domingo, 6 de noviembre de 2016

Nuestro Macondo, sábado 5 de Noviembre de 2016



MARIA:
No supe decir las palabras exactas
que calmaran tu mente
que hicieran asomar tu sonrisa
aquella que reflejaba tu mirada.
{Mente}
No conseguí hacerte olvidar
por unos instantes que el dolor existe,
que el tiempo no se detiene por nada
que inevitablemente avanza.
Y ya no estás.
{Ausencia}
Y en un último suspiro
susurraste mi nombre,
el eco de aquellas palabras
aún me acompaña.
Y ya no estás.
{Realidad}
Aprendí una valiosa lección
la vida es un instante efímero
pero los recuerdos
que viven en nuestra mente
nos hacen inmortales.
{Inolvidable}
Y sigues ahí,
y el eco de aquellas palabras
me persigue,
para siempre.
{Alma}
Ana Vidal Lacorte.




Muy buenos días mis queridos Diversos. Ayer como sábado que se precie la mesa del fondo del café de Macondo se llenó de versos y besos, y de nuevas compañías, nos vinieron a visitar, esperamos que para quedarse Ana y Yolanda, y compartieron con nosostros poesías y café. Bienvenidas, nuestro grupo pretende ser una casa con las puertas abiertas.


Y nuestra tarea para este sábado era tratar poemas de poetas jóvenes, de los cuales Mercedes trajo una antología, y descubrimos con gran alegría y doble lectura el poema de Fernando Valverde titulado Celia, que nos llenó de preciosas imágenes y que traigo aquí



Celia de Fernando Valverde
No conoces la lluvia ni los árboles,
pero ya eres un bosque.
Hoy que comienza el mundo para ti,
que se pueblan tus ojos con el mar,
que todos te reciben como en una estación
donde se espera siempre,
que es principio y asombro,
mapas que no aseguran un lugar donde ir.
Hoy que el mundo comienza,
tristeza inadvertida,
eres el tiempo limpio,
el olor a madera y el silencio,
las preguntas sin sombras
y el amor sin orgullo
del que ha perdido todo.
Es esa mi certeza,
las olas, el océano,
tu risa que es un pájaro.
Has traído el murmullo de un recuerdo,
los pies pequeños, como pequeño
es el rastro de nieve que has dejado
en las horas de enero.
Cómo será la vida cuando crezca en tus manos
con la fragilidad de las buenas noticias,
como un pez que se escurre para volver al río.
Una tarde cualquiera,
con la misma sorpresa que un amor,
vas a sentir la brisa que ha tocado los árboles
con su cansancio antiguo.
Hay veces que es rugosa y escuece como un fósforo
cuando enciende un recuerdo…
Tus manos brillan,
no hay sombras ni puñales,
puedo ver los cometas
arañando la noche
como un barco que zarpa y se adentra en la niebla.
La vida es una casa donde habita un extraño,
un jardín del pasado al que no volverás,
una orilla que buscas con miedo a los fantasmas.
Pero también la vida
es una luz detrás de una ventana
cuando la oscuridad
ocupa cada hueco y cada continente.
Esta noche es oscura,
el tren busca unos brazos
que están al otro lado de las horas.
Mientras, pienso en el modo de decirte
que los sueños son parte de nosotros
como un embarcadero es un viaje.
Porque ya eres un bosque,
y hay delfines, y lagos, y montañas,
y amores imposibles
que se llamarán Celia.
Alguien dice tu nombre en el futuro
y se llena de gente una casa vacía,
todos se sientan a la mesa.
Ya lo habrás olvidado,
fue la felicidad quien sembró este dolor,
fue la felicidad igual que una tormenta
sobre un vaso vacío.
Cuando lleguen el miedo y la desesperanza,
y todas las cerezas hayan caído al barro,
y las gaviotas griten
el olvido imposible de una mujer herida
que siente que avanzar es quedarse más sola…
Si todo esto sucede
recuerda la manera en que la lluvia
se convierte en un árbol
y el modo en que las olas
son el final del agua y el principio del mar.
No conoces el mar, ni el barro, ni los árboles,
pero ya eres un bosque por el que pasa un río.



Y continuamos la mañana con los versos de Yolanda López, que nos leyó Unha habitación con vistas: Ainda as follas do outono, recanto dos versos do si e do non, a corazón aberto a túa imaxe. Y también compartió con nosotros su poema Una mujer tranquila que dice: Frenética. Rápida y constante..... Navego y callo para no decir tu nombre. Nos emocionaron sus palabras y los guiños con el mundo cinematográfico. Genial.


Después escuchamos Entre tú y tú y yo de Alica Rodríguez, en la voz de Carlos Lesta. Nos llevó a la postmodernidad y a los ánimos rotos. Entre tú y tú y yo no había abismo solo vasos comunicantes......


Y continuamos la mañana con un superventas de planeta, el cantautor Marwan con su libro Todos mis futuros son contigo, que vino de la mano de Rosalía y nos hizo un guiño de complicidad a todos los presentes. Escuchamos Tengo un amigo poeta: Está loco por juntar palabras......., y también ¿Dónde está África?: Está debajo de la palabra dignidad, queda debajo de la palabra escasez.... Y Carmen nos deleito con la lectura de Los jóvenes poetas: Los jóvenes poetas viven en los bares, escapando de los renglones torcidos de su juventud..... Un descubrimiento impactante y recomendable. Ahí está.....


Y como la mañana iba de jóvenes poetas yo traje un poema especialmente escrito para la ocasión por una joven exalumna mía. Ana Vidal Lacorte, se titula María e inicia este correo. Tiene una estructura muy original y una mística atractiva. Bien por Ana. Enhorabuena.


Y como la vida está también en los recuerdos, Vivi quiso recordar para que continuase viviendo a un autor colombiano de nombre Candelario Obeso y leyó: Nací humilde y soy fuerte, me apegué a la gloria, soy pobre y nada temo.......


Y pasó el tiempo, que inevitablemente pasa siempre, y como siempre quedamos citados para el sábado que viene con los versos y poetas que quieran acudir y manifestarse, todo ello unido a besos y cafés.


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