lunes, 10 de febrero de 2014

Felix Grande, poeta

Félix Grande
Nacido en Mérida (Badajoz) el 4 de febrero de 1937, desde los dos años hasta los veinte vivió en Tomelloso (Ciudad Real), donde será enterrado mañana.
Félix Grande estaba considerado como uno delos grandes renovadores de la poesía.
Experto en flamenco, recibió el premio Nacional de Poesía en 2004 y el premio Nacional de Flamencología en 1980.
A cuatro días de cumplir 77 años, Félix Grande fue no solo un poeta, narrador y ensayista traducido a doce idiomas sino uno de los más importantes investigadores del flamenco, al que dedicó mucha de su actividad en los últimos años como conferenciante. A los 20 años llegó a Madrid, la ciudad en la que empezó a trabajar, en 1961, en la revista cultural Cuadernos Hispanoamericanos. En esa publicación trabajó durante treinta y cinco años, trece de ellos como director.
Entre 1969 y 1971 dirigió además la colección de libros El puente literario, de la editorial Edhasa, y en 1989 dirigió la revista de arte Galería. En 2012 publicó su última obra, el poemario Libro de familia, un género en el que comenzó en 1964 con Las piedras (1964), por el que recibió el premio Adonais. Luego siguieron Música amenazada (1966), Blanco Spirituals (1967), Taranto yHomenaje a César Vallejo (1971), Puedo escribir los versos más tristes esta noche y Biografía(1971), Años (1975), En secreto (1978), La noria (1986), Cuaderno (1993), Con buenas formas(1997) La canción de la Tierra (1998), y La memoria en llamas (2004).
En prosa firmá las novelas Las calles (1980), La balada del abuelo Palancas (2003) y los relatosPor ejemplo, doscientas (1968), Parábolas (1975), Lugar siniestro este mundo, caballeros (1980),Fábula (1991), Decepción (1994), El marido de Alicia (1995), Sobre el amor y la separación (1996),Té con pastas (2000).
Su obra en ensayo comenzó con Occidente, ficciones, yo (1968) a la que siguieron Apuntes sobre poesía española de posguerra (1970), Mi música es para esta gente (1975), Memoria del flamenco(1979), Elogio de la libertad (1984), Agenda flamenca (1985), Once artistas y un dios (1986), La calumnia (1987), García Lorca y el flamenco (1992), La vida breve (1985) y Paco de Lucía y Camarón de la Isla (1998).
Escribió la obra de teatro Persecución (1978) y en su producción destacan obras mixtas comoGrandes del flamenco (seis discos más antología, de 1981) o Poema de amor (con música de Paco de Lucía, de 1983).
En poesía obtuvo los premios Alcaraván(1962), Adonais (1963), Guipúzcoa (1965), Casa de las Américas (1967), Nacional (1978) y Manuel Alcántara (1996), y en narrativa, Eugenio D'Ors (1965), Gabriel Miró (1966), Barcarola (1989), Felipe Trigo (1994), y el Premio Extremadura a la Creación (2004). En ensayo obtuvo el Hidalgo y el Nacional de Flamencología (1980) y en 1997 fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.
Un año después, en 1998 y por votación popular coordinada desde la revista El Olivo, a la que enviaron su voto miles de estudiosos e interesados en el tema, fue proclamado el mejor escritor de temas flamencos. Hijo adoptivo de la ciudad de San Roque (Cádiz), obtuvo en 2004 el Premio Nacional de las Letras Españolas.
Grande, casado con la poeta Francisca Aguirre, impartió conferencias por la mayor parte de los países latinoamericanos, donde también ha sido conferenciante en materia de poesía y otros temas culturales.

Noviembre llueve

Comprendías entonces que tu vida, tu amada
vida, tu única vida, tu pobre don, parece
una mano cerrada por donde todo huye
hasta que te clavaras los dedos en ella para siempre.

Comprendías entonces durante esa mañana
-parecida a una tarde muy vieja, muy inerte-
que el agua, el agua fina del tiempo, se te huía
como un color que en sombra se calla para siempre.

Comprendías entonces que estabas muerto, vivo
para morir, muerto en el camino, vivo decadente.
Asomado al rectángulo de la ventana ibas
recordando tristeza de tristezas; oh, siempre

es igual: la lluvia se prolonga en el tiempo
la vida se sucede monótono y estéril,
y tu comprendes, y ahora vas y vienes, y vas
y vienes, y comprendes, y no te basta... oh, siempre

es igual: el viento se muere en los visillos,
la nostalgia se cansa de sí misma, noviembre
llueve, la vida llueve, el mundo llueve, todo
te parecía una lluvia cansina y para siempre.

Las piedras (1958-62)

Os recomiendo su antología Una grieta por donde entra la nieve publicada en 2006 por Renacimiento, y de ese poemario el poema que lo cierra del apartado Otros poemas que titula (Poética) así entre paréntesis, pero que es mucho más que una poética:

(POÉTICA)

Tal como van las cosas tal como va la herida
puede venir el fin desde cualquier lugar
Pero caeré diciendo que era buena la vida
y que valía la pena vivir y reventar

Puedo morir de insomnio de angustia o de terror
o de cirrosis o de soledad o de pena
Pero hasta el mismo fin resistirá el fervor
me moriré diciendo que la vida era buena

Puedo quedar sin casa sin gente sin visita
descalzo y sin mendrugo ni nada en mi alacena
Sospecho que mi vida será así y ya está escrita
Pero caeré diciendo que la vida era buena

Pueden matarme el asco la vergüenza o el tedio
o la venal tortura o una bomba homicida
Ni este mundo ni yo tenemos ya remedio
Pero caeré diciendo que era buena la vida

Tal como van las cosas mi corazón se llena
de puertas que se cierran con sigilo y temor
Pero caeré diciendo que la vida era buena
la quiero con cansancio con horror con amor

Otros poemas. Félix Grande (1974)

El infierno

El bien irreparable que me hizo tu belleza
y la felicidad que se llevó tu piel
son como dos avispas que tengo en la cabeza
poniendo azufre donde conservaba tu miel.

¡Cambió tanto la cena! Botijas de tristeza
en vez de vasos de alba tiene hoy este mantel
y aquel fervor, espero esta noche a que cueza
para servirme un plato de lo que queda: yel.

Rara la mesa está: La miro con asombro,
como y bebo extrañeza y horror y absurdo y pena.
Se acabó todo aquel milagro alimenticio

tras un postre espantoso me levanto y te nombro
que es el último trago de dolor de esta cena,
y voy solo a la cama como quien va al suplicio.




Vivir a cara o cruz

Carezca yo de ti
y al infortunio suceda la desgracia
y a la desgracia el cataclismo
y a todo ello asistiría
con el desinterés de un muerto.

Estés conmigo tú
y por cada brizna de dicha
que pretendan arrebatarnos
avanzarían desde mi corazón
espléndidos ejércitos de odio.

Tú puedes ser la espalda atroz de mi destino
o mi patria de carne.


Una postal de nieve

Cuando me tienda en la vejez
como en un mal cerrado sepulcro
maldeciré tu nombre

Sólo porque esta noche
enajenado y absorto en tu cuerpo
he deseado que fueras eterna

y no sabía si pegarte o llorar.

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