalmente, y así lo hice. Tuvimos un encuentro muy agradable en una calurosa noche porteña. Ella es psicoanalista y poeta, y nos contamos como la poesía influía en nuestras vidas, le gustó mucho la existencia de nuestro grupo poético, le conté como habíamos nacido, quiénes eramos y las actividades que hacíamos. Estuvimos de acuerdo que sería muy agradable que nos pudiese conocer, a ver si la vida nos deja. Fueron unos momentos muy entrañables y sorprendentes. Nos agradó ver como la poesía atraviesa distancias y une personas que de otra manera no se conocerían. Y ayer leímos varios de sus poemas: Infancia, Jugábamos a inventar que éramos otros, Un guión, Aún. Nos pareció que su poesía poseía ritmo con finales potentes y la puntos muy originales salpicaban sus versos.

Carlos leyó Sobre la denominación de emigrantes de Bertolt Brecht, (emigración significa éxodo/nosotros hemos huido). Concha trajo un libro titulado Ellas tienen la palabra, en donde varias poetas vuelcan sus versos y de ahí leyó Hombre al natural de María Sanz ( declaro ante ti que cada vez es mayor la distancia que nos une); Coño azul de Isla Correyero(aislado del amor cualquier coño es violento) 

Y Carlos trajo los versos de Gelman que dejó este mundo esta semana, leyó Cerveza ( en las espuma del vaso hay más historias) Sefiní (cuerpo que me has de temblar). Pensamos que podríamos leer algo más de este autor y lo propusimos como tarea para el próximo sábado, junto con los versos de los poetas que quieran acudir. 

También leímos el Soneto para empezar el amor de Manuel Alcántara que Carlos Santos escuchó por la radio y le 
Gabo-Pintura de Carlos Santos sobre el rincón de Diversos
en nuestro Macondo. "El Bar de Macondo" A Coruña-España
gustó mucho (amor son cercanías de uno mismo). 

Escuchamos que el próximo marzo se celebrará el vigésimo año de apertura del Macondo, pensamos que sería una ocasión agradable para que hiciésemos algo para celebrarlo, es parte de nuestra historia como grupo y allí nos consideramos en casa. Pensamos en algo y vemos lo que pueda surgir.

Y sin más, y sin menos, nos despedimos quedando citados para el próximo sábado con los versos que queramos leer y compartir para seguir viviendo y defendiendo la alegría y por supuesto la poesía.

Que los versos y los besos que habitan el aire se posen en nuestras pieles y nos hagan un poquito más felices.

