Buenos noches mis queridos Diversos, reenvío crónica que desde la ventana de Antonio Campos Romay nos lleva a nuestro Macondo, aunque no podamos ir.
Besos y versos para todos.
Ángeles
DIVERSOS SIN VERSOS…
Un sábado más, sin gloria ni resurrección que se
adivine en lontananza…Sin un mal verso que llevarse a los labios en
la vieja mesa del café donde las musas se acumulan pidiendo su
espacio. Macondo lugar distinto, diverso y de Diversos, aquellos para
los que la vida es verso, porque sin un verso, la vida no rima…
Larga travesía del desierto, sin el verso travieso de
Rosalía, sin la voz profunda de Paco, y su rima engarzada en el mito
y el mar… Carmen Torreiro, entrañable, presente aun en su
ausencias, Yoli, Ana , las rimas de María José, el espíritu del
Quijote… un sábado sin los placeres de las risas y miradas
cómplices, ironías aviesas… gorjeo interminable que reclama que
la madre superiora, alzando su mano decorada de anillos
iconoclastas, llame al orden a la indisciplinad congregación…
Es posible que Ángeles, que pudiendo ir para valkiria
hizo del Rio Plata hogar, ejerciendo de profesora por vocación y
devoción hubiera puesto deberes virtuales…En tiempos de
tribulación la memoria falla, o lo que falla es el otoño del
patriarca…Tanto tiene..Alzo bandera libertaria y doy sentido a
estas líneas con un aportación de la pluma emigrante de Jorge
Guillén, que pudiere tener algo de alegoría para estos tiempos de
mudanzas, aunque desde su santidad Teresa de Ávila, nos la
recomiende en momentos adversos… Y no es ánimo en estas fecha tan
señaladas en algunos corazones, contradecir a tan venerable
dama, pero hoy temo no vale ya la receta que indicaba en una carta a
su hermano un dos de enero de 1577…”hemos de servir a Dios como
él quiere. Y no como nosotros queremos”… Perdónenos tan gran
Señor la intemperancia, pero hora es de servirnos
nosotros como queremos, que ya llevamos lo nuestro, dejando a
Dios en lo suyo…
LAS ÁNIMAS
“Montones de supervivientes
Miran el mundo de los vivos,
Que con sus barcos y sus puentes
Intentan servirles de estribos.
Después de aflicción y trabajo,
—La vida más corta fue larga—
cayeron mucho más abajo.
Sólo errores son ya su carga.
Los muertos añoran la tierra
De los hombres nunca divinos,
Y sufren, sufren. ¿Se les cierra
La salida a humanos destinos?
Ese fuego no será eterno.
También el verdugo se cansa,
Y está sumiso a buen gobierno.
Eternidad con Dios es mansa.
Mientras montones de difuntos
Tienden a los vivos las manos,
Las memorias. ¡Ah, todos juntos,
Y humanos, humanos, humanos!”
Del poeta español Jorge Guillén
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