Buenos días mis queridos Diversos. Hoy toca crónica emotiva y emocionante de nuestro
Quijote, Alfonso Modroño, que nos señala el horizonte, ya no muy lejano, que nos permite
avistar nuestras reuniones para el otoño. Poetas y diversos, afilen lápices y preparen
versos, los besos ya están supuestos.
Disfrutemos de esta preciosa crónica y de sabernos en contacto.
Besos y versos.
Ángeles
¡YA SE ADIVINAN VERSOS, PALABRAS,
Y CAFÉ…!
Ya es cuarenta de mayo, y está el sayo metido en el armario de las
prendas de invierno. Y a pesar de que hay lunas que tapan un momento,
con su cuerpo de plata, el oro reluciente del alto sol que brilla, él
luce luminoso vestido con sus luces del tiempo de sardinas. Se
adivina, a la vuelta de la esquina de la próxima crónica, la noche
de San Juan, y ya se ven los días galopando, más claros, a su
cenit, al solsticio que anuncia jubiloso que ha llegado el verano
prometido.
Ya se aprecia el sonoro bullicio de la gente que pasa y se recrea por
la larga calle de San Andrés. El Macondo se va desperezando de su
letargo largo, pero hay algo que pesa en el ambiente y aun se siente
el relente que huele a mascarilla y a distancia. Poco a poco se va
recuperando el ritmo del sonido que se oía, la grata sinfonía de
gargantas fabricando palabras mezcladas con los ruidos y suspiros
vaporosos que genera la máquina, parada tanto tiempo, del café.
Pero el rincón –el rincón, nuestro, de poesía--, nuestro rincón
de cada día de sábado a las once en El Macondo, sigue esperando
versos, y libros que, en las manos de Diversos, aireen sus renglones
reglados por el ritmo, y dejen, como hacían, que los poemas queden
flotando en el ambiente. Aun late la prudencia en la conciencia nueva
que ha instalado defensas a nuestras actitudes. Aun no somos los
mismos gestionando los hábitos, los usos y modales. Además, se hace
tarde y el verano siempre pone distancia a los encuentros. ¡Ya
puestos…! qué remedio que esperar… Nos quedan, mientras tanto,
la frescura de libros leídos a la sombra de un árbol generoso, y el
deseo de vernos, ya sin trabas, al amparo, de nuevo, del aroma
romántico y fecundo de una taza humeante de café, recitando poemas,
charlando de lo humano o lo divino que, encontrado en un libro, nos
parezca ser digno de poder ser llevado al rincón delicioso del Café
de Macondo.
Ya no desesperéis, Diversos, ¡ya se adivinan versos, palabras, y
café…!
>>><<<
Hoy se celebra el día internacional del DOBLAJE e, inevitablemente,
recuerdo a nuestro amigo --compañero Diverso-- Francisco. Me lo
imagino leyendo para todos, con ese saber profesional con el que
siempre nos deleita, este poema del mejicano Jaime Sabines que he
escogido y os dejo para que, en la voz de Francisco, paladeéis sus
palabras y aspiréis el aroma de su taza de café con cascaritas,
como si fuese en El Macondo.
si
hubiera de morir
--
de Jaime Sabines --
Palabras: árbol del pan y de la miel,
ruibarbo, cocacola, zonite,cruz gamada. Y me echaría a llorar.
Uno
puede llorar hasta con la palabra «excusado» si tiene ganas de
llorar.
Y esto es lo que hoy me pasa. Estoy dispuesto a perder
hasta las uñas,a sacarme los ojos y exprimirlos como limones sobre
la taza de
café.(«Te convido a
una taza de
café con cascaritas de ojo, corazónmío»).
Antes
de que caiga sobre mi lengua el hielo del silencio, antes de quese
raje mi garganta y mi corazón se desplome como una bolsa de
cuero,quiero decirte, vida mía, lo agradecido que estoy, por este
hígadoestupendo que me dejó comer todas tus rosas, el día que
entréa tu jardín oculto sin que nadie me viera.
Lo recuerdo. Me
llené el corazón de diamantes que sonestrellas caídas y
envejecidas en el polvo de la tierra y lo anduvesonando como una
sonaja mientras reía. No tengo otro rencor queel que tengo, y eso
porque pude nacer antes y no lo hiciste.
No pongas el amor en mis
manos como un pájaro muerto.
>>><<<
Ya están cerca,
también, las vacaciones, el tiempo de la playa, el amor de verano,
las bellas excursiones, las largas travesías en el coche cantando
mil canciones… Por eso, y por si acaso, os dejo este mi plagio de
Los Brincos, pensando, cómo no, en nuestro Macondo.
CON UN SORBITO
DE CAFÉ
Nunca te podré
olvidar
porque en ti pude
soñar.
Con un sorbito de
café
sintiendo aromas de
emoción…
La magia y luz de
ese rincón,
Macondo, a mí me
enamoró.
Es tan fácil el
soñar
cuando escucho
recitar.
Con un sorbito de
café
sintiendo aromas de
emoción…
Y entonces, fue
cuando te encontré
de ese lugar, yo me
enamoré.
Con un sorbito de
café
sintiendo aromas de
emoción.
La magia y luz de
ese rincón,
Macondo, a mí me
enamoró.
Y entonces, fue
cuando te encontré
de ese lugar, yo me
enamoré.
Con un sorbito de
café
sintiendo aromas de
emoción…
La magia y luz de
ese rincón,
Macondo, a mí me
enamoró.
Plagiando a Los
Brincos
Quijote.