Muy
buenos días mis queridos Diversos. En esta red de versos que nos
unen sin vernos hoy escribe María José Viz, dando aliento a
los clásicos.Otra visión, otras emociones. Siempre es genial
nuestra diversidad
Que
los poemas nos acaricien y nos lleven a ver mejores horizontes.
Besos
y versos.
Ángeles.
QUERIDOS
Y QUERIDAS DIVERSOS Y DIVERSAS:
Es
tiempo de Coronavirus, mal que nos pese. De recogimiento impuesto, de
sentimientos exacerbados que nos tornan vulnerables como frágiles
mariposas rompiendo la piel de su oruga. Pero también es el momento
de ensalzar los valores y los lazos que nos unen… Os echo de menos.
Veros, aunque fuese de un modo forzosamente intermitente, era un
acicate maravilloso para las mañanas del sábado. Pero… ¿Por qué
lo digo en pretérito? Retornarán la conversación amena y los
versos al Macondo, muy pronto, porque los deseos más intensos y
nobles se han de ver cumplidos. No lo pongáis en duda.
Esta
noche, ha acudido a mi mente el gran Quevedo. ¡Lo admiro tanto! Por
su variedad de registros; por su tratamiento impecable de temas como
el paso del tiempo, la muerte o el amor, por sus magníficos sonetos,
por su magistral e hilarante poesía satírica… He repasado mi
ejemplar, amarillento ya, de POESÍA VARIA, editado por EDICIONES
CÁTEDRA y con estudio a cargo de James O. Crosby. Y he entresacado
dos sonetos, (estoy segura de que los conoceréis), para rememorar la
belleza intrínseca de su poesía.
El
primero es, en palabras de Dámaso Alonso, «seguramente el mejor de
Quevedo, probablemente el mejor de la literatura española» (Poesía
española.
1950). A mí me sigue impresionando, al releerlo en pleno siglo XXI.
[Amor
constante más allá de la muerte]
Cerrar
podrá mis ojos la postrera
Sombra
que me llevare el blanco día,
Y
podrá desatar esta alma mía
Hora,
a su afán ansioso lisonjera;
Mas
no desotra parte en la ribera
Dejará
la memoria, en donde ardía:
Nadar
sabe mi llama el agua fría,
Y
perder el respeto a ley severa.
Alma,
a quien todo un Dios prisión ha sido,
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