domingo, 23 de marzo de 2014

Nuestro Macondo y sus veinte años





Buenas tardes de este sábado que le da la espalda a la primavera que certifica el calendario y el clima niega. Como habíamos dicho el sábado pasado, el de hoy ha sido el día elegido para homenajear a esta casa nuestra que es El Bar de Macondo. Y qué mejor forma de hacerlo que hacerles llegar a Ángel, el hacedor de ese milagro, a Sandra que es mucho más que la diligente y habilidosa preparadora de los cafés ilustrados, esos de las hojas, corazones, arabescos que dibuja sobre la crema del café, aquello que nos atrevemos a hacer, esto es escribir y pintar.
Poemas, relatos, obras pictóricas, para reflejar el cariño que encontramos en el espacio que nos cobija.
La cita concitó el interés de muchísimos Diversos y nos fuimos al piso superior para que nuestro homenaje tuviera un marco especial, ese mismo marco en el cual recibimos a invitados especiales, o celebramos la publicación de libros de nuestros Diversos que saltan del folio a la encuadernación.
Le entregamos a Ángel una caja en la que estaban los trabajos y los sueños. Palabras y colores, recuerdos, emociones.


Carloslesta y luego Sol leyeron un par de trabajos que salieron por cosas del azar. Carlos leyó un poema de Miguel Angel que refería a su peripecia vital que tuvo encuentros singulares con el universo de Gabo, ese del Macondo y Colombia y el Madrid en el que él estudiaba y trabajaba. Sol nos leyó un dibujo poema de Carlos Santos que, como es habitual en sus escritos, toma recortes de la realidad y los combina de forma que crea un universo que se descubre nuevo y singular.

Luego una tarta con una capa de gelatina color cielo atardecido con sus números que indicaban el vigésimo aniversario, tal como corresponde a un cumpleaños que se precie de serlo, así como el infaltable "que los cumplas feliz".
Charlas, anécdotas, historias y el recuerdo de lo tanto hecho en estos jóvenes veinte años.
Nuestro Macondo, ¡Feliz cumple!


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