Ángeles,
Muy buenas tardes
Salimos al sol, aún y con más razón en estos días otoñales en que las horas de luz se encogen a ojos vista. Y salimos a encontrarnos otra vez con los amigos, otra vez con los espacios aunque como resaca que habrá de acompañarnos, llevamos todavía las mascarillas.
Como no hay mal que dure cien años, la certeza de la primavera nos hace brillar los ojos, y aún sabiéndola lejana, alegra el alma.
Estamos en la estación de los frutos, de los colores dorados, ocres y rojizos, tiempo de encuentros para disfrutar del sol que entibia las tardes que se hacen noche cada día más temprano.
Vaya desde aquí un cordial saludo a los contertulios que desde el ciberespacio nos leen, nos alientan, nos confirman lo acertado de este espacio.
Y como la cosa “Maconiana” va de poesía, va esta selección de poemas que encontré en libros, en páginas reales en la pantalla de un televisor y que comparto con todos ustedes
SONETO
Necesito de la música que pueda flotar
Sobre las inquietas puntas de mis dedos,
Sobre mis amargos y manchados, temblorosos labios,
Con melodía profunda, clara y lentamente líquida.
Oh, el curativo balanceo, viejo y humilde,
De alguna canción que sonó para el descanso del alma agotada,
Una canción que se derrama, como agua fría, sobre la cabeza
¡Y sobre estremecidos miembros, los sueños salen a caminar!
Hay algo mágico creado por la melodía:
Un hechizo de tranquilidad, una quieta respiración
Y un corazón fresco que se sumerge atravesando colores marchitos
Hacia la honda, sumergida tranquilidad marina,
Y que flota siempre en un charco, verdoso por la luna,
Alzado en brazos por el sueño y el ritmo.
Elizabeth Bishop
CUANDO LA LUNA ES DE MELÓN...
Cuando la luna es de melón una tajada en la ventana
Y en redor es la calina cerrada la puerta y la casa encantada
Por las azules ramas de glicinas y en la fuente de arcilla hay agua fría
Y la nieve del paño y arde una bujía de cera
Tal que en la niñez, mariposas zumban
La calma, que no oye mi palabra, retumba
Entonces de lo negro de rincones rembrandtianos algo se ovilla de pronto
Y se esconde allí a mano, pero no me estremezco, ni me asusto siquiera...
La soledad en sus redes me hizo prisionera
El gato negro el alma me mira, como ojos centenarios
Y en el espejo mi doble es tal vez mi contrario.
Voy a dormir dulcemente, buenas noches, noche.
(Versión de María Teresa León)ç
Anna Ajmatova
¡TODO
ERA AMOR!
¡Todo
era amor... amor!
No
había nada más que amor.
En
todas partes se encontraba amor.
No
se podía hablar más que de amor.
Amor
pasado por agua, a la vainilla,
amor
al portador, amor a plazos.
Amor
analizable, analizado.
Amor
ultramarino.
Amor
ecuestre.
Amor
de cartón piedra, amor con leche...
lleno
de prevenciones, de preventivos;
lleno
de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor
con una gran M, con una M mayúscula,
chorreado
de merengue,
cubierto
de flores blancas...
Amor
espermatozoico, esperantista.
Amor
desinfectado, amor untuoso...
Amor
con sus accesorios, con sus repuestos;
con
sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con
sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor
que incendia el corazón de los orangutanes,
de
los bomberos.
Amor
que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que
arranca los botones de los botines,
que
se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor
impostergable y amor impuesto.
Amor
incandescente y amor incauto.
Amor
indeformable. Amor desnudo.
Amor
amor que es, simplemente, amor.
Amor
y amor... ¡y nada más que amor!
Oliverio Girondo
GENTE
Hay gente que con sólo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales:
que con sólo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente que con sólo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca guirnaldas;
que con sólo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entre casa.
Hay gente que con sólo abrir la boca
llega hasta los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después como si nada
y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina
hay gente que es así, tan necesaria.
Hamlet Lima Quintana
Va con estos versos encontrados, el deseo del pronto encuentro en el rincón que Don Gabo tan silenciosa y sonrientemente vigila y custodia.
Un fuerte abrazo de este gallego con aires pampeanos.
Carlos Rico Lesta
en A Coruña, 2021 11 20
Buen rencuentro con los propios, buenas poesías, y buen momento de lectura para una primavera que anticipa un tórrido verano. Saludos
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