domingo, 12 de abril de 2020

Nuestro Macondo, sábado 11 de Abril de 2020


Buenos noches mis queridos Diversos, reenvío crónica que desde la ventana de Antonio Campos Romay nos lleva a nuestro Macondo, aunque no podamos ir.
Besos y versos para todos.
Ángeles

DIVERSOS SIN VERSOS…

Un sábado más, sin gloria ni resurrección que se adivine en lontananza…Sin un mal verso que llevarse a los labios en la vieja mesa del café donde las musas se acumulan pidiendo su espacio. Macondo lugar distinto, diverso y de Diversos, aquellos para los que la vida es verso, porque sin un verso, la vida no rima…
Larga travesía del desierto, sin el verso travieso de Rosalía, sin la voz profunda de Paco, y su rima engarzada en el mito y el mar… Carmen Torreiro, entrañable, presente aun en su ausencias, Yoli, Ana , las rimas de María José, el espíritu del Quijote… un sábado sin los placeres de las risas  y miradas cómplices, ironías aviesas… gorjeo interminable que reclama que la madre superiora, alzando su mano decorada de anillos iconoclastas,  llame al orden a la indisciplinad congregación…
Es posible que Ángeles, que pudiendo ir para valkiria hizo del Rio Plata hogar, ejerciendo de profesora por vocación y devoción hubiera puesto deberes virtuales…En tiempos de tribulación la memoria falla, o lo que falla es el otoño del patriarca…Tanto tiene..Alzo bandera libertaria y doy sentido a estas líneas con un  aportación de la pluma emigrante de Jorge Guillén, que pudiere tener algo de alegoría para estos tiempos de mudanzas, aunque desde su santidad Teresa de Ávila, nos la recomiende en momentos adversos… Y no es ánimo en estas fecha tan señaladas en algunos corazones,  contradecir a tan venerable dama, pero hoy temo no vale ya la receta que indicaba en una carta a su hermano un dos de enero de 1577…”hemos de servir a Dios como él quiere. Y no como nosotros queremos”… Perdónenos tan gran Señor  la intemperancia,  pero hora es de servirnos nosotros como queremos, que ya llevamos lo nuestro,  dejando a Dios en lo suyo…  
LAS ÁNIMAS 

“Montones de supervivientes
Miran el mundo de los vivos,
Que con sus barcos y sus puentes
Intentan servirles de estribos.

Después de aflicción y trabajo,
—La vida más corta fue larga—
cayeron mucho más abajo.
Sólo errores son ya su carga.

Los muertos añoran la tierra
De los hombres nunca divinos,
Y sufren, sufren. ¿Se les cierra
La salida a humanos destinos?

Ese fuego no será eterno.
También el verdugo se cansa,
Y está sumiso a buen gobierno.
Eternidad con Dios es mansa.

Mientras montones de difuntos
Tienden a los vivos las manos,
Las memorias. ¡Ah, todos juntos,
Y humanos, humanos, humanos!”


Del poeta español Jorge Guillén


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