viernes, 25 de noviembre de 2016

Nuestro Macondo, sábado 12 de noviembre de 2016


Muy buenos días mis queridos Diversos. Hoy empezamos con un cuadro que aparece en nuestro rincón de poetas y que nos sabemos desde cuando está ahí acompañándonos. Ayer vino su autora, Ángela, y lo descubrió y nos llevamos una gran alegría. La acuarela la pintó Ángela y se la regaló al Macondo cuando celebramos su 20º aniversario, y Ángel la enmarcó y la colgó. Gracias.
Y comenzó la mañana con gotas de lluvia y versos, Rosalía Rodríguez nos leyó poemas propios: Y yo alejándome y tú tan cerca,..... No entres más allí, había curvas de colores persiguiéndote,.... Mi ritmo es una piel extraña, vamos evaporándonos, lo sé........ Sus rubias trenzas salpicadas de naranja, ojos parpadeantes cuelgan de las ramas de los árboles. Sus versos nos producen sentimientos e imágenes, que a veces parecería necesario que acompañaran algunos de sus versos.
Y sigue la mañana con Rosalías, Rosalía Arjamil, disparando versos, nos acaompaña con: Despierta la mañana con la voz quebrada, bajo el amparo de la virgen del sitio....., y nos contó ¿Una historia de amor? : En la poesía de la barra de un bar, entre el túnel de un gin tónic.... fluye el pus en sus heridas, vierte lágrimas de tintas negras. Nos gustó la historia de amor aunque tuviese interrogantes y nos gustó escucharla en su voz. Cualquiera puede leer poesía pero somos privilegiados escuchando versos, y más si son de sus propios autores. Genial!

Después escuchamos los versos de Paco Vila.Nos leyó magníficamente Hoy he visto un gorrión muerto: Que amargura no verlo volar, fue la última criatura viva sobre la tierra, cayó muerto de vida. Y también nos leyó: ¿Por qué me dijiste que la lluvia se avecina?. Disfrutamos de unos buenos versos en una buena lectura, aprendimos cuando hay que aspirar y tratar los silencios. Aprender.

A continuación Yolanda nos trajo versos de su poema, Mi pie izquierdo: Fue como un suspiro , con mi cuerpo quemado,... fue el ritmo de mi pie valiente,.. de mis brazos que te abrazan sin tocarte,... soy el pincel de tu respiración. Nos contó que están inspirados en la magnífica película del mismo título. Y también trajo una antología de poetas mujeres de la generación del 27, titulada Peces en la Tierra, que la historia hizo que fuesen olvidadas y que necesitan y deben ser recordadas. Leyó un poema de Margarita Ferreras titulado Pez en la tierra: Loca de cabelleras vegetales, y sube su ansiedad por espirales de árboles,.... danzan los esqueletos de rosas. Y también leyó un poema de Lucía Sánchez Arjomil, La danza de Pierrot: En un claro del jardín,... la faz pálida de harina,..... Pierrot danza mudo y grave. A veces la historia borra las huellas de personas interesantes y es importante recordalas y disfrutar de sus palabras.
Mercedes nos trajo los versos de Jim Morrison en los cuales vimos su estilo simbolista: El hermoso monstruo vomita un chorro de relojes despertadores joyas cuchillos monedas de plata y sangre de cobre............ Y también leyó La chica de la tienda a medianoche se descalza..... los jinetes se levantaron.
Y finalizamos la mañana con un poema de Ángel González, Ayer,

Ayer (por Ángel González)

Ayer fue miércoles toda la mañana.
Por la tarde cambió:
se puso casi lunes,
la tristeza invadió los corazones
y hubo un claro
movimiento de pánico hacia los
tranvías
que llevan los bañistas hasta el río.

A eso de las siete cruzó el cielo
una lenta avioneta, y ni los niños
la miraron.
Se desató
el frío,
alguien salió a la calle con sombrero,
ayer, y todo el día
fue igual,
ya veis,
qué divertido,
ayer y siempre ayer y así hasta ahora,
continuamente andando por las calles
gente desconocida,
o bien dentro de casa merendando
pan y café con leche, ¡qué
alegría!
La noche vino pronto y se encendieron
amarillos y cálidos faroles,
y nadie pudo
impedir que al final amaneciese
el día de hoy,
tan parecido
pero
¡tan diferente en luces y en aroma!

Por eso mismo,
porque es como os digo,
dejadme que os hable
de ayer, una vez más
de ayer: el día
incomparable que ya nadie nunca
volverá a ver jamás sobre la tierra.


en el que,  como llama la atención García Montero en una antología del poeta, el poeta tiene la capacidad e alterar el uso de los horarios y del tiempo por una lógica interna distinta a las normas. Disfrutemos de las alteraciones. 


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