lunes, 26 de noviembre de 2018

Nuestro Macondo, sábado 20 de Octubre de 2018


Muy buenos días mis queridos Diversos, reenvío la crónica que escribió Rosalía de la mañana soleada de ayer.
Nos vemos el sábado 27, que será el último sábado de Octubre, entre besos y versos.

CRÓNICA DE UNA MAÑANA SOLEADA
Al fondo en nuestro rincón del Macondo, me espera Javo, sólo y sonriente, porque llegaba a contracorriente, cruzándome gente y gente que se dirigía unida a la plaza, para gritar jubilosa ¡qué así no se hacen las cosas! A la palloza iba el poeta, el alcalde, la oposición, el abuelo y el menor; banderas de mil colores,  unidas en la misma manifestación, por eso brilló el sol y Javo me sonrió. Y allí espere paciente, contenta, por tantas ausencias, y escribí mientras llegaban, estas sentidas letras, que no llegan a la altura de un poema, pero  desahogan mi pena.

“Cuándo se rescata a la banca
a personas se desahucia,
y el banco las desbanca.
Cuándo las tarjetas son opacas
polvos, de barras americanas,
son sus socios, de cloacas.
Cuándo las amnistías son fiscales,
para buitres y chacales
y se callan los fiscales.
Cuándo las sentencias son injustas
pero todas son legales,
los daños son infernales
porqué son colaterales…

Llegaron, y me acallaron, y por otros derroteros menos o igual de severos nos adentramos, fue reina de la mañana, una palabra, el alma, el alma desnuda de Alfonsina Storni, magistralmente interpretada por Paco con su final espirado, sentido y logrado. Quizás, tampoco lo sé bien, el alma tenga que ver con la sensibilidad, puede ser, hoy Paco nos lo hizo ver con un símil de un gato  humillado, y un desenlace trágico, no era un gato, era un toro “artísticamente” sacrificado.
Alma y Sensibilidad, hermosas palabras; tan denostadas, olvidadas, tan vapuleadas, que no pudo ser más tierna la mañana en la que recuperamos y no dejamos perecer los poemas de aquella mujer que con la mar quiso yacer, y que Paco con un precioso poema inspirado en él nos hizo conocer:
Mariposa triste, leona cruel,
Di luces y sombra todo en una vez
Cuando fui leona nunca recordé
Cómo pude un día mariposa ser.
Cuando mariposa jamás me pensé
que pudieras un día zarpar o morder.

Y poniendo fin a una mañana de sol, solidaridad y sensibilidad, este es el final del poema que Paco Vila inspirado por Alfonsina, nos quiso regalar:

Cuando fui laguna nunca imaginé
Cómo un torrente llegaría a ser
Cuando torrente no quise pensar
Que había sido laguna para soñar.

A dónde vas Alfonsina, por qué te vas…

A todos gracias y un verso, el espejo y el reflejo del beso.
Rosalía Ajamil.




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