sábado, 7 de mayo de 2022

Nuestro Macondo, viernes 29 de abril de 2022

 Buenas tardes mis queridos Diversos, otro viernes de versos compartidos. 

A disfrutarlos
Besos y versos 
Ángeles




Otro viernes más en “la mesa del fondo”. Otro viernes más alimentándonos con “el fruto del diablo” (Makonde). Esta vez MariCarmen, D. Antonio y el que esto escribe, esperando que “el resto” se anime y regrese a este lugar donde la realidad y los sueños se dan la mano.

Este viernes como si formáramos parte de uno de los relatos de García Márquez recorrimos el mundo de país en país con las historias que ninguna novela podría relatar y todo ello de la mano de nuestro “principal narrador”. Tarde fantástica, animada, deseando que se repita y como yo no podré estar el próximo viernes pues estoy invitado a un acontecimiento cancelado por la pandemia y ahora calculo que “ansiosamente” retomado por “los invitantes” familiares que al fin lograrán casarse ese día. Y por todo ello soy yo ahora el que os animo a la cita del viernes y que nadie me eche en falta. Y como había prometido he aquí las estrofas que completan el poema del viernes pasado.



Cuando tú te vas


Cada vez que llego

tú te vas

siempre…


Me ves a lo lejos

no quieres hablarme

te vas

y mis lágrimas oscurecen la noche

cuando te alejas.


Deseo tanto, tanto

estar junto a ti

aunque sólo sea un instante.


Sólo las nubes abrigan mi llanto

y el aullido del lobo

en la montaña

se convierte en mi voz

me anuncia, te llama. 


Me castiga tu silencio

tu huida

y sé que nunca, nunca estaremos juntos

aún así nos necesitamos

somos uno en el Universo

se que siempre nos cantarán los poetas

ellos dirán de nosotros: ¡El Sol ya se ha ido

que sola queda la Luna

con su silencio

y sus lágrimas plagadas de estrellas!


¡Y las olas

en la mar serena

reflejarán su llanto

en la playa

al besar la arena!

¡Y esconderá el rio

su brillo de estrellas

sobre sus aguas tranquilas

mientras se vadean!.


No llores Luna, no llores

que aunque el adiós sea breve 

antes de marcharse

el Sol te dirá en un susurro:

¡Duerme Amor mío, duerme

que yo mientras tanto

despertaré e iluminaré a la vida

para que pueda soñar

cuando tú regreses!


Francisco E. Vila

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