miércoles, 15 de enero de 2014

Discurso de Juan Gelman con motivo de recibir el Premio Cervantes


Texto íntegro del discurso en la entrega del Premio Cervantes

Deseo, ante todo, expresar mi agradecimiento al jurado del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, a la alta investidura que lo patrocina y a las instituciones que hacen posible esta honrosísima distinción, la más preciada de la lengua, que hoy se me otorga. Mi gratitud es profunda y desborda lo meramente personal. En el año 2006 se galardonó con este Premio al gran poeta español Antonio Gamoneda y en el 2007 lo recibe también un poeta, esta vez de Iberoamérica. Se premia a la poesía entonces, “que es como una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa” para don Quijote, doncella que, dice Cervantes en “Viaje del Parnaso”, “puede pintar en la mitad del día la noche, y en la noche más escura el alba bella que las perlas cría... Es de ingenio tan vivo y admirable que a veces toca en puntos que suspenden, por tener no se qué de inescrutable”.
A la poesía hoy se premia, como fuera premiada ayer y aun antes en este histórico Paraninfo donde voces muy altas resuenan todavía. Y es algo verdaderamente admirable en estos “Dürftiger Zeite”, estos tiempos mezquinos, estos tiempos de penuria, como los calificaba Hölderlin preguntándose “Wozu Dichter”, para qué poetas. ¿Qué hubiera dicho hoy, en un mundo en el que cada tres segundos y medio un niño menor de cinco años muere de enfermedades curables, de hambre, de pobreza? Me pregunto cuántos habrán fallecido desde que comencé a decir estas palabras. Pero ahí está la poesía: de pie contra la muerte.
Safo habló del bello huerto en el que “un agua fresca rumorea entre las ramas de los manzanos, todo el lugar sombreado por las rosas y del ramaje tembloroso el sueño descendía”, Mallarmé conoció la desnudez de los sueños dispersos, Santa Teresa recogía las imágenes y los fantasmas de los objetos que mueven apetitos, San Juan bebió el vino de amor que sólo una copa sirve, Cavalcanti vio a la mujer que hacía temblar de claridad el aire, Hildegarda de Bingen lloró las suaves lágrimas de la compunción, y tanta belleza cargada de más vida causa el temblor de todo el ser. ¿No será la palabra poética el sueño de otro sueño?
Santa Teresa y San Juan de la Cruz tuvieron para mí un significado muy particular en el exilio al que me condenó la dictadura militar argentina. Su lectura desde otro lugar me reunió con lo que yo mismo sentía, es decir, la presencia ausente de lo amado, Dios para ellos, el país del que fui expulsado para mí. Y cuánta compañía de imposible me brindaron. Ese es un destino “que no es sino morir muchas veces”, comprobaba Teresa de Avila. Y yo moría muchas veces y más con cada noticia de un amigo o compañero asesinado o desaparecido que agrandaba la pérdida de lo amado. La dictadura militar argentina desapareció a 30.000 personas y cabe señalar que la palabra “desaparecido” es una sola, pero encierra cuatro conceptos: el secuestro de ciudadanas y ciudadanos inermes, su tortura, su asesinato y la desaparición de sus restos en el fuego, en el mar o en suelo ignoto. El Quijote me abría entonces manantiales de consuelo.
Lo leí por primera vez en mi adolescencia y con placer extremo después de cruzar, no sin esfuerzo, la barrera de las imposiciones escolares. Me acuciaba una pregunta: ¿cómo habrá sido el hombre, don Miguel? Conocía su vida de pobreza y sufrimiento, sus cárceles, su cautiverio en Argel, su Lepanto, los intentos fallidos de mejorar su suerte. Pero él, ¿quién era? Releía el autorretrato que trazó en el prólogo de las Novelas Ejemplares: “Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada”, que nada me decía, salvo la mención de sus “alegres ojos”. Comprendí entonces que él era en su escritura. Me interno en ella y aún hoy creo a veces escuchar sus carcajadas cuando acostaba al Caballero de la Triste Figura en el papel. Sólo quien, desde el dolor, ha escrito con verdadero goce puede dar a sus lectores un gozo semejante. Cómico es el rostro de la tragedia cuando se mira a sí misma.
Declaro que, en verdad. quise recorrer ante ustedes, con ustedes, los trabajos de Persiles y Sigismunda, o la locura quebradiza del licenciado Vidriera, o compartir la nueva admiración y la nueva maravilla del coloquio de los perros, o el combate verdaderamente ejemplar entre los poetas malos y los buenos que tiene lugar en “Viaje del Parnaso” y en el que cualquier buen poeta podía caer herido por un pésimo soneto bien arrojado. Pero tal como la lámpara alimentada a querosén que los campesinos de mi país encienden a la noche y alrededor de la cual se sientan a cenar, cuando hay, y luego a leer, cuando hay y cuando hay ganas, y a la que mosquitos y otros seres alados acuden ciegos de luz y la calor los mata, así yo, encandilado por don Alonso Quijano, no puedo sustraerme a su fulgor.
