"Noche del hombre y su demonio", de Luis Cernuda (España, 1902-1963)D: Vive la madrugada. Cobra tu señorío.Percibe la existencia en dolor puro.Ahora el alma es oscura, y los ojos no hallansino tiniebla en torno. Es esta la hora ciertapara hablar de la vida, la vida tan amada.Si al Dios de quien es obra le reprochasque te la diera limitada en muerte,su don en sueños no malgastes. Hombre, despierta.H: Entre los brazos de mi sueño estabaaprendiendo a morir. ¿Por qué me acuerdas?¿Te inspira acaso envidia el sueño humano?Amo más que la vida este sosiego a solas,y tú me arrancas de él para volvermeal carnaval de sombras, por el cual te deslizascon ademán profético y paso insinuantetal ministro en desgracia. No quiero verte. Déjame.D: No sólo forja el hombre a imagen propiasu Dios, aún más se le asemeja su demonio.Acaso mi apariencia no conciertecon mi poder latente: aprendo hipocresía,envejezco además, y ya desmaya el tiempoel huracán sulfúreo de las alasen el cuerpo del ángel que fui un día.En mí tienes espejo. Hoy no puedo volvertela juventud huraña que de ti ha desertado.H: En la hora feliz del hombre, cuando olvida,aguza mi conciencia, mi tormento;como enjambre irritado los recuerdos atraes;con sarcasmo mundano suspendes todo acto,dejándolo incompleto, nulo para la historia,y luego, comparando cuánto valenante un chopo con sol en primaveralos sueños del poeta, susurras cómo el sueñoes de esta realidad la sombra inútil.D: Tu inteligencia se abre entre el engaño:es como flor a un viejo regalada,y a poco que la muerte se demore,ella será clarividente un día.Mas si el tiempo destruye la sustancia,que aquilate la esencia ya no importa.Ha sido la palabra tu enemigo:por ella de estar vivo te olvidaste.H: Hoy me reprochas el culto a la palabra.¿Quién sino tú puso en mí esa locura?El amargo placer de transformar el gestoen son, sustituyendo el verbo al acto.Ha sido afán constante de mi vida.Y mi voz no escuchada, o apenas escuchada,ha de sonar aún cuando yo muera,sola, como el viento en los juncos sobre el agua.D: Nadie escucha una voz, tú bien lo sabes.¿Quién escuchó jamás la voz ajenasi es pura y está sola? El histrión elocuente,el hierofante vano miran crecer el corropropicio a la mentira. Ellos viven, prosperan;tú vegetas sin nadie. El mañana ¿qué importa?Cuando a ellos les olvide el destino, y te recuerde,un nombre tú serás, un son, un aire.H: Me hieres en el centro más profundo,pues conoces que el hombre no toleraestar vivo sin más: como en un juego trágiconecesita apostar su vida en algo,algo de que alza un ídolo, aunque con barro sea,y antes que confesar su engaño quiere muerte.Mi engaño era inocente, y a nadie arruinabaexcepto a mí, aunque a veces yo mismo lo veía.D: Siento esta noche nostalgia de otras vidas.quisiera ser el hombre común de alma letárgicaque extrae de la moneda beneficio,deja semilla en la mujer legítima,sumisión cosechando con la prole,por pública opinión ordena su concienciay espera en Dios, pues frecuentó su templo.H: ¿por qué de mí haces burla duramente?Si pierde su sabor la sal del mundonada podrá volvérselo, y tú no existiríassi yo fuese otro hombre más feliz acaso,bien que no es la cuestión el ser dichoso.Amo el sabor amargo y puro de la vida,este sentir por otros la concienciaaletargada en ellos, con su remordimiento,y aceptar los pecados que ellos mismos rechazan.D: Pobre asceta irrisorio, confiesa cuánto halagoofrecen el poder y la fortuna:alas para cernerse al sol, negar la zonaen sombra de la vida, gratificar deseos,con dúctil amistad verse fortalecido,comprarlo todo, ya que todo está en venta,y contemplando la miseria extrañahacer más delicado el placer propio.H: Dos veces no se nace, amigo. Vivo al gustode Dios. ¿Quién evadió jamás a su destino?El mío fue explorar esta extraña comarca,contigo siempre a zaga, subrayandocon tu sarcasmo mi dolor, ahora silencio,por si alguno pretende que me quejo: es más dignosentirse vivo en medio de la angustiaque ignorar con los grandes de este mundo,cerrados en su limbo tras las puertas de oro.D: Después de todo, ¿quién dice que no seatu Dios, no tu demonio, el que te habla?amigo ya no tienes si no es ésteque te incita y despierta, padeciendo contigo.Mas mira cómo el alba a la ventanate convoca a vivir sin ganas otro día.Pues el mundo no aprueba al desdichado,recuerda la sonrisa y, como aquel que aguarda,álzate y ve, aunque aquí nada esperes.Luis Cernuda en Como quien espera el alba.
Muy buenas tardes queridos DIVERSOS. En este sábado de noviembre se hizo presente la lluvia y Cernuda. En nuestro encuentro del Macondo empezamos hablando de historias coruñesas, para caminar después por el zoco de Casablanda y por las conversaciones del hombre y su demonio de Luis Cernuda.
Comentar que este sábado fue sábado de presencias y ausencias, debido a múltiples razones la vida nos desperdiga pero siempre nos une en el aleph que es el rincón del fondo del café de Macondo. Y también día de bienvenida para Fernanda, que nos encontró y compartió mesa y versos este sábado.
Recordar que el sábado que viene por la mañana nos reuniremos en nuestra mesa y podríamos preparar los poemas a leer para el encuentro que tendrá lugar ese sábado 15 de Noviembre en el Macondo también pero a las siete de la tarde. Será un encuentro entre varios colectivos poéticos y todos aquellos amantes de la poesía que quieran unirse.
Que vuestra semana se invada de besos y versos.
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