Muy buenos días mis queridos Diversos. Hoy madruga la crónica igual que el viento, y viene de la pluma de nuestra Rosalía, a la que une un hilo invisible de versos con el recientemente ido Margarit, y así salió y aquí está.
Besos y versos para todos.
Ángele
20 de febrero del alegre día pasado por agua y virus del 2021
Hola a todos.
Hoy la crónica, en la que con descaro me cuelo, y con el permiso de un Àngel os digo, que tengo un fundado motivo, dar las gracias y compartir con vosotros los consejos recibidos, de uno de los mejores maestros, Joan Margarit, quien también me ha soplado al oído que quería estar en el Macondo un ratito con todos, y a quien hoy le rindo este pequeño tributo, también, con vuestro permiso.
Vaya por él este homenaje;
a un gran maestro de obras,
a un grande del oficio;
arquitecto de pensamiento,
delineante de poemas,
consejero de los cimientos,
y artista, de los sentimientos;
hacedor, de impresionantes versos,
conocedor, de grandes secretos,
del amor por un oficio, incruento.
Maestro que ha dado clases,
de honestidad, y sinceridad,
buscando siempre ¡la verdad!
(Aunque mi verborrea me pueda
y yo con él siempre la suspenda)
Con su mente, ordenada y matemática,
cuenta que la poesía ha de ser:
“concisa y exacta”, con todo el saber.
“Entrad en el poema con un problema
y salir de él con la cabeza ordenad”
“Busca en el sentimiento la razón”
y la intensidad es concentración.
( Y me vuelvo a perder en la lección)
En su tabla de consejos narra del verso esto:
“Osadía y humildad', osado para escribirlo,
y humilde para decirlo, sin mediocridad”.
( menudo duelo, difícil, para ser honestos).
Y leí, su casa de la misericordia, y entendí lo que me quería decir.
-Que un poema solo será la hermosa casa de una buena historia.
Y tratando de ser honesta, después de revelar algunos de los secretos que le he ido leyendo, llego al final reproduciendo literalmente dos de sus poemas con historias que espero que os hagan sentir como a mí, pequeñita, ante algunos planos de sus obras colosales.
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De :escritores.org |
CASA DE LA MISERICORDIA.
“El padre fusilado.
O, como dice el juez, ejecutado.
La madre, ahora, la miseria, el hambre,
la instancia que le escribe alguien a máquina:
Saludo al vencedor, Segundo año triunfal
Solicito a Vuecencia poder dejar mis hijos
En esta Casa de Misericordia.
El frío del mañana está en la instancia.
Hospicios y orfanatos fueron duros
Por más dura era la intemperie.
La verdadera caridad da miedo.
Igual que la poesía: un buen poema,
Por más bello que sea, será cruel.
No hay nada más. La poesía es hoy
la última casa de misericordia.”
MAÑANA EN EL CEMENTERIO DE MONTJUÏC
He estado en la montaña de las tumbas:
he llegado hasta aquí cruzando el yermo
de Can tunis, nevado de jeringas
y de plásticos grises: aquí tiemblan, errantes,
las estatuas de trapo de los yonquis.
Corre la voz de que el Ayuntamiento
lo arrasará, cubriendo de hormigón
los campos de hierbajos ante la enorme reja
del cementerio, alzado frente al mar.
Será una compañía peor para los muertos:
los difuntos, su muro y silencio,
armonizan mejor con los yonquis
que son como soldados que deambulan
extraviados después de la derrota.
Al subir por el viejo camino frente al puerto
los barcos y las grúas van empequeñeciéndose
se ensancha el mar. Aquí, en lo más alto,
estás salvada del dolor del mundo.
Triste, en otro día sin versos, pero sabiendo y revelando otro de sus secretos, que nos ha dejado 69 poemas inéditos y que siempre tendrá un sillón guardado en nuestro rincón del macondo y en nuestro corazón para seguir releyendo. Gracias por todo al maestro, y a vosotros, por la paciencia de esta aprendiz de este oficio de construir casas con letras.
Rosalía Ajamil Sánchez