miércoles, 26 de junio de 2013

Sábado 23 de Junio en nuestro Macondo con Montserrat Yoldi

SOBREMESA
un café.
Saboreo lentamente
a taza escura.
Hai traballo
moito traballo
esperando 
ser devorado na tarde.
O sol examina
cauteloso
a vocación irónica do tempo
e fica desconcertado
pois dos obxectos cotiáns
xorde a túa imaxe
que me ofrece
inéditas 
todas as primaveras
                                                       Coas pálpebras baixas
                                                       Montserrat Yoldi

Muy buenas noches mis queridos Diversos. El tiempo, que siempre pasa, hace que lleguemos de nuevo a un fin de curso y con ello a las vacaciones.
Y ayer para celebrarlo nos reunimos en el Macondo, esta vez en el piso de arriba, en donde Fidela y Carlos Santos crearon un paraíso de color, con sus cuadros magníficamente colocados,  para la presentación en nuestro grupo del libro de Montse. Fue un acto entrañable, sencillo, íntimo y bonito. Montse nos leyó varios de sus poemas, nos explicó como se gestó el libro y el porque de esas ilustraciones. Disfrutamos de un momento único con la poesía como nexo de unión. Le regalamos un retrato suyo que rápidamente hizo Carlos Santos, le quedó muy bien, y una tarta con el título del libro y una vela para conmemorar su primer libro. 
Y con esto rematamos nuestro curso poético, en el que hubo un poco de todo como en la vida misma, alegrías, lágrimas, ausencias, risas, cafés y por supuesto muchos versos.
Retomaremos curso en septiembre, esperando poder inaugurar el nuevo año con el curso de Haikus que tenemos pendiente con Xavier Seoane, calculamos poder realizarlo en octubre. 
Que el verano traiga mucho sol y alegría a nuestra vidas para recordarlo en épocas invernales.
Besos y versos para todos. 
Y por supuesto mucha poesía. Me gustaría rematar este correo con el poema de Gil de Biedma "Amistad a lo largo"

Amistad a lo largo

Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad.

                                       Mirad:
somos nosotros.

Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía.
Llegaban noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras,
las palabras que luego abandonamos
para subir a más:
empezamos a ser los compañeros
que se conocen
por encima de la voz o de la seña.
Ahora sí. Pueden alzarse
las gentiles palabras
-ésas que ya no dicen cosas-,
flotar ligeramente sobre el aire;
porque estamos nosotros enzarzados
en mundo, sarmentosos
de historia acumulada,
y está la compañía que formamos plena,
frondosa de presencias.
Detrás de cada uno
vela su casa, el campo, la distancia.

Pero callad.
Quiero deciros algo.
Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.
A veces, al hablar, alguno olvida
su brazo sobre el mío,
y yo aunque esté callado doy las gracias,
porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero deciros cómo trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos con los otros
en el rincón hablamos, tantos meses!
que nos sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.

Ay el tiempo! Ya todo se comprende.







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