Muchas plumas hondas y brillantes han explorado los rincones del gran libro. Por eso, parafraseando al autor, declaro sin ironía alguna que, con seguridad, este discurso carece de invención, es menguado de estilo, pobre de conceptos, falto de toda erudición y doctrina. Sólo hablo como lector devoto de Cervantes, pero quién puede describir los territorios del asombro. Con mucha suerte y perspicacia, es posible apenas sentarse a la sombra de lo que siempre calla.
Cervantes se instala en un supuesto pasado de nobleza e hidalguía para criticar las injusticias de su época, que son las mismas de hoy: la pobreza, la opresión, la corrupción arriba y la impotencia abajo, la imposibilidad de mejorar los tiempos de penuria que Hölderlin nombró. Se burla de ese intento de cambio y se burla de esa burla porque sabe que jamás será posible terminar con la utopía, recortar la capacidad de sueño y de deseo de los seres humanos. Cervantes inventó la primera novela moderna, que contiene y es madre de todas las novedades posteriores, de Kafka a Joyce. Y cuando en pleno siglo XX Michel Foucault encuentra en Raymond Roussel las características de la novela moderna, éstas: “el espacio, el vacío, la muerte, la transgresión, la distancia, el delirio, el doble, la locura, el simulacro, la fractura del sujeto”, uno se pregunta ¿qué? ¿No existe todo eso, y más, en la escritura de Cervantes?
Su modernidad no se limita a un singular universo literario. La más humana es un espejo en el que podemos aún mirarnos sin deformaciones en este siglo XXI. Dice Don Quijote: “Bien hayan aquellos benditos siglos que carecieron de la espantable furia de aquestos endemoniados instrumentos de la artillería a cuyo inventor tengo para mí que en el infierno se le está dando el premio de su diabólica invención, con la cual dio causa que un infame y cobarde brazo quite la vida a un valeroso caballero, y que sin saber cómo o por dónde, en la mitad del coraje y brío que enciende y anima a los valientes pechos, llega una desmandada bala (disparada de quien quizá huyó y se espantó del resplandor que hizo el fuego al disparar la maldita máquina) y corta y acaba en un instante los pensamientos y la vida de quien la merecía gozar luengos siglos”.
Desde el lugar de presunto caballero andante quejoso de que las armas de fuego hayan sustituido a las espadas, y que una bala lejana torne inútil el combate cuerpo a cuerpo, Don Quijote destaca un hecho que ha modificado por completo la concepción de la muerte en Occidente: es la aparición de la muerte a distancia, cada vez más segura para el que mata, cada vez más terrible para el que muere. Pasaron al olvido las ceremonias públicas y organizadas que presidía el mismo agonizante en su lecho: la despedida de los familiares, los amigos, los vecinos, el dictado del testamento ante los deudos. La muerte hospitalizada llega hoy con un cortejo de silencios y mentiras. Y qué decir de los 200.000 civiles de Hiroshima que el coronel Paul Tobbets aniquiló desde la altura apretando un simple botón. Piloteaba un aparato que bautizó con el nombre de su madre, arrojó la bomba atómica y después durmió tranquilo todas las noches, dijo. Pocos conocen el nombre de las víctimas cuya vida el coronel había segado. La muerte se ha vuelto anónima y hay algo peor: hoy mismo centenares de miles de seres humanos son privados de la muerte propia. Así se da en Irak.
Creo, sin embargo, como el historiador y filósofo Juan Carlos Rodríguez, que el Quijote es una gran novela de amor. Del amor imposible. En el amor se da lo que no se tiene y se recibe lo que no se da y ahí está la presencia del ser amado nunca visto, el amor a un mundo más humano nunca visto y torpemente entrevisto, el amor a una mujer que no es y a una justicia para todos que no es. Son amores diferentes pero se juntan en un haz de fuego. ¿Y acaso no quisimos hacer quijotadas en alguna ocasión, ayudar a los flacos y menesterosos? ¿Luchando contra molinos de aspas de acero, que ya no de madera? ¿Despanzurrando odres de vino en vez de enfrentar a los dueños del dolor ajeno? ¿“En este valle de lágrimas, en este mal mundo que tenemos –dice Sancho–, donde apenas se halla cosa que esté sin mezcla de maldad, embuste y bellaquería”?
