Buenos
días mis queridos Diversos.
Nuestro
Quijote nos anuncia la primavera que esta llegando entre versos,
sonriamos con este anuncio tan bien relatado y con el optimismo que
rezuma.
Seguimos
caminando, gracias Alfonso.
Besos
y versos.
SE PRESIENTE EL RETORNO
¡Arriba
los corazones…, que se acabó el invierno! Que el frio que persiste
en doblegarnos, o el viento con sus ráfagas airadas. o la nieve
tiñéndonos de blanco las ventanas…, no nos impidan sentir la
primavera. Que hoy es veinte de marzo y, ella, ya ha llegado para
quedarse jugando en nuestras venas. ¡Abrámosle la puerta de El café
de Macondo! Y al fondo, allí, en el rincón de siempre, sembremos
nuevos versos de esperanza sobre el blanco del mármol que espera
nuestros libros con nombres de poetas; y el ruido de las tazas
humeantes; y el calor de los cuerpos que conversan; y las voces
sentidas, moduladas, recitando poemas para un silencio hambriento.
Ya
se adivina la luz que anuncia la llegada del final en el oscuro
corredor de esta pandemia que ha truncado las horas deliciosas de El
Macondo. Se perdieron los sábados sin versos, como si fueran trenes
cargados de poemas que se escapan y no vuelven. Y pasaron los meses…
Y hace, ya, más de un año que no velan sus armas los poemas en la
mesa del fondo, del rincón del Macondo de cuyo encanto si quiero
acordarme.
Ahora todo es extraño, al menos para
mí. Me ha robado, la vida, los abrazos y llevo la sonrisa escondida
debajo de una tela. He cumplido los años, este año, con velas sin
amigos, soplándole a un deseo en soledad. Y tengo que sentirme
afortunado, sin embargo, pues sigo vivo; que a muchos se ha llevado,
impunemente, este tiempo de luto.
Todo cambió deprisa. Te acostumbras…
En vez de un apretón de manos, te das un tropezón de codos. En vez
de reunirte, te conviertes en parte de un enjambre parlanchín que se
saluda desde la celdilla de un panal pantalla. En vez de ir a las
tiendas, te subes a un catálogo de Zara o de Amazon. No sales de
viaje. No vas a comer fuera. No sabes si el gimnasio se ha muerto
para ti. Y, entre tanto sin vivir, compruebas que has cambiado tú
también, que no piensas igual de muchas cosas y te llenas de dudas y
preguntas.
Está claro que hay un antes y un
después de aquel último sábado en El café de Macondo. Pero
también está claro que nadie nos quitará ¡jamás!, la poesía, y
siempre habrá un rincón del fondo en nuestros corazones para seguir
compartiendo la pasión que nos une.
Así pues, Diversos, dispersos por
las ágoras de vuestras reflexiones, no cejéis en el empeño de
cuidar aquellas ilusiones que cuidabais; y llenad las maletas de
poemas, que pronto emprenderemos el viaje subiéndonos al tren que
pasará a las once, cada sábado, igual que antes pasaba, con destino
al rincón entrañable y deseado de El café de Macondo.
¡Arriba corazones Diversos…, que
se acabó el invierno! Que hoy es veinte de marzo y, a las once, ya
campa por sus fueros la nueva primavera.
Siempre
nos quedará nuestro rincón para leer un poema.
¡Estad
atentos! Porque ya se presiente el:
RETORNO
Volveré
a la locura primitiva.
¡Por
Dios que volveré!
Huiré
hasta la inflexión en donde el tiempo
recapacita
y gira,
y
allí cabalgare sobre mis huellas.
No
he de parar -- ¡lo juro! --
hasta
lograr perderme
en el bosque de luces
infinitas;
aquel…,
donde el espacio tiempo curvo
devoraba
mis sueños inconscientes.
Bajaré,
con mis manos, nubes blandas
para
hacerle vestidos a mis juegos,
y
yo mismo seré cuerpo en deriva
flotando
en los azules; maleable,
disfrazado
con blancos esponjosos,
dejándome
llevar a donde quiera
el
viento racheado.
Quijote.
Alfonso
Modroño Márquez
A
Coruña, 20 de marzo de 2021