Buenas
tardes
Hoy
sábado nos encontramos para leer acerca del amor. Y el amor, ya
sabemos, tiene claros y sombras, alegrías y dolores, cumbres y
simas. Todo cabe en esa palabra mágica que pretende comprender un
universo amplio y diverso.
Celebramos
el cumpleaños de Isabel Sastre, y como no podría ser de otro modo,
llenos como somos de prejuicios y represiones, atinamos a entonarle
la estrofa final del cumpleaños feliz, quizás a media voz, pero,
sin duda, a cariño pleno.
No podía
faltar a la cita nuestra conocida Idea Vilariño, ni Ana Ajmatova, ni
nuestro cercano Miguél Ángel Cabezas. No, no podían faltar
Ni
podría dejar pasar poner en esta botella lanzada al mar del
ciberespacio nuestros deseos de que Eusebio Freire logre una
prontísima recuperación.
CarlosLesta
nos leyó un poema de Zbigniew Herbert que había comentado el sábado
pasado.
Zbigniew Herbert
Reporte
desde el paraíso
En
el paraíso la semana de trabajo es de treinta horas
los
salarios aumentan y los precios bajan
y
el trabajo manual no cansa por la falta de la gravedad
al
principio iba a ser diferente: pura luz, música, abstracción
pero
no pudieron separar bien el alma del cuerpo
y
empezamos a llegar con una gota de grasa, una hebra de músculo
y
hubo que enfrentar las consecuencias
de
mezclar un grano de absoluto con un grano de materia
la
contemplación de dios es sólo para los cien por ciento pneuma
el
resto está pendiente de comunicados sobre milagros e inundaciones
cada
sábado al mediodía suenan las sirenas
y
de las fábricas salen fumando los proletarios celestes
con
sus alas bajo el brazo como violines.
Luego,
lo dicho, el amor en las voces de poetas exquisitos, terribles y
profundos.
Idea
Vilariño
Ya
no
Ya
no será
ya
no
no
viviremos juntos
no
criaré a tu hijo
no
coseré tu ropa
no
te tendré de noche
no
te besaré al irme
nunca
sabrás quién fui
por
qué me amaron otros.
No
llegaré a saber
por
qué ni cómo nunca
ni
si era de verdad
lo
que dijiste que era
ni
quién fuiste
ni
qué fui para ti
ni
cómo hubiera sido
vivir
juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya
no soy más que yo
para
siempre y tú
ya
no
serás para mí
más
que tú. Ya no estás
en
un día futuro
no
sabré dónde vives
con
quién
ni
si te acuerdas.
No
me abrazarás nunca
como
esa noche
nunca.
No
volveré a tocarte.
No
te veré morir.
No
te amaba
No
te amaba
no te amo
bien sé que no
que no
que es la hora
es la luz
la tarde de verano.
Lo sé
pero te amo
ahora te amo
hoy
esta tarde te amo
como te amé otras tardes
desesperadamente
con ciego amor
con ira
con tristísima ciencia
más allá de deseos
o ilusiones
o esperas
y esperando no obstante
esperándote
viendo
que venías
por fin
que llegabas
de paso
no te amo
bien sé que no
que no
que es la hora
es la luz
la tarde de verano.
Lo sé
pero te amo
ahora te amo
hoy
esta tarde te amo
como te amé otras tardes
desesperadamente
con ciego amor
con ira
con tristísima ciencia
más allá de deseos
o ilusiones
o esperas
y esperando no obstante
esperándote
viendo
que venías
por fin
que llegabas
de paso
canción
Quisiera
morir
ahora
de
amor
para
que supieras
cómo
y cuánto te quería.
Quisiera
morir
quisiera
de
amor
para
que supieras
Ana Ajmatova
Cuando
escuches el trueno
Cuando
escuches el trueno me recordarás
y tal vez pienses que amaba la tormenta...
El rayado del cielo se verá fuertemente carmesí
y el corazón, como entonces, estará en el fuego.
Esto sucederá un día en Moscú
cuando abandone la ciudad para siempre
y me precipite hacia el puerto deseado
dejando entre ustedes apenas mi sombra.
y tal vez pienses que amaba la tormenta...
El rayado del cielo se verá fuertemente carmesí
y el corazón, como entonces, estará en el fuego.
Esto sucederá un día en Moscú
cuando abandone la ciudad para siempre
y me precipite hacia el puerto deseado
dejando entre ustedes apenas mi sombra.
Ana Beccciu
Anoche,
aquí, con dos
de
tus palabras
herías,
herías, dos
de
tus palabras,
te
amo, decías,
experto,
mortal.
Ah,
rostro mío,
cómo
te amaba el tiempo
cuando
eras
antes
del gesto
un
niño breve,
ungido
en
la rara melodía
de
los ecos.
Y
ahora,
después
del gesto,
el
esfuerzo
de
ser
la
voz
de
un largo silencio
para
alcanzar,
vacío,
tu
forma
de
miedo.
Alejandra
Pizarnik
Amantes
una
flor
no
lejos de la noche
mi
cuerpo mudo
se
abre
a
la delicada urgencia del rocío.
Reconocimiento
Tú
haces el silencio de las lilas que aletean
en
mi tragedia del viento en el corazón.
Tú
hiciste de mi vida un cuento para niños
en
donde naufragios y muertes
son
pretextos ded ceremonias adorables.
El
olvido
en
la otra orilla de la noche
el
amor es posible
--llévame--
llévame
entre las dulces sustancias
que
mueren cada día en tu memoria.
Miguel
Angel Cabezas
Las
espumas
Abrazo las espumas de tu cuerpo
en
una pasión incontenida de tiempos y espacios
en
una sed,
en
un intento acaso de beber un sorbo
del
agua de tu vida,
lo
que brota de tu amor turgente
montes
insinuantes de tu cordillera,
lo
que destila tu secreto tierno
de
amanecer joven,
camino
del éxtasis,
al
paraíso divino de lo humano.
Perdido
en ti,
en
tu cielo de lunares,
buscando
la polar del deseo,
en
el encanto del poro a poro,
del
beso al beso,
de
la caricia atrevida al más allá,
a
la imaginación imaginada,
al
sudor de cuerpos,
al
calor de almas.
Abrazo
las espumas de tu cuerpo
navegando
tu mar arrebolada.
Y
llegó la hora de despedirnos hasta el próximo sábado 12.
Esto
fue el amor, con sus brillos y sus oquedades. Se dijo que en estos
poemas Eros se presentó acompañado por un Tánatos escondido entre
los pliegues del desamor.
Convocamos
a Eros, a esa fuerza que mueve...
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