He celebrado hace dos años, con ocasión de la entrega del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, mi llegada a una España que no acepta las aventuras bélicas y que rompe clausuras sociales que hieren la intimidad de las personas. Hoy celebro nuevamente a una España empeñada en rescatar su memoria histórica, único camino para construir una conciencia cívica sólida que abra las puertas al futuro. Ya no vivimos en la Grecia del siglo V antes de Cristo en que los ciudadanos eran obligados a olvidar por decreto. Esa clase de olvido es imposible. Bien lo sabemos en nuestro Cono Sur.
Para San Agustín, la memoria es un santuario vasto, sin límite, en el que se llama a los recuerdos que a uno se le antojan. Pero hay recuerdos que no necesitan ser llamados y siempre están ahí y muestran su rostro sin descanso. Es el rostro de los seres amados que las dictaduras militares desaparecieron. Pesan en el interior de cada familiar, de cada amigo, de cada compañero de trabajo, alimentan preguntas incesantes: ¿cómo murieron? ¿Quiénes lo mataron? ¿Por qué? ¿Dónde están sus restos para recuperarlos y darles un lugar de homenaje y de memoria? ¿Dónde está la verdad, su verdad? La nuestra es la verdad del sufrimiento. La de los asesinos, la cobardía del silencio. Así prolongan la impunidad de sus crímenes y la convierten en impunidad dos veces.
Enterrar a sus muertos es una ley no escrita, dice Antígona, una ley fija siempre, inmutable, que no es una ley de hoy sino una ley eterna que nadie sabe cuándo comenzó a regir. “¡Iba yo a pisotear esas leyes venerables, impuestas por los dioses, ante la antojadiza voluntad de un hombre, fuera el que fuera!”, exclama. Así habla de y con los familiares de desaparecidos bajo las dictaduras militares que devastaron nuestros países. Y los hombres no han logrado aún lo que Medea pedía: curar el infortunio con el canto.
Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La memoria es memoria si es presente y así como Don Quijote limpiaba sus armas, hay que limpiar el pasado para que entre en su pasado. Y sospecho que no pocos de quienes preconizan la destitución del pasado en general, en realidad quieren la destitución de su pasado en particular.
Pero volviendo a algunos párrafos atrás: hay tanto que decir de Cervantes, de este hombre tan fuera del uso de los otros. De sus neologismos, por ejemplo. Salvo él, nadie vio a una persona caminar asnalmente. O llevar en la cabeza un baciyelmo. O bachillear. Don Quijote aprueba la creación de palabras nuevas, porque “esto es enriquecer la lengua, sobre quien tienen poder el vulgo y el uso”. Hace unos años ciertos poetas lanzaron una advertencia en tono casi legislativo: no hay que lastimar al lenguaje, como si éste fuera río coagulado, como si los pueblos no vinieran “lastimándolo” desde que empezaron a nombrar. Cuando Lope dice “siempre mañana y nunca mañanamos” agranda el lenguaje y muestra que el castellano vive, porque sólo no cambian las lenguas que están muertas. La lengua expande el lenguaje para hablar mejor consigo misma.
Esas invenciones laten en las entrañas de la lengua y traen balbuceos y brisas de la infancia como memoria de la palabra que de afuera vino, tocó al infante en su cuna y le abrió una herida que nunca ha de cerrar. Esas palabras nuevas, ¿no son acaso una victoria contra los límites del lenguaje? ¿Acaso el aire no nos sigue hablando? ¿Y el mar, la lluvia, no tienen muchas voces? ¿Cuántas palabras aún desconocidas guardan en sus silencios? Hay millones de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía.
Esto exige que el poeta despeje en sí caminos que no recorrió antes, que desbroce las malezas de su subjetividad, que no escuche el estrépito de la palabra impuesta, que explore los mil rostros que la vivencia abre en la imaginación, que encuentre la expresión que les dé rostro en la escritura. El internarse en sí mismo del poeta es un atrevimiento que lo expone a la intemperie. Aunque bien decía Rilke: “[...] lo que finalmente nos resguarda/es nuestra desprotección”. Ese atrevimiento conduce al poeta a un más adentro de sí que lo trasciende como ser. Es un trascender hacia sí mismo que se dirige a la verdad del corazón y a la verdad del mundo. Marina Tsvetaeva, la gran poeta rusa aniquilada por el estalinismo, recordó alguna vez que el poeta no vive para escribir. Escribe para vivir.

