martes, 20 de diciembre de 2016

Nuestro Macondo, sábado 17 de diciembre de 2016



Muy buenas noches mis queridos Diversos, y pasa el tiempo y rematamos el año, otro año más entre aromas de cafés, anís, hierbas, amistad, versos, emociones y demás. Y este último sábado de reunión nos encontró en la mesa del fondo del café de Macondo con los versos de Whitman, Gil de Biedma, Rilke y algunos poemas y cuentos propios.
Comenzó la mañana con la carta que Rosalía Ajamil escribió a Chus Visor explicándole que no tenía ni premios ni padrinos ni padre que le financie. Esta carta recibió contestación. Y hablando de cartasMercedes nos leyó una de las cartas que Rilke escribió a un joven poeta recoméndandole que se adentrara en si mismo, que la mayoría de los acontecimiertos son indecibles y merecen enfoques silenciosos...., una joya que nos encandiló y escuchamos con pasión. Y en relación con el mirar hacia dentro Ana Moro nos leyó parte deCanto a mi mismo de Whitman, un canto a vivir y a estar, a disfrutar de cada momento en cada momento. Rosalía Rodrígueztambién mostró sus ansias de libertad, de rebeldía, de ir más allá en sus versos: Una lluvia crisálida amanece por las membranas de mi esfinge.....Rosalía Ajamil compartió su amanecer poético con nosotros: Hoy me he levantado con la palabra duda en la cabeza, ¿quién quiere ser madura?..... 
Cuando se cierra un ciclo, un año, una etapa, es bueno recordar y compartir recuerdos, y en ese momento me gusta leer un poema de Gil de Biedma llamado Amistad a lo largo que resume y plasma sentimientos y emociones que nos acompañan en muchos momentos,
Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad,
            
      Mirad:
somos nosotros.

Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía.
Llegaban noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras,
las palabras que luego abandonamos
para subir a más:
empezamos a ser los compañeros
que se conocen
por encima de la voz o de la seña.
Ahora sí. Pueden alzarse
las gentiles palabras
-ésas que ya no dicen cosas-,
flotar ligeramente sobre el aire;
porque estamos nosotros enzarzados
en mundo, sarmentosos
de historia acumulada,
y está la compañía que formamos plena,
frondosa de presencias.
Detrás de cada uno
vela su casa, el campo, la distancia.
            
Pero callad.
Quiero deciros algo.
Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.
A veces, al hablar, alguno olvida
su brazo sobre el mío,
y yo aunque esté callado doy las gracias,
porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero deciros cómo trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos con los otros
en el rincón hablamos, tantos meses!
que nos sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.
            
Ay el tiempo! Ya todo se comprende.
Pero también tenemos poetas que personalizan nuestras emociones y sentimientos y nos hacen rematar el año con una sonrisa en las cuerpos y en nosotros. 

Rosalía Arjamil escribe Mañanas de Macondo.
Mañanas de Macondo
de cafés y tes con anís
¡mis mañanas de París!
de sentimientos hondos
mis mañanas de poesías
de mi mundo evadida
con gratas compañías
Mi vida escondida
con los ojos cerrados
perdida entre cuadros
recuerdos a presente
a poetas olvidados.
Escucho y aprendo
sonidos diferentes
escucho y comprendo 
ritmos de otras gentes.
Con su cálida luz 
el aroma de los versos.
La música a contraluz
su sonido tan diverso.
Ese ritmo distinto 
que une los latidos 
un ritmo variopinto
diversos y unidos.
Al fondo en el rincón 
vigilados por Gabo.
¡Versa la pasión!
con esto ya acabo.
¡Gracias de corazón!


Y así entre besos y versos nos despedimos hasta el año que viene que nos reencontraremos en nuestras Mañanas de Macondo el sábado 14 de enero del 2017. Felices Fiestas a todos.




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