Muy
buenos días mis queridos Diversos. Hoy empezamos con un cuadro que
aparece en nuestro rincón de poetas y que nos sabemos desde cuando
está ahí acompañándonos. Ayer vino su autora, Ángela, y lo
descubrió y nos llevamos una gran alegría. La acuarela la pintó
Ángela y se la regaló al Macondo cuando celebramos su 20º
aniversario, y Ángel la enmarcó y la colgó. Gracias.
Y
comenzó la mañana con gotas de lluvia y versos, Rosalía
Rodríguez nos leyó poemas propios: Y yo alejándome y tú
tan cerca,..... No entres más allí, había curvas de colores
persiguiéndote,.... Mi ritmo es una piel extraña, vamos
evaporándonos, lo sé........ Sus rubias trenzas salpicadas de
naranja, ojos parpadeantes cuelgan de las ramas de los árboles.
Sus versos nos producen sentimientos e imágenes, que a veces
parecería necesario que acompañaran algunos de sus versos.
Y
sigue la mañana con Rosalías, Rosalía Arjamil, disparando
versos, nos acaompaña con: Despierta la mañana con la voz
quebrada, bajo el amparo de la virgen del sitio....., y nos contó
¿Una historia de amor? : En la poesía de la barra de un bar,
entre el túnel de un gin tónic.... fluye el pus en sus heridas,
vierte lágrimas de tintas negras. Nos gustó la historia de amor
aunque tuviese interrogantes y nos gustó escucharla en su voz.
Cualquiera puede leer poesía pero somos privilegiados escuchando
versos, y más si son de sus propios autores. Genial!
Después
escuchamos los versos de Paco
Vila.Nos
leyó magníficamente Hoy he visto un gorrión muerto: Que
amargura no verlo volar, fue la última criatura viva sobre la
tierra, cayó muerto de vida. Y también nos leyó: ¿Por qué
me dijiste que la lluvia se avecina?. Disfrutamos de unos buenos
versos en una buena lectura, aprendimos cuando hay que aspirar y
tratar los silencios. Aprender.
A
continuación Yolanda nos trajo versos de su poema, Mi pie
izquierdo: Fue como un suspiro , con mi cuerpo quemado,... fue el
ritmo de mi pie valiente,.. de mis brazos que te abrazan sin
tocarte,... soy el pincel de tu respiración. Nos contó que
están inspirados en la magnífica película del mismo título. Y
también trajo una antología de poetas mujeres de la generación del
27, titulada Peces en la Tierra, que la historia hizo que
fuesen olvidadas y que necesitan y deben ser recordadas. Leyó un
poema de Margarita Ferreras titulado Pez en la tierra: Loca
de cabelleras vegetales, y sube su ansiedad por espirales de
árboles,.... danzan los esqueletos de rosas. Y también leyó un
poema de Lucía Sánchez Arjomil, La danza de Pierrot: En
un claro del jardín,... la faz pálida de harina,..... Pierrot danza
mudo y grave. A veces la historia borra las huellas de personas
interesantes y es importante recordalas y disfrutar de sus palabras.
Mercedes
nos trajo los versos de Jim Morrison en los cuales vimos
su estilo simbolista: El hermoso monstruo vomita un chorro de
relojes despertadores joyas cuchillos monedas de plata y sangre de
cobre............ Y también leyó La chica de la tienda a
medianoche se descalza..... los jinetes se levantaron.
Y
finalizamos la mañana con un poema de Ángel
González,
Ayer,
Ayer (por Ángel González)
Ayer
fue miércoles toda la mañana.
Por la tarde cambió:
se puso casi lunes,
la tristeza invadió los corazones
y hubo un claro
movimiento de pánico hacia los
tranvías
que llevan los bañistas hasta el río.
A eso de las siete cruzó el cielo
una lenta avioneta, y ni los niños
la miraron.
Se desató
el frío,
alguien salió a la calle con sombrero,
ayer, y todo el día
fue igual,
ya veis,
qué divertido,
ayer y siempre ayer y así hasta ahora,
continuamente andando por las calles
gente desconocida,
o bien dentro de casa merendando
pan y café con leche, ¡qué
alegría!
La noche vino pronto y se encendieron
amarillos y cálidos faroles,
y nadie pudo
impedir que al final amaneciese
el día de hoy,
tan parecido
pero
¡tan diferente en luces y en aroma!
Por eso mismo,
porque es como os digo,
dejadme que os hable
de ayer, una vez más
de ayer: el día
incomparable que ya nadie nunca
volverá a ver jamás sobre la tierra.
Por la tarde cambió:
se puso casi lunes,
la tristeza invadió los corazones
y hubo un claro
movimiento de pánico hacia los
tranvías
que llevan los bañistas hasta el río.
A eso de las siete cruzó el cielo
una lenta avioneta, y ni los niños
la miraron.
Se desató
el frío,
alguien salió a la calle con sombrero,
ayer, y todo el día
fue igual,
ya veis,
qué divertido,
ayer y siempre ayer y así hasta ahora,
continuamente andando por las calles
gente desconocida,
o bien dentro de casa merendando
pan y café con leche, ¡qué
alegría!
La noche vino pronto y se encendieron
amarillos y cálidos faroles,
y nadie pudo
impedir que al final amaneciese
el día de hoy,
tan parecido
pero
¡tan diferente en luces y en aroma!
Por eso mismo,
porque es como os digo,
dejadme que os hable
de ayer, una vez más
de ayer: el día
incomparable que ya nadie nunca
volverá a ver jamás sobre la tierra.
en
el que, como llama la atención García Montero en una antología del
poeta, el poeta tiene la capacidad e alterar el uso de los horarios y
del tiempo por una lógica interna distinta a las normas. Disfrutemos
de las alteraciones.
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