jueves, 8 de noviembre de 2012

Milleiros de familias arrastradas das súas casas, milleiros de vidas destragadas, milleiros de bagoas...



             Canción última

Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.

Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.

                            Miguel Hernández.

2 comentarios:

  1. Uno de los Grandes. Gracias por traerlo. Estos tiempos necesitan esa esperanza

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  2. Que bueno, es oportuno el momento y desde luego lo más oportuno: la esperanza.
    Gracias Ana.

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