Muy buenas tardes mis queridos Diversos. El camino del Macondo está señalizado y con versos en su meta. Allá vamos. Los viernes a las seis de la tarde los besos y los versos se dan cita en nuestro lugar.
Una tarde más pero distinta. Aquel Macondo añorado, literario, de el que Gabriel diría: ¡Este es mi Macondo, allí he vuelto!
Hoy Rosalía, María Placeres, Antonio y yo abriendo camino. Aquí estuvimos, aquí estamos y aquí estaremos mientras el Macondo siga siendo fuente de inspiración, la poesía sea poesía y nosotros sigamos siendo el alimento de mil y un sueños.
Y así comenzamos la tarde…
Sabéis qué son
Sabéis qué son
las llamaradas del ruido
los torrentes desbocados del ruido
las tormentas infernales del ruido?
Sabéis qué es
el silencio de las gotas del rocío en la mañana
sabéis qué es
el aullido del lobo en el silencio de la noche
lo sabéis?
Sabéis cómo son todos esos sonidos
esas dulces y tremendas melodías
lo sabéis…?
Es entonces
cuando sé que no sabéis lo que se siente
en medio de la tormenta
que no se calma
en medio del temporal
que no afloja
en medio del huracán
que no amaina
en medio de los mil sables
de cientos de batallas
con sus gritos y lamentos
en medio del ansiado sueño
que te alivie.
No sabéis lo que es saber
lo eternos que son los lamentos de la vida
que no tienen fin
y saber que el único fin es aquel
que al fin
los dormirá para siempre.
Francisco E. Vila, 22-5-22 (13:09)
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