sábado, 18 de diciembre de 2021

Nuestro Macondo, sábado 18 de diciembre de 2021

 

Muy buenos días mis queridos Diversos, el broche a este año tan raro nos lo pone un poema navideño de nuestro Paco.

Disfrutad del poema y de la navidad y del saber que estamos unidos por versos y besos aunque no sean visibles. Volverán, volveremos.

Que seamos felices.

Ángeles





Simplemente recordaros que todavía estamos aquí y tenemos, necesitamos

volver a tomar un café juntos y disfrutar del arte en general. Hablar de pintura, de teatro, de literatura de poesía y escucharnos y saber que estamos ahí. Así que simplemente desearos unas sufridas y felices Navidades y que con la uva número doce se empiecen a cumplir los buenos deseos de todos nosotros. Besos y abrazos con o sin mascarilla pero siempre pensando en lo maravilloso que es seguir estando juntos.


Os mando este poema que escribí hace veinte años recordando el antes y el después de una vida, la mía.



Una historia de Navidad


Es tan simple y tan sencillo

solamente basta con recordar los recuerdos:

- De tarde no trabajo

intentaremos llegar pronto

aún son las seis, pararemos antes

para decir ¡Hola y Adiós! Vendremos mañana -

Y después continuar el viaje

para llegar antes de las diez.


- ¡Aquí estamos, ya llegamos! ¿Cómo estáis?

Nosotros estamos bien.

¡Hola Mamá! ¡Hola Papá!

¡Luisa, Andrés! ¿Y las niñas? ¡Hola!

Un beso al tío-

-Vamos, pronto, van a dar las diez-

Los huevos duros rellenos

las aceitunas, un vino

como siempre antes de la cena.

Después los gambones

-¡Muy sabrosos!

Son mejores que los del 96 -

Tal vez pescado, los postres

turrón, orejones ¡Como no! Ciruelas

El champán

y por fin Papá Noel y Vania y Aulia

y Breón y las niñas y todos

¿Estáis bien? –

………………………………………

El tiempo ha pasado

casi son las diez.

Hoy no continuamos y paramos

¡Vendremos pronto ya veréis!

El abuelo ya no está, pero sí la abuela

y la tía y el tío

y nosotros tres.

Vania no viene, trabaja

y está lejos, muy lejos.

Ya no nos vamos, tampoco está el abuelo

y la abuela está lejos

y no viene, y los tíos y las niñas

cenarán con sus abuelos y sus tíos

a los que yo, ya no veré.


Ya no hay gambones, ni aquel vino

ni aceitunas, ni el turrón

y tampoco Papá Noel, estamos solos

sin el tiempo que se fue.

Están mis hijos y mi esposa

y aunque alguno esté lejos

siempre cerca lo tendré.

Pero hay un tiempo que nos falta

y es un tiempo de una vida que se fue

y con ella también se han ido

mis ilusiones, mi inocencia, mis cariños

y los años que perdí

buscando entre las nubes

una estrella

que deseé con tanto ahínco

y que nunca divisé. Francisco E. Vila, 2002


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