Buenos y lluviosos días mis queridos Diversos. Hoy nos viene una crónica emotiva, cual llamada de los versos. La voz de Francisco Vila resuena en nuestros oídos para recordar momentos compartidos. Cuando la lean imaginen y disfruten de esa lectura con su voz-
Macondo
Ni me imagino de dónde le surgió la idea a Gabriel García Márquez y que le animó a escribir la famosa novela “Cien años de soledad” y sobre todo para reconvertir a su Aracata natal en el famoso Macondo. Lo que sí creo es que por el covid, por la pandemia, por la vida o por que Macondo se me ha reconvertido en sus orígenes quizás y no deja de ser lo que siempre fue pero no en América si no en África y que era, es y será, sobre todo para mí, ni más ni menos que el likonde, “el alimento del diablo”. Y ¿por qué? me preguntareis, pues porque para mi, insisto, siempre ha sido, desde el primer día, como una tentación que me hacía desear que llegase el sábado. ¿Y sabéis por qué? Pues como ya me imagino que lo sabéis aquí os dejo una de mis tentaciones para que la disfrutéis o padezcáis, a elegir.
Puro y duro…
Quizás sea
o
haya sido
simplemente una tentación,
puro y duro “alimento del diablo”,
esa tentación en que un día
de la mano de una sincera amistad
caí en las redes
del placer infinito
desbordando a un afortunado poeta
al sentirse vida
escuchado y disfrutado
degustando, no sólo
e insisto
de “el alimento del diablo”
si no también
de un sabroso café
lejos de la Hipocrene
pero rodeado de las musas
y faunos
de las artes y la vida
de la amistad y el desconcierto
del placer y de los sueños
donde las distancias nos acercan
y las ausencias
nos encuentran
en ese lugar “entre la vigilia y el sueño”
en ese lugar
donde nos vimos una vez
y aún
todavía,
gracias al destino,
nos veremos un ciento.
Francisco E. Vila, 20-10-21 (02:03)