SIERRA
DE CÓRDOBA de ANTONIO GALA
El
olvido no existe. La belleza
se
añora sin cesar y se persigue:
memoria
y profecía de sí misma.
La
belleza es un sino, lo mismo que la muerte.
Teníamos
once años,
y
la palabra abril significaba
igual
para los dos…
Puede
el amante
dejar
de amar, pero, ay, amará siempre
el
tiempo en el que amó:
cuando,
al amanecer,
cabía
el mundo entero
dentro
de una mirada;
cuando
rompió a cantar
lo
que no se sentía con fuerza de decir.
Muy
buenas noches mis queridos Diversos, hoy la mañana apareció de
febrero y nos llevó de la mano de grises cielos a nuestro rincón
del Macondo en donde el cielo se puebla de mariposas amarillas y
versos variados.
Como
el día era el posterior a San Valentín, llegaron poemas de amor
de Antonio Gala y poemas de amor de San Juan
de la Cruz y poemas y versos variados de todos nosotros.
Empezamos
leyendo los poemas de Antonio Gala, muchos de los cuales tienen el
título del lugar de su escritura, así leímos La
Habana vieja ( a manos de mujeres feroces y excitadas), La Habana
(Dejé de amarte, no sé por qué en La Habana), Sierra de Córdoba y
varios poemas que no tiene título alguno ( A
pie van mis suspiros, camino de mi bien.... mi corazón con alas).
Y también leímos varios poemas del místico San
Juan de la Cruz: Coplas
del alma (En mí yo no vivo ya, y sin Dios vivir no puedo, pues sin
él y sin mí quedo, este vivir que será?) y Glosa de él mismo ( Y
aunque tinieblas padezco, en esta vida mortal, no es tan
crecido mi mal. porque si de luz carezco, tengo vida
celestial, porque el amor da tal vida, quando más ciego va
siendo, que tiene al alma rendida, sin luz y ascuras
viviendo.).
Diferentes perspectivas y modos de ver y sentir en amor.
Y
continuamos con poemas propios que vinieron de la voz de Paco: Si
el vivir sólo fuese un sueño (... de los versos replicantes) (y el
morir la pesadilla recurrente que azota cada sueño) y
también compartió con todos nosotros Rodeé tres veces
(Rodeé tres veces la isla infinita de las estrellas.....). Un
placer dejar que los versos y la voz de este poeta ferrolano nos
envuelva como un abrazo. Y Rosalía nos leyó (sin
cierre de libreta, una pena) su relación con cupido y con la poesía,
entrañable y pícara, como siempre. Y Alfonso nos
hizo partícipes de los versos que dedica a su hija en su cumpleaños,
con bonitas metáforas de papel, para afirmar que vivir un día más
es lo importante.
Y
también hoy estuvo con nosotros nuestro querido y entrañable Antonio
Fernández con su décima que nos acompaña en las mañanas
de sábado. Antonio se fue hace años pero sus recuerdos y sus versos
siguen con nosotros.