domingo, 13 de enero de 2019

Nuestro Macondo, sábado 22 de diciembre de 2018




Soneto XI de Pablo Neruda
Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo
y por las calles voy sin nutrirme, callado,
no me sostiene el pan, el alba me desquicia,
busco el sonido líquido de tus pies en el día.
 
Estoy hambriento de tu risa resbalada,
de tus manos color de furioso granero,
tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas,
quiero comer tu piel como una intacta almendra.
 
Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,
la nariz soberana del arrogante rostro,
quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas
 
y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo
buscándote, buscando tu corazón caliente
como un puma en la soledad de Quitratúe.

Muy buenas noches mis queridos Diversos, el tiempo, pasando siempre, nos acerca a otra navidad y a otro fin de año. Celebremos, sonriamos, escribamos y disfrutemos cada día.
Pero antes de que llegasen las navidades y entre número y número que salía de un enorme bombo, nos dirigimos a ese entrañable rincón del fondo del café de Macondo, que ya es un poco nuestro, y con nosotros vinieron los versos, las reflexiones, los calores...... 
Empezamos con Neruda, seguimos con El durmiente del valle de RImbaud, poema impresionista que dice: Un rincón de verdor donde un arroyo canta...., Seguimos con poemas de desamor de Idea Vilariño que dice en Ya no: No te veré morir, como un final de un poemas que reflexiona sobre la ruptura con su amor. Nos llegaron también unos versos de Gabriel Ferrater que dicen; Los gusano cuando la última cena con mi cuerpo sabrán a ti......, en un claro ejemplo de la búsqueda de la belleza a través de la poesía. 
Y también tuvimos poemas propios en la voz de Rosalía, que nos leyó Villancico a las cinco, nos contó su proceso de creación, escribir sin modificar, para no perder la frescura, los poemas de ayer, son de ayer, hoy escribirá nuevos poemas, y en esta reflexión sobre la navidad nos habla de las diferencias sociales, de la alegría impostada, nos hace pensar y disfrutamos con la lectura de los versos de la libreta negra. También Paco nos cuenta que Dormir es morir un poco: la sensibilidad del infinito. Discutimos si dormir es morir o por el contrario es vivir, vinieron los sueños como realidades paralelas y necesarias y reconocimos que nos gusta más la vida que los sueños. Y reconocimos la elegancia de los finales de Paco, ayyyyy el calor......
Y nos despedimos con el poema de Gil de Biedma Amistad a lo largo ( Pasan lentos los días, y muchas veces estuvimos solos, Pero luego hay momentos felices, para dejarse ser en amistad),  que ya viene siendo tradición en los cierres de ciclo, y quedamos emplazados para volver a reunirnos el 12 de enero de 2019 con los versos de Ida Vitale, y por supuesto todos aquellos poemas que quieran acudir. 
Que los días de fiesta estén invadidos de magia, besos, versos y amor.
Ángeles. 


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