Punto de encuentro entre gentes que tenemos amor a la poesía. Somos hombres y mujeres (y viceversa) con saberes, gustos, edades, orígenes y, sin duda, destinos diversos. Aquí están nuestras palabras, nuestros sueños, nuestras alegrías, nuestros intereses, nuestras dudas y nuestras certezas.
sábado, 20 de junio de 2020
Nuestro Maconodo, sábado 20 de junio de 2020
lunes, 15 de junio de 2020
Nuestro Macondo, sábado 13 de junio de 2020
Buenas tardes mis queridos Diversos. Nuestra crónica hoy viene de la pluma de nuestra dominadora de libretas. La titula crónica negra pero esta llena de grandes matices.
A seguir viviendo con besos y versos.
Ángeles
CRONICA DE 13 DE JUNIO DE 2020
Quizás no tenga el día, ni siquiera me alcance la ironía, para escribir una crónica jocosa, tal vez, como el día frío y gris, solo rezumen estas letras tristeza, con el aroma amargo y el color en blanco y negro que deja la estela de una esquela, el duelo, por todos los que no volverán al Macondo con su cuerpo, o por los que volveremos con el alma más quebrada, por las amistades perdidas, y abiertas en nuestras almas las mismas viejas heridas, las que nunca han sido ni curadas ni cosidas.
Con el lenguaje militar con él que nos han hecho vivir esta pandemia, ante el atronador ruido de una guerra soterrada, de los virus y venenos que abonan el terreno de este planeta al que con acierto se llamó tierra, nunca cielo, la poesía ha sido mi refugio ante un bombardeo incesante en redes y medios; ya en desescalada, ante las puertas de una nueva anormalidad, huyendo del atronador ruido, hambrienta de serenidad y de calma, con una necesidad voraz de la sinrazón del poeta, para recobrar la fortaleza, fui pidiendo un sinfín de “citas” a los que antaño cayeron, a los curanderos del alma, hastiada de matasanos vivos de cuerpo y mente, de los que ya versaba Quevedo; militares, jueces y médicos, a los que se han ido sumando durante los siglos batallones de políticos y periodistas, con la única finalidad de doblegarnos el alma.
Y así con ese lenguaje terrible se fueron sucediendo mis “citas” para combatir al veneno y esquivar sin salir mucho al virus.
Entraron en mi vida cual ejército,
de curanderos exquisitos.
Sus lápidas han sido tapas negras
de visor, y editoriales varias.
Yacen en bibliotecas alineados
atrincherados en mil libros
soldados que sin tregua disparan
sus certeras balas al alma;
con cartuchos de sangre y de tinta
con pólvora escueta y sucinta;
mis Generales, sin brillos de estrellas,
vivos y eternos, en las cunetas.
Los deportados y defenestrados
con sus misiles, ilustrados:
¡qué por versos fueron encarcelados
arrinconados y exiliados!
Mas la tierra se abona de poetas
guerrilleros de libretas.
En sus tumbas sus semillas florecen
en la tierra jamás perecen.
Son los médicos de la retaguardia
los que siempre están de guardia.
Y radiantes y vivos me fueron dando uno a uno sus “citas”, Rafael Alberti, me inyectó hierro en vena, Joan Margarit fue mi heparina y mi aspirina, para bajarme la fiebre Valente, otro Angel González apostó por el potasio, como siempre Machado me recetó aire puro y vitaminas, en ningún momento se separó de mi lado; mientras la se siempre, Doña Gloria Fuertes, me sacaba en sesiones de terapia, sin paños calientes, unas risas, y así os digo que he vivido y sigo viviendo, peleando cual Quijote, enfrascada en el intento de no recobrar jamás el juicio, para logar algún día esa lengua viperina que a jueces, militares y matasanos desquicia.
Lamento no estar recuperada del todo, para hacer un buen verso ni una buena crónica, un verso y un beso con todo mi cariño para todos.
Rosalía Ajamil Sánchez.
Nuestro Macondo, sábado 6 de Junio de 2020
jueves, 4 de junio de 2020
Nuestro Macondo, sábado 30 de mayo de 2020
Dicen que tenemos que acostumbrarnos a llevar el rostro protegido porque la mascarilla llega para quedarse. Hablan de utilizarlas durante más de un año y normalizar su futuro uso, como ya lo vienen haciendo chinos y japoneses.
Hoy, pienso en ello y, me invade la pena, también la rabia e impotencia.
Visualizo nuestros cuerpos convertidos en caminantes autómatas, unificados en este mundo globalizado y, horrorizada, se me eriza el cabello y me surge el consuelo de escribir.
Nuestro lenguaje ha cambiado.
Todos; políticos, médicos, profesionales…incorporamos a nuestra vida diaria palabras, casi bélicas, que esconden miedo y desencanto.
Virus, vacunas, contagio, desinfectante, guantes, investigación, confinamiento, desaceleración, control, mascarilla, enfermedad, distanciamiento, ¡Muerte!
Nos movemos en un escenario de ciencia ficción que, ¡por desgracia!, cada vez, lo presentimos como más real.
Nos queda el arte; en sus distintas facetas, como una balsa que flota entre coléricas olas y nos salva de la salvaje uniformidad.
Así que, agradecida, acuden a mi mente magníficos pintores, cuyos retratos me transmiten maravillosos sentimientos y sumergen en la realidad que me satisface.
“La joven de la Perla, de Johannes Vermeer”,” Retrato de Inocencio X , de Velázquez”,
“La Gioconda, de Leonardo da Vinci”…
La lista sería interminable.
Y qué decir de la poesía y de los magníficos poetas que elevan el rostro a los altares.
Fue fácil encontrar buenos poemas que dibujen un rostro.
Entre tantísima variedad, elegí una mínima representación (clásicos y actuales) siguiendo el criterio de mis gustos personales.
Federico García Lorca, “Arbolé, Arbolé” Jorge Riechmann” Poema 17”
La niña de bello rostro Un rostro libre, ya bruñido de
Está cogiendo aceitunas. Éxodo
José Hierro “Mambo”
Góngora “A un sueño” Brazos de mujer, espaldas
Pues traes los espíritus despiertos bajo los pálidos astros
Sólo a representarme el grave ceño eléctricos, bocas rojas
Del rostro dulcemente zahareño. de carmines falsos.
Gustavo Adolfo Bécquer “Rimas XII” ( Edición de José Carlos de Torres)
Es tu boca de rubíes
Purpúrea granada abierta
Os dedico; envuelto en abrazos, mis versos de rostro limpio, escritos tras la tela que cubre mi aliento.
Cuando tus ojos y boca sonríen a la vida,
la fealdad no se percibe.
El interior aflora con aroma de manzana
y la acritud se anula en la esperanza de los días.
Cuando tu rostro expresa verdad,
es pura poesía
y la fealdad se esfuma entre brisa de trigales.
Porque nada más hermoso,
que mirar tus ojos sin barreras.
Nada más reconfortante,
que ver la comisura de tus ensoñados labios.
Hasta el próximo reencuentro, tal vez, con el rostro libre para poder respirar y hablar con la normalidad de siempre.
Feliz semana y felices días venideros
Mª del Carmen Pavón ( Con mascarilla, de momento.)
(28 de mayo de 2020)