martes, 24 de abril de 2018

Nuestro Macondo, sábado 14 de abril de 2018




Muy buenas noches mis queridos Diversos, esta mañana de sábado, que resultó luminosa y primaveral, teníamos convocados los versos de Lucio Dalla, cantautor italiano pero.... como ocurre muchas veces no acudieron, en su camino se interpusieron versos e historias de otros asuntos, también muy interesantes. 
Comenzamos la mañana viajando, con la imaginación, hacia Oriente, otros olores, otras comidas, otras sensaciones.....
Y de retorno a nuestra querida tierra brotaron los versos. De Rosalía escuchamos: Me gusta ser poeta ( Me gusta ser poeta cuando habla el corazón no hay falsificación la vida es su meta) y también leyó: Huele de noche a café (huele de noche a café.... no hay sexo solo deseo, como huele este poema, a nada.... Ese sabor a ti). De las creaciones de esta poeta, arroutadas como las llama ella, vivimos dos caras de su poliédrica creación, la reivindicativa ante la situación que nos toca vivir y la romántica e intimista con diferentes olores.
Y también disfrutamos con los versos de Paco que nos bien leyó: Dicen que soy poeta y ¿por qué? ( Porque veo lo que a los demás los ciega, veo miedo y muerte, porque veo y lo cuento). Y en el día del beso Paco había escrito: Un beso y mil noches de sueños, una caricia y la noche no tiene dueño. Es poeta de la nada, como algunos quieren llamarlo, llenó con un todo romántico nuestra mañana de versos. 
Yolanda declamó varios poemas cortos: Lecturas clandestinas ( Me pierdo en el ángulo obtuso de las páginas), El vuelo agrietado (Arráncame el corazón negro de las horas muertas), poemas visuales que crean cuadros en nuestra mente, poeta y pintora, y también nos leyó un poema dedicado a Ana María Matute titulado La niña de los cabellos blancos ( El pequeño teatro de la vida se sumerge,...la primera memoria pasajera que nunca nos abandona). Preciosos y emotivos versos. 


Hoy los poemas vinieron de dentro, de dentro de nuestro pequeño y gran mundo que son los poetas diversos.
El sábado que viene invocaremos las letras de Lucio Dalla, y veremos de sorprendernos con todo aquello que acuda.
Besos y versos.

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