Crónica
del 28 de marzo, otra vez en los locos años 2020
Los pájaros sobrevuelan sobre
mi cabeza y me llevan a la mesa del fondo del Macondo, a su singular
nido, en él que todos los sábados, se escuchan impresionantes
trinos, afinados, en coros, en píos, y algún que otro, verso
suelto.
En estos días en los que
reina en el cielo, la paz y el silencio, ahora que estamos en casa, y
el sol con sus primeros rayos nos agasaja, haciéndonos sus guasas;
cuando el puntual viento de marzo, quedó confinado, quizás para
jugar con los sombreros y faldas de Mayo, cuando salgamos,
vuelan las golondrinas, y yo con ellas hasta el nido del fondo, para
ello me pongo en mod avión, apago la radio, la tele y el ordenador;
mando callar, como si fuera un “Ángel”, a los grupos del wasap,
que revoltosos, entre chistes, videos y chats, apenas volar a ésta
paloma mensajera, por la que en el nido la crónica, esperan.
Esta mañana me ha despertado
una lavandeira, subida a la antena que de mi terraza cuelga, desde
allí me cuenta que se ha vestido de gala, con sus mejores prendas,
con sus traje de plumas, el corpiño blanco y en su cola luce
entre verde y azul cobalto, para buscar pareja, me recuerda que ¡ya
estamos en primavera!, y ella, libra, y libre de
cuarentena; charla conmigo un ratito y se va coqueta de antena en
antena, por las azoteas de la Falperra, mientras las gaviotas, alguna
de ellas, como casi siempre fuera de tono, algo faltona y gritona,
andan buscando el viento que no les sale al encuentro ni para hacer
una mala pirueta.
Abrochado el cinturón ya con
las alas en modo avión tiro de biblioteca y un sabio Búho, que se
llama Caburé, aunque en el nido le llamemos Paco, y los ferrolanos y
en su portada, diga Francisco Vila, me quiere con su pico hoy soplar:
“ Por un beso
Yo no sé lo que daría por un
beso
cantó el poeta.
Por un beso
La inmensidad inmensa
Daría los años perdidos de
mi vida…”
(Merece la pena seguir leyendo
ese poema hasta el final, más sé que muchos lo tenéis ya en la
biblioteca y el que lo quiera acabar pude preguntar a Paco, por la
editorial. No digo más)
Y con ese beso, que estoy
segura que nos daremos “volando”, me he liado en mi
cuarto, aunque este feo, con unos “pájaros”, de buena pluma,
diría que son inmortales, algunos universales, con los que me
acuesto y me levanto, en este cuarto que hoy se asemeja mucho al
cielo; en él que juego al mus y me envida con sus letras
un gaditano, de nombre Rafael, y yo le doblo y pierdo, siempre tiene
respuesta, jocosa y amena, Alberti a mis apuestas; para paliar mis
penas de tantas pérdidas en esos juegos de “cartas”, en los que
me acabo achicando y palmando; toma mi ala, mi pluma y mi mano Don
Antonio Machado, y juntos sobrevolamos, los campos de Castilla, la
que conocí de niña, recordando; amapolas, oteros, chopos,
saltamontes, salinas y espigas, de esta España ¡qué llora
cuándo no ladra!. De vuelta de aquellos campos noto que hoy Quevedo,
me ha vuelto a poner los cuernos, con la de Lavapiés, qué Fuertes,
se han metido los dos en mi cama, y no dejan de darme la
tabarra, y así ha pasado el día en una seductora travesía en la
que volando, he ido tomando alguna nota con mi pluma, dejando un
reguero de prosas y poesías, en recuerdo de estos extraños días,
que espero leeros en el Macondo algún día, con el cierre, de
libreta, que aplaudiréis entusiasmados, y sonoramente, pensando,
esta paloma mensajera, que al final era una “Cotorra”, ¡al fin
se ha callado, y ha llegado al final!
Más, lo siento, no he
acabado, hoy firmaré la crónica, lo que pocas veces hago, con
un maravilloso apodo que me puso ayer un Dinosaurio, moreno, con
estampa de torero cubano y verde sombrero: “Flor de cien
patas”, sin saber él bien que yo ayer con un ciempiés me
identifiqué por mi capacidad innata de meter la pata hasta,
cien, sabiendo también que lo haré y hasta mil, porque mi nombre es
Rosalía AjaMil.
Un beso a todos con este
“pico”, me despido, de este maravilloso nido de versos,
risas y trinos, con estas letras que son mi alpiste y el mejor
alimento, en este tiempo de confinamiento, a todos por estar ahí,
en casa, mil gracias.