ALEJANDRA
PIZARNIK
Signos
Todo hace el amor con el silencio.
Me habían prometido un silencio como un fuego, una casa de silencio.
De pronto el templo es un circo y la luz un tambor.
Todo hace el amor con el silencio.
Me habían prometido un silencio como un fuego, una casa de silencio.
De pronto el templo es un circo y la luz un tambor.
Muy
buenos días de este largo domingo mis queridos Diversos, ayer fue
sábado y nos dirigimos a la llamada de la poesía que venía de la
mesa del fondo del café de Macondo. Allá fuimos a disfrutar de
momentos únicos que hacen que las mañanas de sábado sean
diferentes. La atenta mirada de García-Márquez fue testigo de todo
esto.
Comenzamos
con los versos de la poeta y traductora Alejandra Pizarnik,
escuchamos versos que hablan de soledad, angustia, oscuridad,
rebeldía. Una mujer con problemas de autoestima, que vivió marcada
por la atracción de la muerte, con la que coqueteó en varias
ocasiones....
Leímos Fuga
en ella, Fiesta, El corazón de lo que existe, En un lugar par
huirse, Fronteras infinitas, A la espera de la oscuridad, Signos,
también léimos un relato La pájara en el ojo ajeno, narración
surrealista que nos encantó. Sus versos son el reflejo de una
existencia en la oscuridad de la cual a veces quería huir y otras
veces disfrutaba, presentaba una personalidad con muchas aristas, una
infancia difícil, una adolescencia complicada marcada por la
familia, vivió en París, allí desarrolló su faceta de traductora.
La muerte la llamó a la edad de 36 años.
También
disfrutamos los versos de Paco Vila que el 18 de octubre a las
once y veinte escribió Soledad que asolas, nada eres y eres todo.
Y también compartió con nosotros el poema Ahora te escribo que
formará parte de un relato que tiene Paco en la cabeza, y dice:
Ahora te escribo, sin saber porque te escribo, cuanto te amé ese
día y cuantos días te he odiado. También escuchamos versos de
En la esquina del tiempo: En la esquina del tiempo, descubrir los
sueños, deseos inconclusos, disfrutamos los versos y estamos a
la espera de los relatos. También escuchamos los versos de Rosalía
Ajamil, que se encontró en uno de sus paseos con El hombre de
la huerta: El hombre de pelo cano, ejerce viejos oficios, el perro es
su amigo. Quedan reflejados los contrastes que aparecen en una
ciudad en la que encontramos coles en el medio de los edificios. Y
Rosalía también nos habló de su hambre de poesía: No consigo
hacer poesía, y de ella tengo hambre, este otoño de calor, este
otoño estremecedor. En este punto dimos una vuelta por la
política y rápidamente retornamos a los versos que acarician el
alma y alimentan en espíritu.
Y
decidimos reunirmos el sábado 4 de noviembre con los versos del
catalán Gabriel Ferrater y de los poetas que nos acerquen
nuestros Diversos. Que los días se llenen de besos y versos.
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