viernes, 14 de octubre de 2016

Nuestro Macondo 8 de Octubre de 2016

ANTONO GALA VELASCO



Bagdad
Tenía tanta necesidad de que me amaras,
que nada más llegar te declaré mi amor.
Te quité luces, puentes y autopistas,
ropas artificiales.
Y te dejé desnuda, inexistente casi,
bajo la luna y mía.
A las princesas sumerias,
cuando fueron quemadas con joyas rutilantes,
les brillaban aún sus dientes jóvenes;
se quebraron sus cráneos antes que sus collares;
se fundieron sus ojos antes que sus preseas....
Bajo la luna aún brillaban sus dientes,
mientras te poseí desnuda y mía.
Buenos días de esta mañana otoñal que aún conserva el sabor del verano. Ayer si vinieron a nosotros los versos de Antonio Gala y de otros autores a los que escuchamos en medio del paraíso completo y compartido.
Comenzamos con Estancia de Otoño de Gabriel Ferrater, ya que poseía un verso con un metáfora que a veces, cual gigante, sostiene todo el poema, diciendo así:era de color de olor a manzana. A continuación Carlos Lesta nos leyó sus versos deEl círculo de los despiertos, esas persomas que ven como junto a una catarata se despeñan los sueños..... círculos de los que tienden las manos..... el círculo de los despiertos y de los enamorados. Nos emocinó. 
Y nos acercamos al autor cordobés nacido en Brazatortas (Ciudad Real), que se inició en el mundo de las letras a la temprana edad de cinco años, y que desde entonces no las dejó de mano, haciendo de sus escritos una clase magistral del dominio del lenguaje. Leímos varios poemas de Antonio Gala Hoy he olvidado ya tus ojos, y tengo ganas de llorar,  Si ya no vienes para que te aguardo y si te aguardo porque no vienes. Sufrirás tanto que le pondrás nombre a la tristeza. Mientras yo te besaba, te dormiste en mis brazos. Navegaban por mares silenciosos en los que yo no estaba. 
Y Rosalía nos dejó una reflexión; Vieja para comenzar, joven de más para rezar, en referencia a esos momentos de la vida en la que te ponen impedimentos por no estar en el rango adecuado, o lo que los demás consideran adecuado, para realizar determinadas tareas y sueños para los que tenemos más capacidad de soñar.
Y nos quedamos de reunir el sábado 15 de octubre en el rincón de Macondo para tratar de vencer la muerte, que es el olvido, leyendo poemas de un joven autor gallego recientemente fallecido Francisco Cortegoso, dicen que uno no muere hasta que no permanece en el recuerdo de alguien. Así que, luchemos contra el olvido.
Y nos despedimos entre besos y versos, aromas y paraísos, y por supuesto risas que acarician el alma.

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