Muy buenos días mis queridos Diversos. Hoy toca crónica de un gallego retornado de allende los mares, nuestro querido Carlos Lesta, que forma parte de esa gente tan necesaria de la que habla Hamlet Lima Quintana en su poema. De vez en cuando nos damos cuenta de lo importante que es la poesía y las personas que nos hacen compartirla. Gracias a Carlos por abrir sus libros y enseñarnos los versos elegidos.Que el otoño nos acaricie entre tonos ocres con miles de besos y versos.
Ángeles,
Muy buenas tardes
Salimos al sol, aún y con más razón
en estos días otoñales en que las horas de luz se encogen a ojos
vista. Y salimos a encontrarnos otra vez con los amigos, otra vez con
los espacios aunque como resaca que habrá de acompañarnos, llevamos
todavía las mascarillas.
Como no hay mal que dure cien años, la
certeza de la primavera nos hace brillar los ojos, y aún sabiéndola
lejana, alegra el alma.
Estamos en la estación de los frutos,
de los colores dorados, ocres y rojizos, tiempo de encuentros para
disfrutar del sol que entibia las tardes que se hacen noche cada día
más temprano.
Vaya desde aquí un cordial saludo a
los contertulios que desde el ciberespacio nos leen, nos alientan,
nos confirman lo acertado de este espacio.
Y como la cosa “Maconiana” va de
poesía, va esta selección de poemas que encontré en libros, en
páginas reales en la pantalla de un televisor y que comparto con
todos ustedes
SONETO
Necesito
de la música que pueda flotar
Sobre
las inquietas puntas de mis dedos,
Sobre
mis amargos y manchados, temblorosos labios,
Con
melodía profunda, clara y lentamente líquida.
Oh,
el curativo balanceo, viejo y humilde,
De
alguna canción que sonó para el descanso del alma agotada,
Una
canción que se derrama, como agua fría, sobre la cabeza
¡Y
sobre estremecidos miembros, los sueños salen a caminar!
Hay
algo mágico creado por la melodía:
Un
hechizo de tranquilidad, una quieta respiración
Y
un corazón fresco que se sumerge atravesando colores marchitos
Hacia
la honda, sumergida tranquilidad marina,
Y
que flota siempre en un charco, verdoso por la luna,
Alzado
en brazos por el sueño y el ritmo.
Elizabeth
Bishop
CUANDO
LA LUNA ES DE MELÓN...
Cuando
la luna es de melón una tajada en la ventana
Y
en redor es la calina cerrada la puerta y la casa encantada
Por
las azules ramas de glicinas y en la fuente de arcilla hay agua fría
Y
la nieve del paño y arde una bujía de cera
Tal
que en la niñez, mariposas zumban
La
calma, que no oye mi palabra, retumba
Entonces
de lo negro de rincones rembrandtianos algo se ovilla de pronto
Y
se esconde allí a mano, pero no me estremezco, ni me asusto
siquiera...
La
soledad en sus redes me hizo prisionera
El
gato negro el alma me mira, como ojos centenarios
Y
en el espejo mi doble es tal vez mi contrario.
Voy
a dormir dulcemente, buenas noches, noche.
(Versión
de María Teresa León)ç
Anna
Ajmatova
¡TODO
ERA AMOR!
¡Todo
era amor... amor!
No
había nada más que amor.
En
todas partes se encontraba amor.
No
se podía hablar más que de amor.
Amor
pasado por agua, a la vainilla,
amor
al portador, amor a plazos.
Amor
analizable, analizado.
Amor
ultramarino.
Amor
ecuestre.
Amor
de cartón piedra, amor con leche...
lleno
de prevenciones, de preventivos;
lleno
de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor
con una gran M, con una M mayúscula,
chorreado
de merengue,
cubierto
de flores blancas...
Amor
espermatozoico, esperantista.
Amor
desinfectado, amor untuoso...
Amor
con sus accesorios, con sus repuestos;
con
sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con
sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor
que incendia el corazón de los orangutanes,
de
los bomberos.
Amor
que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que
arranca los botones de los botines,
que
se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor
impostergable y amor impuesto.
Amor
incandescente y amor incauto.
Amor
indeformable. Amor desnudo.
Amor
amor que es, simplemente, amor.
Amor
y amor... ¡y nada más que amor!
Oliverio
Girondo
GENTE
Hay
gente que con sólo decir una palabra
enciende
la ilusión y los rosales:
que
con sólo sonreír entre los ojos
nos
invita a viajar por otras zonas,
nos
hace recorrer toda la magia.
Hay
gente que con sólo dar la mano
rompe
la soledad, pone la mesa,
sirve
el puchero, coloca guirnaldas;
que
con sólo empuñar una guitarra
hace
una sinfonía de entre casa.
Hay
gente que con sólo abrir la boca
llega
hasta los límites del alma,
alimenta
una flor, inventa sueños,
hace
cantar el vino en las tinajas
y
se queda después como si nada
y
uno se va de novio con la vida
desterrando
una muerte solitaria
pues
sabe que a la vuelta de la esquina
hay
gente que es así, tan necesaria.
Hamlet
Lima Quintana
Va
con estos versos encontrados, el deseo del pronto encuentro en el
rincón que Don Gabo tan silenciosa y sonrientemente vigila y
custodia.
Un
fuerte abrazo de este gallego con aires pampeanos.
Carlos
Rico Lesta
en
A Coruña, 2021 11 20