jueves, 5 de diciembre de 2019

Nuestro Macondo, sábado 30 de Noviembre de 2019



El sábado pasado, último de Noviembre, en Macondo. Y a pesar del Black Friday aquí no hay rebajas, todo el arte al precio del diamante pues hay que hacerse valer. Estábamos solos (en el reservado del fondo) María José, Rosalía, Antonio y yo. Después llegó Ana acompañada por una multitud (de bacterias), tenía un trancazo, desde hacía días, bastante gordo. Así que otra vez “Abarrote en el Parrote”, pero esta vez de “bichitos”. Pues bien, nos pusimos a hablar de “el Arte de la Vida”, sobre todo de la vida de los que más “vida” teníamos. De nuestras andanzas, de nuestras vivencias. También hablamos y habló Rosalía de sus exámenes en las Canarias, no de vacaciones, de exámenes. Y leímos y hablamos del “Elogio a la rareza o la poética de la poética” de Christian Wiman mientras dirigió la revista Poetry. Y nos explica que: un poema sin extrañeza e inexplicablemente más allá de la voluntad del poeta no es un poema. Maria José matizó: si no crees en la poesía no puedes escribir poesía. Y nos leyó su “Poesía sublimada” Dun verso arrinca outro… mentres sorrío e choro… Antonio aclaró: “Un prosista es un fundidor de oro, un poeta es un orfebre”. Y echamos mano de una aclaración que hizo Gloria Fuertes (mi Gloria) en su momento: Si hay poetas que escriben bien y no dicen nada es que no escriben bien. Alguien del grupo, en un momento de inspiración poética pues en eso estábamos, afirmó taxativamente que. “Para mi un buen poema es como un orgasmo” Creo que hubo unanimidad. Rosalía leyó: “Y suena rumba y en la música hay poesía” María José leyó por último “Desdibujada”: Apenas un borrón en un papel viejo… Ella clama sin voz… Y por mi parte me pasé, pero como yo leo muy rápido, logré no cansarlos con cuatro poemas de mi autoría. Con el primero creí que me iban a suplicar que parara, pero como son buenos amigos no lo hicieron. Así que comencé con “Poeta” Hoy he visto a un poeta observando qué es la vida… +142 versos +, la verdad es que son muy buenos compañeros. El siguiente mucho más breve “La amé”. Por cierto este lo colgué en Facebook. “Me llamaron…”, fue el tercero: Me llamaron ¡Loco! porque hablaba conmigo mismo… Y por último “¿Alguna vez te preguntaste…” ¿Dónde están las puertas de la vida? ¿Quién las abre y quién las cierra? Y después los dejé descansar quedando, a pesar de mi, hasta el próximo sábado en la mesa del fondo del Macondo. Besos y versos para tod@s.

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