Gelman,

El último poema de Juan Gelman.  Se lo entregó en mano a Joaquin Sabina en México


Verdad es

Cada día
me acerco más a mi esqueleto.
Se está asomando con razón.
Lo metí en buenas y en feas sin preguntarle nada,
él siempre preguntándome, sin ver
cómo era la dicha o la desdicha,
sin quejarse, sin
distancias efímeras de mí.
Ahora que otea casi
el aire alrededor,
qué pensará la clavícula rota,
joya espléndida, rodillas
que arrastré sobre piedras
entre perdones falsos, etcétera.
Esqueleto saqueado, pronto
no estorbará tu vista ninguna veleidad.
Aguantarás el universo desnudo.

Juan Gelman
La Condesa DF
28 de octubre de 2013

Juan Gelman, un grande

Tomado de Página 12 (Diario de Buenos Aires)



JUAN

Por Eduardo Galeano
Hace poquitos días, hablando del gordo Soriano y del negro Fontanarrosa, dije, o más bien comprobé:
–A veces, la muerte miente.
Y ahora, lo repito: miente la muerte cuando dice que Juan Gelman ya no está.
El sigue vivo en todos los que lo quisimos, en todos los que lo leímos, en todos los que en su voz hemos escuchado nuestros más profundos adentros.
Nunca encontraremos palabras que expresen nuestra gratitud al hombre que fue muchos, al que fue nosotros y nosotros seguirá siendo en las palabras que nos dejó.






Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.

Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.

¡Digo que el hombre debe serlo!

(Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.)

(“Epitafio”, primer poema de su primer libro, Violín y otras cuestiones.)





lunes, 13 de enero de 2014

Sábado 11 de enero de 2014


Después de haber suspendido nuestros encuentros en virtud de las fiestas de navidad y fin y comienzo del nuevo año, regresamos a nuestro rincón macondino.
Y como las fiestas aún tienen eco en nosotros, la mañana se llenó de charlas animadas,  presencia de quienes no nos acompañan, disquisiciones sobre costumbres o características propias de la especie...
Palabras para un reencuentro feliz.
Carlos, por eso de poner poesía en nuestros encuentros poéticos nos trajo a una escritora brasileña, Ana Cristina Cesar (Río de Janeiro  1952/1983) y los poemas de su libro “Guantes de gamuza y otros poemas” una selección de Teresa Arijon y Sandra Almeida.
Ana Cesar e licenció en Letras y fue una importante traductora. Recibió el título de Master of Arts por  la Universidad de Essex en 1980.

Bar "El Café de Macondo" A Coruña, Galicia, España - foto propia


De “Del diario no diario “INCONFESIONES”

Tengo una hoja blanca
            y limpia a mi espera:
invitación muda

tengo una cama blanca
            y limpia a mi espera:
invitación muda

tengo una vida blanda
y limpia a mi espera:
5.2.69


COMO RASURAR EL PAISAJE

La fotografía
es un tiempo muerto
retorno ficticio a la simetría

deseo secreto del poema
censura imposible
del poeta


Pienso
la faz blanda del poema/ la mitad en la página
partida
Pero acallo la faz dura
flor apagada en el sueño
Pienso
el dolor visible del poema/ la luz previa
dividida
Pero acallo la superficie negra
pánico inminente de la nada
en la superficie

fueron descubiertos
hoy
a las cinco y media de la tarde
peces
capaces de cantar

capaz el poeta
dice
lo que quiere
lo que no quiere
y llama los nombres por las cosas
capaces
de cantar
daños causados por ojitos sudados y mareas

los ojitos del poeta
titilan como anzuelos
exhaustos
en la piscina

imagino como sería amarte
tendría el gusto extraño de las palabras
que jugamos
            y la seriedad de cuando olvidamos
cuáles palabras

imagino como sería amarte:
desisto de la idea en una verbal voluptuosidad
y vuelvo a escribir
            poemas.


Y así, con palabras escritas tan lejos, nos fuimos despidiendo hasta e próximo sábado, donde esperamos a cada uno con lo que quiera regalarnos.
¡ Buena semana! Y a buscar en el baúl de lo precioso aquello que nos hizo vibrar y queramos compartir.