Muy buenas noches mis queridos Diversos. Escuchen los versos e imaginen la voz de nuestro querido Francisco E. Vila, Don Paco siempre suena en nuestros corazones.
Buenos días a tod@s, hoy me toca a mí y me voy a repetir, si me voy a repetir porque os voy a leer o declamar un poema (si os acordáis de mi voz espero que me imaginéis leyéndolo en la mesa del fondo del Macondo), un poema dedicado a este país nuestro que a parte de otros temas que no viene a cuento comentar, se sigue vaciando huyendo tanta gente a la ansiada ciudad. Que no por ansiada se convierte en el Paraíso soñado, pero así somos y seguiremos siendo. Espero que os guste y que pronto esto lo hagamos en vivo y en directo.
La campana llora a muerto
A lo lejos se le escucha
con sonido lastimero,
se lamenta la campana,
campana que llorando toca a muerto.
Una iglesia abandonada
en ladera de los tiempos
con un cura que la llena
y dos velas que lo alientan.
Sola está aquella aldea
donde un día se crio un ciento,
hoy los bancos de la iglesia
sólo cubren un sustento.
La campana llora a muerto,
dos sustentos la velaban
hoy sin más sobra un asiento.
Es el tiempo que ha llegado
canta a coro la campana,
es el viento quien la mueve
y el cansancio quien la para.
Toca muerto la campana
sin un muerto que la vele.
Toca a muerto la campana
y entre el eco de los valles
y el viento en las montañas
quedará grabado para siempre en la memoria,
la nostalgia de un recuerdo
de una iglesia que lloraba.
Francisco E. Vila